EL CORREO, 25/11/11
El lehendakari abogará por «consolidar la libertad» en Euskadi durante la reunión, que tendrá lugar con el líder del PP ya en La Moncloa
El lehendakari, Patxi López, llamó ayer por teléfono al máximo responsable del PP y futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el objetivo de fijar un primer cara a cara tras su victoria en las elecciones del pasado domingo. Aunque ambos interlocutores coincidieron en la necesidad de verse cuanto antes, la reunión, previsiblemente, no se celebrará hasta el año que viene, después de que el dirigente popular y sus futuros ministros tomen posesión de sus nuevos cargos, un trámite que se llevará a cabo poco antes de Navidad. López trasladará a Rajoy que para «consolidar la libertad» es necesario consensuar una ‘hoja de ruta’ en la que se gane la «batalla del relato», se tengan en cuenta a las víctimas y se aborden las «consecuencias del terrorismo», entre ellas, la política penitenciaria.
Nada más conocerse la victoria del PP, el propio lehendakari admitió de manera pública su interés en ser recibido por Rajoy para analizar la situación creada en Euskadi tras el anuncio de la banda terrorista de dejar las armas. La primera toma de contacto se produjo ayer. López telefoneó al futuro presidente del Gobierno a primera hora de la mañana, aunque no pudo hablar con él hasta las 13.15 horas, cuando Rajoy le devolvió la llamada.
Fue una conversación de cortesía. Apenas unos minutos en los que el líder del PSE le felicitó por su victoria del domingo y le trasladó la conveniencia de verse en fechas próximas. Rajoy recogió el guante.
A la espera de cerrar la agenda, el jefe del Ejecutivo vasco sí tiene definido cuál es el mensaje que quiere trasladar al próximo inquilino de La Moncloa: la necesidad de poner en marcha unos pasos que sirvan para «consolidar la libertad» en Euskadi.
La ‘hoja de ruta’ se basaría en varios puntos que López ha explicitado en más de una ocasión y que parten de un principio básico: la necesidad de ponerlos en marcha con el máximo consenso entre los partidos más importantes.
Sería un guión muy similar al decálogo que presentó en el pleno de política general del pasado mes de septiembre, y en el que tendría un papel destacado la búsqueda de un «relato» compartido que explique lo sucedido en los últimos 40 años en Euskadi, en el que quede claro que ha existido una banda terrorista y no dos bandos enfrentados. En esta misma línea, el lehendakari considera que las víctimas de ETA deben ocupar un lugar primordial para que su «memoria» no sea olvidada en la nueva Euskadi en paz.
Estos dos puntos no plantean demasiados problemas de consenso con el PP. Más aristas pueden generar otros apartados de su propuesta, que harán referencia a las llamadas «consecuencias» de cuatro décadas de terrorismo.
Entre ellas está la política penitenciaria. Días después de que ETA anunciase el final de la violencia, López defendió la conveniencia de realizar en el futuro algún gesto con los presos de la banda. Una opinión similar a la que defendió Alfredo Pérez Rubalcaba. Sin embargo, ambos coincidieron en la necesidad de que esos pasos correspondería darlos al Ejecutivo que ganase las elecciones.
Sin cesiones
El lehendakari y el presidente del PP reflexionarán sobre si se dan las condiciones óptimas para dar pasos en esta materia. La tesis que ha venido defendiendo López es que la política penitenciaria no puede ser igual cuando ETA mata que cuando lo deja. Muchos dirigentes socialistas coinciden en que podría haber margen suficiente para realizar movimientos sin que suponga una cesión a la organización terrorista.
Además, y aunque se subraya que se trata de un «poder autónomo», en el entorno del líder del PSE se recalca que también sería interesante que las decisiones de la Justicia no desentonen con los ritmos políticos. En estos momentos hay dos temas fundamentales relacionados con el escenario que se abre tras el fin de ETA en manos de los jueces: el encarcelamiento de Arnaldo Otegi y la posible legalización de Sortu.
Se trata de dos cuestiones en las que la sintonía puede ser más complicada. Sin embargo, el Ejecutivo vasco cree que hay espacio para el acuerdo con el PP y su máximo responsable. Además, López está convencido de que el futuro presidente del Gobierno no desperdiciará la oportunidad que tiene por delante. En este sentido, cobra un papel relevante Antonio Basagoiti, en el que Rajoy ha depositado su confianza en todo lo que se refiere a Euskadi y que mantiene una relación cordial con el lehendakari.
Sobre esta cuestión habló ayer Iñigo Urkullu. El presidente del PNV aseguró no ver «compromiso» en Rajoy en lo tocante a la normalización o la política penitenciaria. Por este motivo, le instó a que dé pasos para que se «consolide el proceso».
EL CORREO, 25/11/11