EL CORREO, 28/12/11
El lehendakari dice que la «convivencia» tiene que asentarse «sin revanchas pero con memoria», en la tradicional recepción navideña
«No podemos pasar página como si nada hubiera sucedido en este país porque estaríamos cometiendo un error imperdonable». El lehendakari aprovechó ayer la tradicional recepción navideña que ofrece a representantes de la sociedad vasca para hacer un alegato en favor de una «memoria» sin «revanchas y sin odios», pero en la que quede claro que en Euskadi ha habido «víctimas y asesinos». «No podemos hacer tabla rasa con el sufrimiento padecido», afirmó Patxi López ante medio millar de representantes del ámbito político, económico, cultural, social y deportivo, entre los que estaban dos diputados generales -faltaba Martin Garitano- y el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, que ya estuvieron el año pasado. Como entonces, el ambiente fue cordial.
Como recordó el jefe del Ejecutivo, estas son las «primeras Navidades sin ETA, las primeras en libertad». López rememoró los «años de funerales y manifestaciones», un «mal sueño» que ha terminado por la «firmeza democrática» y manteniendo una política de «tolerancia cero con los terroristas y con cualquier expresión de connivencia con la violencia». De hecho, durante su intervención, el lehendakari se esforzó en remarcar que si ETA ha dado el paso no ha sido por voluntad propia ni por la izquierda abertzale. «No ha sido un regalo, los demócratas nos lo hemos ganado a pulso con nuestra determinación, sin rendirnos jamás», afirmó el líder del PSE, quien apostó por mantener esta misma estrategia «hasta que ETA desaparezca definitivamente».
El lehendakari aprovechó este momento para hacer una pequeña alusión a los presos, pero de manera indirecta, sin citarlos. Habló de actuar con «prudencia y con inteligencia» adoptando las decisiones que «nos hagan avanzar para consolidar este nuevo tiempo con firmeza y generosidad».
La cuestión de los reclusos, su posible acercamiento a Euskadi y la flexibilización de la política penitenciaria se han colocado en el centro de la agenda política. El propio López trasladará a Mariano Rajoy la necesidad de dar algún paso en este sentido durante la entrevista que mantendrán en enero, para la que todavía no hay fecha.
Sin embargo, desde el Gobierno vasco se insiste en que la posible modificación de la política penitenciaria es uno de los puntos finales del decálogo que el lehendakari presentó a finales de septiembre en el pleno de política general del Parlamento vasco. Que antes hay otros, en especial, los referidos a la memoria y a las víctimas.
Y a ellas se dirigió especialmente López. «Son, y deberán seguir siendo, nuestro referente ético en la construcción de la sociedad vasca. Nunca las olvidaremos porque forman parte del nosotros colectivo sobre el que tenemos que asentar la convivencia democrática», resaltó el lehendakari.
Pasar página
De forma contundente, el jefe del Ejecutivo instó a «no cometer el error de caer en un proceso de amnesia colectiva», y lanzó un mensaje a la izquierda abertzale, que durante los últimos meses está insistiendo en que hay 800 víctimas provocadas por ETA, pero otro medio millar originadas por la represión del Estado. Se trata de un heterogéneo colectivo en el que están incluidos, entre otros, los etarras a los que les explotó una bomba, los fallecidos en tiroteos con la policía, así como las víctimas de los GAL o de otros grupos de ultraderecha. Estos últimos ya están reconocidos como la Ley de Víctimas aprobadas por el Parlamento vasco.
«No vamos a permitir que se confundan víctimas y asesinos y que se diluya la responsabilidad que ETA, y quienes le han dado cobertura y apoyo, han tenido en el intento de romper la convivencia democrática», resaltó López, quien también se mostró convencido de que «no podemos pasar página como si nada hubiera sucedido en este país porque estaríamos cometiendo un error imperdonable».
Con varias apelaciones a la unidad, el lehendakari abogó por que la memoria se levante como un «muro» para que nadie vuelva a «empuñar un arma para matar a quien piensa diferente». «Representa nuestra propia dignidad ante la historia, y la dignidad no podemos perderla», manifestó el jefe del Ejecutivo.
Ante un auditorio plural, apostó por superar «viejos odios y rencillas» y «vivir en paz y libertad, respetando al diferente y construyendo el futuro de Euskadi sobre bases compartidas». «No sobra nadie. Todos, en pie de igualdad, somos imprescindibles para hacer país», sostuvo López.
A escasos metros de los diferentes líderes políticos, entre ellos los jeltzales José Luis Bilbao e Iñigo Urkullu, el lehendakari pidió que todos «entendamos que jugamos en el mismo equipo», e indicó que su objetivo es lograr una Euskadi «solidaria, sostenible y competitiva». «Y lo vamos a conseguir porque los vascos, cuando nos unimos, somos imparables», zanjó con optimismo.
EL CORREO, 28/12/11