El secuestro más largo de la historia del Sahel tocaba anoche a su fin. Los dos rehenes españoles, Roque Pascual y Albert Vilalta, fueron sacados por la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) de su último escondite y circulaban por el desierto de Malí camino de su liberación tras casi nueve meses de cautiverio, según fuentes conocedoras del desarrollo de la negociación.
El Gobierno español desmintió anoche que los dos voluntarios de la ONG Barcelona Acció Solidària hubieran sido puestos en libertad. Aseguró que aún estaban en manos de los terroristas, que aparentemente sí habían manifestado su intención de entregarlos al mediador en el secuestro, Mustafá Chafi, consejero del presidente de Burkina Faso.
El anuncio, a primera hora de la tarde, de la liberación de los dos catalanes por la cadena de televisión árabe de noticias Al Arabiya desbarató los planes del Ejecutivo, que solo tenía la intención de dar a conocer la buena nueva el lunes a partir de mediodía, cuando ambos estuvieran no solo en un terreno seguro sino junto a Soraya Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional, y de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Otras fuentes conocedoras del desarrollo de la negociación sostenían anoche que Vilalta y Pascual ya habían perdido de vista a los barbudos que les custodiaron desde mediodía del domingo, pero que aún tenían por delante la travesía de Malí -primero el desierto y después la sabana-, un país en el que campan a sus anchas contrabandistas y traficantes de droga.
El recorrido lo efectuaban a bordo de varios todoterrenos acompañados de Mustafá Chafi, al que AQMI dio cita, comunicándole las coordenadas GPS, en algún punto del norte de Malí. Les escoltaban además un puñado de malienses pertenecientes a uno de los grupos armados no islamistas que pululan por el norte del país y que no inspiraban excesiva confianza al resto de la comitiva. De ahí la prudencia del Gobierno. Al final del viaje tenían previsto alcanzar la frontera de Burkina Faso, donde un helicóptero oficial les recogerá hoy, lunes, para trasladarles a Uagadugú, capital de Burkina Faso. Anoche, un Falcon del Ejército del Aire estaba preparado para llevar allí a la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, y a las familias de los secuestrados, a las que la noticia sorprendió de vacaciones en el norte de Cataluña.
En las conversaciones que mantuvo desde hace un par de semanas con el Gobierno español, el mediador dio a entender que se había iniciado «la recta final» para la liberación de los dos rehenes. Ambos fueron apresados, junto con Alicia Gámez, el 29 de noviembre en la principal carretera de Mauritania. Gámez fue liberada el 9 de marzo sin ninguna contrapartida.
La puesta en libertad de Pascual y Vilalta se está desarrollando de manera muy similar a la de Gámez, hace ya más de cinco meses. Tras un largo cautiverio en Malí, no han sido finalmente liberados en ese país sino en el vecino Burkina Faso, cuyo presidente pone gran empeño en resolver problemas regionales. De nacionalidad mauritana, Chafi, el mediador, se dio a conocer a partir de 2002 desarrollando una labor de buenos oficios en la guerra civil que asoló Costa de Marfil.
El optimismo de Chafi se justifica por la entrega, el pasado fin de semana, de Omar Ould Sidi Ahmed Ould Hamma, apodado Omar Saharaui, por Mauritania a Malí. Omar Saharaui fue condenado en julio, por el tribunal penal de Nuakchot, a 12 años de trabajos forzados por haber organizado el secuestro de los tres españoles. En agosto, en plenas vacaciones judiciales, un tribunal de apelación confirmó la sentencia.
El pasado fin de semana, Omar Saharaui fue, sin embargo, sacado de la prisión central de Nuakchot -sin que sus abogados fueran informados-, y entregado a su país de origen, Malí, donde no tenía ninguna causa pendiente, según Sidi Bounena, uno de los letrados de la defensa. Estos aseguraron incluso que Malí no había solicitado su extradición.
Una vez en Bamako, se pierde el rastro de Omar Saharaui, que no ingresa en prisión. Queda claro que está ya libre y así queda también despejado el camino para la liberación de los dos presos catalanes de Al Qaeda. Desde abril de 2009 la organización terrorista ha conseguido así la excarcelación de al menos nueve reos, todos ellos en Malí.
