Los 15 diputados del Grupo Socialista que votaron no a Mariano Rajoy en su investidura esperan con inquietud la decisión que tomará hoy por la tarde la Comisión Gestora del PSOE, que podría marginar o relegar a varios de ellos, además de abrir un expediente informativo a los que son militantes de este partido por haber votado en contra de lo que acordó el Comité Federal.
Los ahora críticos –que hasta hace mes y medio estaban en la dirección del PSOE– reclamaron ayer no ahondar en la fractura que sufre el partido, no abrir más heridas y que la Gestora se dedique a unir, a «coser», como dice Susana Díaz, sin aplicar «castigos» a los parlamentarios que decidieron mantener su compromiso electoral de no hacer presidente a Rajoy, aunque fuera en contra del máximo órgano de dirección del PSOE.
Anoche, la decisión definitiva sobre todos los castigos a aplicar no estaba decidida, según aseguraban tanto en el Grupo Socialista como en la dirección del PSOE. Parece claro que Ferraz quiere fulminar a la presidenta de la Comisión de Justicia, la magistrada Margarita Robles, y sacarla incluso de ese órgano para forzar su destitución. Pero, además, Ferraz podría ampliar el castigo a la diputada aragonesa Susana Sumelzo, que es portavoz de Cooperación Internacional.
En principio, había personas pertenecientes a la Gestora que no consideraban necesario quitar esta responsabilidad a Sumelzo, sobre todo teniendo en cuenta que el resto de portavoces que votaron no, todos del PSC, seguirán probablemente en sus puestos.
Sin embargo, fuentes socialistas señalan que el presidente de Aragón, Javier Lambán, ha pedido expresamente que sea apartada y está hablando con otras federaciones para conseguirlo. Además, añaden que «su actitud» –en referencia a que Sumelzo ha concedido entrevistas y ha defendido públicamente el no a Rajoy– «no ayuda» a que sea finalmente perdonada, aseguraron ayer desde la dirección.
Lo que sí confirmaron desde la Gestora a este diario es que habrá cambios en algunas portavocías, como ha ocurrido «siempre», dijeron, «que ha empezado una legislatura» y «siempre que ha cambiado la dirección del partido».
También es prácticamente seguro que saldrán de la dirección del Grupo Socialista las dos diputadas que pertenecen a ella y votaron no a Rajoy: Meritxell Batet (PSC) y Sofía Hernanz (Baleares). En el PSOE argumentan que difícilmente puede estar en la dirección del Grupo quien no ha cumplido la disciplina interna del mismo.
Tanto el ex secretario general, Pedro Sánchez, en un artículo en la red social Facebook, como su ex número dos, César Luena, así como otros dirigentes próximos a éstos pidieron ayer comprensión a la dirección y que la Gestora «no ahonde en la fractura que sufre» el partido.
Sánchez reclamó a la Gestora que actúe «en aras de la unión» y no retire de portavocías y presidencias de comisión a los diputados que rompieron la disciplina de voto porque esto, avisa, «no hace más que ahondar en la fractura que sufre» el PSOE.
El ex líder de los socialistas pidió a la nueva dirección que una al partido y al Grupo Parlamentario, porque el PSOE «ya ha sufrido mucho».
El que fue secretario de Organización y ahora es secretario general del PSOE de La Rioja, César Luena, exigió por su parte que «se aplique el reglamento y no castigos» y se preguntó irónicamente: «¿Esto es coser?».
El PSOE sí parece decidido a mantener a los portavoces de comisión catalanes, ya que su insumisión no obedeció a una decisión individual, sino al mandato el Consejo Nacional del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Además, la relación entre el PSOE y el PSC está todavía pendiente del grupo de trabajo que van a constituir Ferraz y la formación catalana, compuesto por seis personas, tres de cada parte.
Ayer ya se adelantaron los castigos, pues se constituyó la Comisión Mixta Congreso-Senado para la Unión Europea y había que elegir su Mesa. El que estaba llamado a presidirla era el catalán José Zaragoza, que fue sustituido por Soraya Rodríguez. Quien iba a ser portavoz, el balear Pere Joan Pons, tampoco lo será. Ocupará su lugar Eduardo Madina.
El portavoz de la Gestora, Mario Jiménez, mantuvo ayer que relevos como estos no responden a un castigo por haber votado no a Rajoy, sino a la necesidad de «configurar nuevos equipos» para esta nueva etapa. El también portavoz de Susana Díaz en el Parlamento andaluz incidió en que el partido y el grupo tienen que «ordenar y organizar» el funcionamiento del partido en el Congreso.