La prisión atenuada para De Juana Chaos elimina, en principio, uno de los principales focos de tensión política en Euskadi. Pero alimenta otros. Por mucho que el entorno de ETA quiera poner un punto en esta fase para tomarse un respiro, para muchas víctimas sigue el calvario público; y para otros empieza.
El traslado, con prisión atenuada, para el preso De Juana Chaos, en efecto, elimina en principio, uno de los principales focos de tensión política en Euskadi. Pero alimenta otros. Cuestión de prioridades. Bastaba con oír al portavoz del colectivo de presos, Olano, dando por cerrado este capítulo («vamos a pasar página») y así no poner en otro aprieto al Gobierno socialista, para comprobar que el entorno de la banda envía al Gobierno el mensaje de que levanta, de momento y al menos en este caso, el pie del acelerador, dando a entender que el precio político le ha parecido, de momento, suficiente. Que no van a echar leña al fuego de un Ejecutivo cuya fortaleza frente al chantaje terrorista está siendo puesta en cuestión.
A ver si, después de este gesto personal del Gobierno socialista, el proceso sigue superando los próximos obstáculos. ¿Habrá terrorismo callejero este fin de semana? ¿ETA anunciará lo que Zapatero espera? Cuando el ministro Rubalcaba se enfrentaba a la opinión pública con su mensaje en torno a su única responsabilidad sobre el destino de este preso, que no acabó de calar, ya sabía que iba a tener que soportar el reproche de los colectivos mayoritarios de las víctimas del terrorismo en una doble vertiente: por haber decidido aplicar la vía suave de la ley con el etarra no arrepentido y por haber hecho de escudo político del presidente Zapatero que es quien ha metido a todos en un proceso del que él personalmente ya salió públicamente escaldado el día del atentado en la terminal de Barajas.
La situación no termina aquí, por mucho que el entorno de ETA quiera poner un punto en esta fase para tomarse un respiro. Porque, si para Olano termina, para muchas víctimas, sigue el calvario público; y para otros empieza. A los lamentos y decepciones de Maite Pagazaurtundua (junto con los Blanco, Múgica o el mismo Ortega Lara) se ha unido esta vez el testimonio de un artificiero de los Tedax. Indignado. Humillado. Angustiado por la injusticia que él cree que se comete contra la memoria de sus compañeros asesinados.
Con eso también contaba el presidente cuando valoró la posibilidad de conceder beneficios penitenciarios a De Juana Chaos (¿o alguien se cree que todos los presos enfermos pueden tener visitas sin cupo, encuentros con sus parejas o entrevistas permitidas con los dirigentes de la ilegalizada Batasuna desfilando por el hospital?). Pero, para demostrar que el Estado no ha cedido y que el Gobierno no ha sido débil, no es de recibo que la vicepresidenta Fernández de la Vega llame «obsceno» al PP por querer convocar una manifestación de protesta. No son maneras. A pesar de los nervios ante las próximas elecciones. Los ciudadanos indignados que no entienden de revanchas ni de intimidaciones, esperan su momento para decir lo que piensan. Están locos por votar. Eso dicen.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 4/3/2007