EL CORREO, 16/8/11
Usará este argumento en el plan de paz que presentará durante el pleno de política general de septiembre para contrarrestar el ‘efecto Bildu’
El plan de paz y convivencia que presentará el lehendakari en el pleno de política general tendrá como hilo conductor «el relato correcto» de lo sucedido en Euskadi, para «dejar claro que la responsabilidad en todos estos años de violencia corresponde a ETA». «Es muy importante que se cuenten las cosas como han sucedido para que las bases de una convivencia futura estén bien sustentadas», señalan fuentes solventes del Gobierno vasco.
El Ejecutivo quiere incidir en este aspecto al considerar que con el auge de Bildu «peligra la constatación pública de la victoria de los demócratas sobre ETA y quienes les han apoyado en estos años». La filosofía del plan se basa en que el camino hacia la paz definitiva en el País Vasco lo marque la sociedad y los partidos políticos y no quede «en manos de ETA, o de la izquierda abertzale en tanto en cuanto no reconozca el daño causado».
La propuesta de pacificación y convivencia se ha convertido en una apuesta personal del lehendakari, con la que quiere iniciar con fuerza un curso político que puede estar marcado por la consolidación definitiva del final de ETA. El Gobierno vasco quiere liderar este momento y tomar la iniciativa con un plan que ponga cimientos sólidos para abordar el nuevo escenario desde la memoria de las víctimas del terrorismo.
El Ejecutivo considera, en este sentido, que la educación debe ser «un eje muy principal», por lo que continuará con el desarrollo del Plan de Educación para la Paz en las aulas, con presencia física de víctimas del terrorismo en los colegios. El objetivo: «Educar a las futuras generaciones vascas en lo que significa la deslegitimación del terrorismo» y que la escuela sea «la caja de la memoria» con un relato «bien contado, con objetividad, para impedir que el horror padecido durante décadas por Euskadi vuelva a suceder», explican desde Ajuria Enea.
El lehendakari se ha embarcado en este proyecto bajo el convencimiento de que se abre un horizonte muy positivo con la posible disolución de ETA y que es muy importante que la sociedad vasca crezca y construya una paz y normalización sobre bases sólidas. «Y para ello es muy importante salvar el relato, que se cuenten las cosas como han sucedido para que la convivencia esté bien sustentada», insisten las mismas fuentes.
Exigencia de la sociedad
Los socialistas vascos ven con escepticismo medidas que Bildu tiene previsto adoptar, como la cesión de la Casa de la Paz de Aiete, en San Sebastián, para que el mediador sudafricano Brian Currin celebre algunas reuniones. El PSE no se opone a la labor del abogado, pero teme que detrás se esconda un intento de descafeinar la labor realizada en pos de la deslegitimación del terrorismo y a favor de la memoria de las víctimas.
Otro pilar del plan será dejar claro que la paz a Euskadi no viene de la mano de ETA, sino de la exigencia de la sociedad vasca de que «la violencia no tiene cabida, no permitirá ninguna vuelta atrás en la tregua en vigor y exige la disolución definitiva de la organización terrorista». Al mismo tiempo que trabaja para elaborar el plan de paz y convivencia, el Gobierno vasco, junto al PSE, está inmerso en el diseño de la nueva declaración institucional para el Día de las Víctimas del Terrorismo, el próximo 10 de noviembre. Esta jornada se celebrará por segundo año consecutivo y pretende actualizar el mensaje original para ajustarlo al nuevo contexto, marcado por la posible llegada del final del terrorismo.
Así, la declaración institucional también tratará de incorporar a su filosofía el «relato correcto» sobre lo ocurrido en Euskadi en estos últimos años sin violencia, según las fuentes consultadas.