Viendo llegar las ovejas al aprisco situado en Ferraz me ha venido a la mente la película “Blade Runner”,cuyo guión está basado en la novela de Philip K. Dick ”¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, título que resulta especialmente evocador a la vista de cómo entraban en el corral los cabestros socialistas. La película anticipa un futuro en el que se fabrican humanos artificiales -denominados replicantes- que son utilizados como esclavos y resultan indistinguibles físicamente de los humanos, aunque carecen de cualquier respuesta emocional y empática. Pero parece que la bioingeniería utilizada tuvo algunos fallos y un grupo de replicantes se amotinaron contra quien los tiranizaba. La mera observación de los replicantes socialistas que llegaban al corralito de Ferraz nos permite llegar a la conclusión de que a Sánchez no se le ha escapado ni uno y , a la vista de cómo han salido los cabestros, queda claro que ni siquiera ha necesitado activar a su cuerpo especial de policía, sus blade runners, para alinear al rebaño y tenerlo a buen recaudo. A lo sumo, algunos de sus perros ha soltado unos ladridos para poner en vereda a alguna oveja que aparentaba ir a salirse del redil aunque finalmente se trataba del trastabilleo de una oveja coja con dificultades para conseguir alinearse correctamente con el resto del rebaño. En eso quedó todo.
Me pregunto que más tiene que ocurrir para que lleguemos a la conclusión de que la solución a los males que aquejan a España nunca vendrá de la mano del PSOE sino a pesar del PSOE
Este encierro en el corralito de Ferraz es el antecedente del que el rebaño en su conjunto celebrará en noviembre, momento en el que el macho alfa mostrará al mundo el conjunto de su redil y quedará claro hasta qué punto tiene domesticado a su rebaño, desde el primer cabestro hasta la última de las ovejas, incluidas la cojas.
Así las cosas sigo escuchando melancólicas llamadas a la “reacción” del PSOE… Como si los muertos pudieran reaccionar… Al igual que en el libro que dio origen a la citada película, parece que en España siguen existiendo demasiados dirigentes políticos, prescriptores de opinión y politólogos “expertos”, bienintencionados todo, empeñados en analizar en vez de diagnosticar al personaje que dirige la piara y que siguen soñando con que en el PSOE existen replicantes con conciencia. Me pregunto qué mas tiene que ocurrir para que, de una vez por todas, desistamos de soñar con que a Sánchez se le ha escapado alguno y que aún queda vida inteligente en el PSOE. Me pregunto que más tiene que ocurrir para que lleguemos a la conclusión de que la solución a los males que aquejan a España nunca vendrá de la mano del PSOE sino a pesar del PSOE.
Lástima del futuro que les dejamos a las próximas generaciones; lástima del tiempo perdido; lastima de los sacrificios y el esfuerzo de varias generaciones
Mucho me temo que ni por estas espabilaremos. Y si algún día llegamos a la dictadura perfecta sobre la que alertaba Carlos Martínez Gorriarán hace unos días en este medio, aún habrá quien diga que “esto no se podía saber”. Pero no es verdad; todo estaba escrito, advertido, argumentado… Y así, unos degenerando y otros durmiendo la siesta o mirando hacia otro lado para no tener que comprometerse o salirse del rebaño, es como hemos llegado a esto. Lástima del futuro que les dejamos a las próximas generaciones; lástima del tiempo perdido; lastima de los sacrificios y el esfuerzo de varias generaciones; lástima de la oportunidad perdida… Pobre España…
El texto que pego a continuación se corresponde con el capitulo 22 de “Caudillo Sánchez”, el libro cuya primera edición se publico en abril de 2023. Se podía saber, se sabía… Lo que falta por saber es si aun estamos a tiempo de frenar esta deriva y de salvar lo más sagrado: la Nación de ciudadanos libres e iguales. Veremos.
“Sánchez culpable, PSOE responsable»
Nada de lo que ha ocurrido en España en los últimos años hubiera sido posible si el Partido Socialista Obrero Español hubiera seguido siendo un partido político de corte socialdemócrata, caracterizado principalmente por ser un partido nacional y defensor de la igualdad de todos los españoles.