A diferencia de los demás presos que salieron de la cárcel de Kati, cerca de Bamako, Omar Saharaui no es exactamente un terrorista, sino un mercenario que aceptó el encargo de Al Qaeda de organizar el secuestro de los tres voluntarios catalanes a cambio de 15.000 euros, según quedó demostrado durante el juicio.
A Mokhtar Belmokhtar, el jefe de la katiba (célula terrorista) en cuyo poder estaban Pascual y Vilalta, no le molestó especialmente que el mercenario fuera detenido, pero sí las condiciones en que se llevó a cabo su apresamiento. El abogado Sidi Bounena asegura que un comando mauritano cruzó la frontera para capturarle en Malí, cerca de Tombuctú, donde su cliente custodiaba un rebaño de camellos. Belmokhtar lo consideró una provocación y una amenaza.
La prioridad de Belmokhtar fue obtener, a cambio de sus dos rehenes españoles, la liberación de Tagui Ould Youssef, un mauritano que fue su lugarteniente y al que la policía de Níger detuvo en marzo con la ayuda de la DGSE, el servicio secreto francés. El amigo de Belmokhtar fue extraditado a Mauritania el 5 de mayo, pero el presidente Mohamed Abdelaziz se negó a ponerle en libertad pese a la petición que le hizo, el 6 de junio en Nuakchot, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Belmokhtar aceptó entonces conformarse con la liberación del mercenario Omar Saharui además del rescate pecuniario que pagó el Estado español. En abril de 2009 ya cobró, según la prensa canadiense, unos 3,7 millones de euros a cambio de poner en libertad a dos diplomáticos de ese país, Robert Fowler y Louis Guay, capturados en diciembre de 2008 en el este de Níger.
Ese mismo mes fueron también excarcelados en Bamako cuatro terroristas, uno de ellos el argelino Omar el Merdaci, con un largo historial delictivo a sus espaldas.
267 días de secuestro
– 29 de noviembre de 2009. Un grupo armado secuestra en Mauritania a tres miembros de Barcelona-Acció Solidària: Roque Pascual, Alicia Gámez y Albert Vilalta.
– 7 de diciembre de 2009.
Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) reivindica el secuestro, así como el del botánico francés Pierre Camatte (apresado el 26 de noviembre), y exige un rescate.
– 8 de diciembre de 2009. AQMI emite un comunicado
en el que informa de que los tres cooperantes están bien
de salud.
– 29 de diciembre de 2009. El Gobierno español informa de que Albert Vilalta recibió tres disparos al intentar escapar en el momento del secuestro.
– 15 de enero de 2010. El Ejecutivo español dice haber visto un vídeo de los rehenes remitido por los terroristas.
– 29/31 de enero de 2010. El Ejército de Mauritania detiene a tres presuntos terroristas en relación con la investigación del secuestro.
– 19 de febrero de 2010. Malí extradita a Mauritania a un ciudadano mauritano relacionado con el secuestro.
– 23 de febrero de 2010. Liberado en el norte de Malí el francés Pierre Camatte tras la excarcelación de varios presos de una cárcel cercana a Bamako. Estuvo secuestrado 90 días.
– 5 de marzo de 2010. Al Qaeda exige un rescate económico y la excarcelación de presos de su organización en Mauritania para liberar a los españoles.
– 9 de marzo de 2010. Alicia Gámez es liberada.
– 15 de marzo de 2010. La Fiscalía mauritana envía a prisión a cinco personas y pone a disposición judicial a otras dos por su vinculación con el secuesro.
– 29 de marzo de 2010. El presunto autor principal del secuestro, Omar Uld Sid’Ahmed Uld Hame, Omar Saharaui, es acusado formalmente de este delito en Nuakchot.
– 9 y 22 de junio de 2010. El ministro Moratinos viaja a Mauritania y a Burkina Faso, donde se entrevista con sus presidentes para tratar el asunto de los cooperantes. – 26 de julio de 2010. El presidente francés confirma el asesinato del cooperante Michel Germaneau, de 78 años.
– 11 de agosto de 2010. El Tribunal Penal de Nuakchot confirma la pena de 12 años de prisión firme con trabajos forzados contra Omar Saharaui. Cinco días mas tarde, el 16 de agosto, fue extraditado a Malí.
– 22 de agosto de 2010. Se pone en marcha la liberación de Albert Vilalta y Roque Pasqual.
EL PAÍS, 23/8/2010