ABC-IGNACIO CAMACHO

Desengáñate: te van a volver a subir los impuestos. La campaña de reelección de Sánchez la vas a pagar con tu dinero

REPITE conmigo: nos van a volver a subir los impuestos. Sí, también a ti, autónomo, funcionario, pequeño empresario o profesional de nivel medio, que te creías a salvo porque has escuchado la propaganda del Gobierno. Lo que no aumente el IRPF –que al final, ya lo verás, te acabará subiendo– te lo van a sacar a base de gravámenes indirectos. El diésel, las tasas medioambientales, las cotizaciones de empleo y toda esa letra diminuta que figura en las cláusulas adicionales de los presupuestos. Y olvídate de esa hipoteca que pensabas pedir, al menos hasta que se aclare el Supremo. Si el PP ya te dejó al límite de tu esfuerzo, imagina lo que te espera cuando los partidos de izquierda se felicitan de lograr un acuerdo. Ese gasto que anuncian va a salir por entero de tus rentas, de tus ahorros, de tu consumo, en definitiva, de tu empeño. Eres tú quien va a pagar el precio de la alianza del PSOE con Podemos. La campaña de reelección de Pedro Sánchez la vas a costear con tu dinero.

Y no esperes que se apiaden de ti en Bruselas. Siento decírtelo pero las cuitas que te desvelan, esas justificadas preocupaciones que albergas cuando ves que tus tributos crecen y tus ingresos merman, no son importantes en la perspectiva europea. La UE revisa los números gruesos del Estado, sí, pero sólo para vigilar que cuadren las cuentas. El método por el que cada país lo consiga no le interesa; eso es una cuestión de política interna. Es más: los ajustes impositivos están bien vistos allí porque simplifican el tema, porque son el sistema más fácil de nivelar la aritmética. Y porque todo el mundo sabe que la recaudación más segura, la más estable y cierta, es la que proviene, de un modo o de otro, de tus rentas. Cuando oigas hablar de equilibrio fiscal sin que el gasto decrezca, debes tener la absoluta certidumbre de que te toca sacar la cartera. A ti, que no puedes escapar de la presión de Hacienda, que no tienes pantallas instrumentales, que no puedes hacer ingeniería financiera, que no disfrutas de subvenciones ni te beneficias de prebendas. A ti, que estás pillado por todas partes y no tienes manera, aunque la buscases, de saltarte las reglas. Ni los ricos, ni las multinacionales, ni las grandes empresas, ni otras milongas demagógicas propias del populismo y sus colegas: tú eres el pagano de la fiesta. Tú y los que son como tú, la buena gente machadiana que labora, pasa y sueña. La médula vertebral de la nación: las clases medias.

Es de ti de quien están hablando; de tu limitado patrimonio, de tu insignificante herencia, de tu trabajo. De la póliza de crédito de tu negocio, del combustible de tu furgoneta de reparto, de tu minúscula desgravación, de tus menguantes honorarios, de los veladores de tu bar, del viejo coche que te compraste a plazos. El clientelismo político sale muy caro y sólo hay una forma práctica de pagarlo. Te están buscando.