- Destrozar el régimen común de financiación al dictado de los separatistas de Junqueras es lo más grave que está ocurriendo ahora mismo
En 1993, siendo todavía un chaval, fui con un compañero a entrevistar a Manuel Fraga en el palacio de Rajoy, en el Obradoiro. El motivo de la conversación era su gran mayoría absoluta en Galicia de aquel año, la segunda que lograba desde su llegada en 1989. Fraga peinaba entonces 70 abriles y había asegurado durante la campaña que aquellas eran sus últimas elecciones. En un momento dado, le pregunté si se iba a volver a presentar. Craso error. Hasta entonces había estado como una malva, pero ante esa cuestión mutó en una furia: «Mi querido amigo, lo saben los niños de las escuelas, lo saben hasta los tontos de baba, ¡nooo!», bramó. Y acto seguido dio por concluida la entrevista dando una voz a su secretaria: «María, ¡el siguiente!». Pero no solo volvió a presentarse, sino que lo hizo tres veces más, la última en 2005, con 82 años.
Me he acordado de la expresión del volcánico y magnífico Fraga al hilo de la presentación del cuponazo catalán. Y es que parafraseando la claridad políticamente incorrecta de don Manuel, creo que lo que pasa aquí con la financiación está clarísimo, lo saben «hasta «los niños del colegio y los tontos de baba». El cuponazo catalán es un privilegio inconstitucional e injusto, exigido por el separatismo catalán a cambio de mantener en sus poltronas a Sánchez y a Illa. El PSOE está comprando los votos independentistas a costa de aceptar una medida que en realidad supone un rejón serio a la unidad de España.
Todo esto es intolerable y repugnante. En realidad más grave y trascedente que los incidentes de Torre Pacheco, que el PSOE está cebando dialécticamente para que no se hable de la mugre de Sánchez y de que están vendiendo a España en el mostrador de ERC en plena dispersión estival. Lo del cuponazo catalán no hay por donde cogerlo:
-Lo llaman «financiación singular». ¿Singularidad de qué? ¿En qué es más singular un paisano de Badalona que uno de Lugo, Cartagena o Mérida? ¿Levitan? ¿Son elfos contra hobbits? El término «singular» quiere denotar que Cataluña es algo distinto, y por ello debe recibir un trato preferente, discriminatorio respecto al resto de las regiones. En el fondo se está aceptando el soniquete supremacista clásico del nacionalismo catalán respecto al resto de los españoles.
-No es verdad la cantinela de que Cataluña está infrafinanciada. Hay estudios de máximo prestigio que lo desmienten. Por no hablar de que todas las financiaciones autonómicas de nuestra democracia se han diseñado al dictado del nacionalismo catalán. O de que Cataluña ha sido privilegiada sistemáticamente por el Estado desde el arancel del XIX: primera luz eléctrica, primera línea de ferrocarril, primeras autopistas, Franco poniendo allí la Seat y dándole el monopolio de las ferias, el traslado del sector eléctrico estatal a Cataluña por Felipe González, los Juegos Olímpicos, el rescate del Estado ante la quiebra autonómica, fruto de la gestión alocada de los dirigentes nacionalistas…
-La actitud del PSOE es una auténtica vergüenza, su enésima felonía antiespañola. Se negaron siempre al cupo catalán (mejor dicho, «cuponazo»), argumentando lo que todos sabemos: que es inconstitucional y que rompe la caja única del Estado. Pero cambiaron súbitamente de idea cuando Illa y Sánchez necesitaron los votos del separatismo para compensar los que no obtuvieron en las urnas.
-El PP (y Vox) tienen que ponerse las pilas. No distraerse y tomarse este desafío a la unidad de España como un asunto prioritario. Feijóo debe apearse de inmediato de la absurda entelequia de querer abrirse a pactos con Junts, un partido golpista presidido por un prófugo y que sigue amenazando con el provocador «lo volveremos a hacer».
-¿Por qué quieren los separatistas catalanes el cuponazo? Desde luego no porque los perjudique. Es evidente, lo demandan porque es un chollo, una bicoca (como muestra la sobrefinanciación que disfrutan los vascos y los navarros). Pero el modelo de las comunidades forales no se puede extender a una región del tamaño e importancia económica de Cataluña sin destrozar la caja.
-El modelo de negociación resulta inaceptable. La financiación de todas las regiones españolas no la pueden decidir en una mesa solo los representantes de Sánchez e Illa. Tampoco son admisibles las negociaciones bilaterales España-Cataluña como si fuesen dos países.
-Supone una tomadura de pelo la excusa del PSOE de que el acuerdo beneficiará a todas las comunidades. Para nada: este cuponazo nace expresamente para privilegiar a Cataluña, de ahí el sumo interés en él del golpista Junqueras (condenado a 13 años de cárcel por el Supremo por sus delitos sediciosos contra la unidad de España).
Ya está bien. Todos los españoles somos iguales ante la ley. Nadie es superior a nadie. No nos puede quitar nuestro dinero para dárselo a otros con el deplorable argumento de que son «singulares» -léase superiores- y que además tienen partidos antiespañoles que de vez en cuando dan golpes de Estado. Basta ya de que unos nacionalismos insolidarios que odian a España nos expriman y mangoneen nuestras vidas y haciendas.
Si ellos son «singulares», los demás, ¿qué somos? ¿Los gilis pagafantas?