Antonio Casado, EL CONFIDENCIAL, 9/6/2011
¿Quién está dispuesto a gobernar con los votos de Bildu?, no se descarta que PNV y PSE puedan cambiar cromos, sobre todo en ayuntamientos pequeños, donde la cabeza visible de Bildu sea un militante de Eusko Alkartasuna o de la antigua Izquierda Unida del País Vasco.
Este sábado toca constituir los ayuntamientos y elegir alcaldes en los más de 8.000 municipios que salieron a concurso electoral el pasado 22 de mayo. Todo es posible en materia de pactos si ninguna fuerza cuenta con mayoría absoluta de concejales. Nada que objetar en dieciséis de nuestras diecisiete Comunidades Autónomas. Pero está la excepción vasca, determinada por la persistencia del terrorismo como impedimento de la normalidad democrática que se implantó formalmente en 1978.
Las objeciones, por tanto, están especialmente indicadas en el País Vasco, donde la sombra de ETA planea sobre la parte de Bildu que siempre simpatizó con la banda terrorista. O al menos nunca condenó expresamente sus violaciones del Quinto Mandamiento y el Código Penal. Sin embargo, un teórico propósito de la enmienda, aceptado por el Estado que ellos quisieran dinamitar (nunca tan indicado el realismo de la expresión, a juzgar por los antecedentes), ha servido para abrirles las puertas de las instituciones municipales y forales que forman parte de ese Estado.
A la espera de saber si su genérica condena de la violencia va en serio -eso sólo el tiempo lo dirá-, se disponen a gobernar con mayoría absoluta en 88 ayuntamientos vascos y navarros, algunos tan emblemáticos como Gernika (Vizcaya) y Ondárroa (Guipúzcoa). Además tienen posibilidades de gobernar en otros 25 donde la coalición fue primera fuerza aunque por mayoría simple, como en San Sebastián, por ejemplo, que va camino de convertirse en su joya de la corona.
Respecto a estos últimos (22 en Euskadi y 3 en Navarra), se hacen quinielas sobre posibles pactos y se procesan las intenciones de quienes voten sus candidaturas o acepten sus votos para imponer las propias. Lo primero está totalmente descartado en el caso del PP de Basagoiti y el PSE de Patxi López, que comparten una inequívoca voluntad de formar un cordón sanitario en torno a Bildu del que se ha descolgado el PNV porque “no aceptamos las políticas de exclusión”, dice Iñigo Urkullu.
En cuanto a lo segundo -¿quién está dispuesto a gobernar con los votos de Bildu?-, no se descarta que PNV y PSE puedan cambiar cromos, sobre todo en ayuntamientos pequeños, donde la cabeza visible de Bildu sea un militante de Eusko Alkartasuna o de la antigua Izquierda Unida del País Vasco. Y totalmente verosímil que, en algunos casos, candidaturas del PNV o del PSE en lugares donde fueron primera fuerza logren la alcaldía con los votos de Bildu aunque estos no hayan siso solicitados.
Lo que está claro es que, salvo cambios de última hora, no habrá pactos globales entre las fuerzas políticas vascas respecto a Bildu. Las negociaciones cruzadas estos días se han cancelado con la decisión del PNV de presentar y votar a sus propios candidatos, sin hacerle ascos a quienes quieran apoyarlos. Una filosofía que irremediablemente tendrán que asumir también el PP y el PSE, lo cual abre el camino del poder municipal, donde no haya mayorías absolutas, a los cabezas de la lista más votada. Y eso significa, entre otras cosas, que el próximo alcalde de San Sebastián va a ser el cabeza de lista de la coalición Bildu, en la que Juan Carlos Izaguirre figura como “independiente”. O sea, ni de EA ni de la vieja escisión de IU.
Antonio Casado, EL CONFIDENCIAL, 9/6/2011