Desde el balcón de mi casa suelo ver pasar un rebaño de ovejas que vienen de la otra parte del río y caminan ordenada- mente hasta unos prados que hay en la parte de atrás de la vivienda. Van acompañadas por un perro que apenas tiene trabajo, pues todas ellas siguen cabizbajas a la oveja que lleva el cencerro. El can se limita a recoger a alguna coja (en todo rebaño hay una oveja coja…) que se queda rezagada. Ninguna de ellas levanta la cabeza ante los coches que paran en el arcén para dejar- las cruzar la calzada; ellas conocen la rutina y sobreviven cómodamente instaladas en ella.
Cuando veo el rebaño me vienen a la mente los afiliados del Partido Socialista Obrero Español y me da por pensar que si levantaran un poco la cabeza las cosas podrían ir de manera muy diferente en España.
Si los afiliados del PSOE se atrevieran a levantar la cabeza, se percatarían de que fue con Zapatero cuando comenzó a irse al traste el Partido Socialista que muchos vascos conocimos, un partido resistente al fanatismo nacionalista y cuyas propuestas políticas defendimos con riesgo de nuestra propia vida. Si se atrevieran a levantar la cabeza, quizá se darían cuenta de que la democracia incluye a todos los demócratas —el pluralismo ideológico es la definición de una sociedad plenamente democrática— y que la única línea divisoria en un país sometido a los envites secesionistas y totalitarios es la que separa a los demócratas de los enemigos de la democracia y de sus cómplices. Si se atrevieran a levantar la cabeza, verían con horror que hoy los dirigentes de su partido están mucho más cerca de los Otegi que de los Iturgaiz, más cerca de los terroristas que de sus víctimas.
Si los socialistas que siguen perteneciendo al rebaño se atrevieran a levantar la cabeza, serían conscientes de que su partido se ha saltado todas las líneas rojas impuestas por los principios democráticos más básicos; y descubrirían con estupor que su Gobierno «progresista» protege a los delincuentes de todo tipo y condición y que, por eso, impulsa leyes para rebajar las penas de los pederastas, de los violadores, de los agresores sexuales, de los corruptos o de los golpistas.
Si los socialistas levantaran la cabeza, es muy posible que descubrieran que el rebaño con el que siguen caminando no tiene nada que ver con aquel partido al que se unieron para construir la democracia. Si se atrevieran a levantar la cabeza, se darían cuenta de que están caminando hacia el precipicio guia- dos por un pastor que reniega de la Transición y que ha decidido cambiar la Constitución por la puerta de atrás, parasitando el Tribunal Constitucional para sacralizar la asimetría de derechos de los ciudadanos y para que sus magistrados de obediencia debida terminen declarando «constitucional» toda decisión que rompa la unidad de la nación.
Si los afiliados del PSOE se atrevieran a levantar la cabeza, se encontrarían con que su pastor ha roto en unos pocos años los vínculos de ciudadanía que tanto nos costó construir entre españoles. Si levantaran la cabeza, comprobarían que su pastor ha resucitado a Franco aplicando la misma táctica de quien grita «¡Que viene el lobo!» para aglutinar el rebaño. Y a poco que se fijaran se darían cuenta de que el lobo solo sobrevive en las ensoñaciones del pastor que lo desentierra para pasar a la historia…
Pero, por más que miro al rebaño socialista, no encuentro a nadie que se atreva a levantar la cabeza y señalar que el pastor está extraviado y los está conduciendo al precipicio. Y veo cómo los socialistas tragan sin masticar lo que les echen, desde la legalización de la sedición a la rebaja de penas para los corruptos, pasando por la desobediencia de las sentencias que protegen el derecho de los españoles a estudiar en la lengua común del Estado.
Y el cencerro sigue sonando mientras los socialistas dirigidos por Sánchez van desmantelando la democracia; y todos van detrás, calladitos y obedientes, para conseguir que el pastor les dé su ración diaria de comida. Ser parte del rebaño ayuda a sobre- vivir; para una oveja es un buen plan”.