Los líderes de Batasuna se han abstenido conscientemente de abrir un debate sobre la continuidad del terrorismo, seguramente porque han renunciado también a incomodar a ETA. A nadie le importan los planes de ETA y Batasuna para alcanzar el poder o conseguir una alianza de nacionalistas, mientras no se hayan desmarcado del terrorismo.
El lenguaje de los dirigentes de Batasuna se ha poblado de expresiones como cambio de ciclo, proceso democrático, muralla popular frente a la represión, nueva fase, alianza independentista y otros letanías similares. Menos de la violencia y el terrorismo etarra hablan de casi todo.
En los treinta y dos folios del supuesto «documento de debate» que ha dado a conocer Batasuna se habla 77 veces de cambio, 138 de proceso, 22 de ciclo, 38 de fase. También dos veces aparece la expresión violencia, una la violencia machista y la otra no se sabe, en abstracto.
Los líderes de Batasuna han pasado a los suyos un documento de estrategia tan ortodoxo que hasta podría suscribirlo ‘Txeroki’ sin ningún problema. Los conceptos que en él se reflejan, por mucho que digan, no constatan ningún cambio de ciclo, sino que encajan con la tradición de ETA y Batasuna. La única frase que parece que quiere decir algo es aquella que afirma que «el proceso democrático» (Batasuna lo entiende como una fase preparatoria de la negociación) «se debe realizar sin ningún tipo de violencia o injerencia externa». Eso es todo. Bueno, no, luego habla otras tres veces de injerencia y precisa en todas ellas que se refiere a las injerencias «estatales».
Es posible que los líderes de Batasuna consideren que el terrorismo etarra es un problema para sus propósitos de volver a la vida política, pero se abstienen de mencionarlo en el documento que han sometido a sus bases. Al actuar de esa manera renuncian a hacer pedagogía de la acción política sin violencia entre sus seguidores, seguramente porque han renunciado también a incomodar a ETA. Se han abstenido de manera consciente de abrir un debate sobre la continuidad del terrorismo.
Quienes dirigen Batasuna siguen pensando con los viejos esquemas de volver a una doble mesa de negociación en la que cambiarán las armas de ETA por Navarra y la autodeterminación, sin darse cuenta que hasta el sindicato ELA les está exigiendo que abandonen las armas de manera unilateral y sin esperar nada a cambio.
Lo de menos es que el «documento de debate» plantee una estrategia para alcanzar el poder, conseguir una alianza entre nacionalistas o buscar la movilización ciudadana contra las detenciones. Como si se plantean la forma de atajar el cambio climático. A nadie le importan los planes de ETA y Batasuna sobre esas cuestiones mientras no se hayan desmarcado de la práctica del terrorismo. Y eso es algo que no hacen, ni en el texto enviado a las bases de Batasuna, ni en las epístolas dominicales de sus dirigentes encarcelados.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 10/11/2009