Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
- El actual sistema de financiación autonómica no gusta a nadie, pero su sustitución es muy compleja
El Govern, es decir ERC, ha pedido ¿o es exigido? a Pedro Sánchez la cesión de todos los tributos, imagino que con capacidad normativa incluida, a cambio de un sistema de solidaridad que no se especifica. Supongo que serán conscientes de que tal cosa no es posible, ni siquiera con alguien tan presto a la cesión y tan complaciente como nuestro inmerecido presidente. No lo es por el momento en el que se plantea, con el país alborotado y en plena efervescencia electoral, ni por el contenido de la petición. El actual sistema de financiación autonómica no gusta a nadie, pero su sustitución es tan compleja que ha resultado duradero y no se podrá sustituir sin un acuerdo general. Los vascos tenemos un sistema propio que suscita dudas sobre la equidad del reparto de los dineros, pero que cuenta con un sólido respaldo constitucional.
Pensar en que ese sistema puede ser extrapolable a Cataluña sin contar con el beneplácito del resto de comunidades es una quimera. Si cambiamos el modelo -falta le hace-, tendrá que hacerse previo acuerdo del resto de comunidades. Aducir hoy, en 2024, eso tan bonito de las comunidades históricas es una broma. ¿Cómo es eso de que el Reino de Aragón, el de Valencia, el de León o el de Murcia no son históricas, pero el Condado de Barcelona sí lo es? ¿Se puede organizar la segunda mitad del siglo XXI en base a una interpretación tan peculiar y sesgada de la Edad Media?
Los independentistas catalanes tiene que aclararse. Si insisten en eso de la independencia, ¿a santo de qué quieren organizarnos una vida en común que no desean? Y si quieren vivir en común deberán aceptar que todos decidimos sobre todo. Llegados a este punto, ¿cree alguien posible que Cataluña gestione la totalidad de sus ingresos fiscales -algo que no hacen ni Navarra ni el País Vasco-, y Madrid, que es la gran contribuyente, o Baleares no lo hagan y los demás no participen en el diseño?
Pienso que solo hay una solución y admito que también es compleja. Definir cuáles son las competencias exclusivas del Estado y dotarle de las fuentes de ingreso necesarias para financiarlas. Y después, dejar a las comunidades que definan su ámbito competencial y busquen sus fuentes de financiación, sin romper la unidad del mercado y con el correspondiente sistema de solidaridad. Algo parecido a los sistemas federales.
Si los catalanes quieren ahora un sistema propio y aparte del conjunto, llegan tarde. Pudieron haberlo tenido antes. No quisieron. Hoy es imposible.