Los deberes para septiembre

IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

  • La coyuntura económica se presenta complicada: inflación, tipos de interés al alza, crisis energética y muchas incógnitas aún sin respuesta

Cuando yo estudiaba -sucedió hace una eternidad, los archivos hay que ir a buscarlos a la cueva de Altamira-, había exámenes en junio, al terminar el curso escolar, y quien no aprobaba tenía que volver a examinarse en septiembre, a la vuelta del verano. Pasaba con bastante frecuencia, cosa que no estoy seguro de que hoy suceda. El examen de selectividad ha tenido casi un 98% de aprobados, así que en septiembre supongo que ese original y rebelde 2% quedará en algún bar con los examinadores para comentar las vacaciones en detalle y sin agobios. ¿Me haría alguno de ustedes la caridad de decirme qué seleccionan exactamente los exámenes de selectividad actuales? ¿Cuál ha sido el terrible motivo para suspender a ese 2%? ¿Han puesto mal su nombre o no lo han puesto amparados en la ley de protección de datos? ¿Han contestado en farsi?

Bueno, a lo que iba. Este septiembre vamos a tener un examen muy duro en la economía, que nos exigirá realizar deberes arduos. Por ejemplo, ¿habremos bajado la presión sobre los precios, que elevan la inflación por encima de los dos dígitos? ¿Cuál será el crecimiento del PIB? ¿Seguirá el empleo dando buenas noticias o se habrá dado la vuelta la tendencia positiva de estos últimos meses? ¿Tendremos gas para las calefacciones y para las industrias o habrá cortado el grifo el sátrapa de la Madre Rusia? ¿Tendremos agua para el riego y la producción eléctrica? ¿Seguirá la guerra, casi olvidada, de Ucrania? ¿Habrán subido de nuevo los tipos de interés y encarecido todos los créditos, desde las hipotecas a los de consumo y los del ICO? ¿Se habrán repartido, por fin, los dineros de Bruselas o seguirán atascados en medio de la maraña administrativa? ¿Se habrán entregado los dineros del fondo de apoyo a empresas estratégicas en crisis (10.000 millones de euros) del que solo se ha concedido un 20%? ¿No hay empresas estratégicas en crisis o nadie que quiera correr el riesgo de repetir el escándalo de Plus Ultra? ¿Tendremos un plan de consolidación fiscal creíble o, al menos, que se lo crea Bruselas y nos siga dando dinero y el BCE compre nuestra deuda para que no se disparen las primas de riesgo?

No estoy seguro de que seamos capaces de superar el peliagudo examen económico que viene

No estoy seguro de que seamos capaces de aprobar un examen tan peliagudo como este, pero sí lo estoy de que hemos estudiado muy poco a lo largo de este verano. A mí me parece que los precios siguen muy altos. A este paso, solo bajarán cuando comparemos los precios del futuro con los precios altos del presente. Ya conoce el truco. Si los precios suben un 10% en 2022 y se mantienen intactos en 2023, habrán subido ese año un 0%, pero a usted le seguirá costando todo un 10% más que en 2021.

Los tipos de interés van a subir sí o sí. Me asusta que sea el propio Gobierno quien anuncie datos malos de empleo para agosto. Me preocupa que la producción hidráulica de electricidad se haya reducido un 50% y la de gas haya aumentado al doble. Me da lástima que los ganaderos estén sacrificando su ganado por carecer de agua y no poder soportar las alzas de los alimentos. A ver si hay suerte y cuando lleguen las lluvias no lo hacen de forma torrencial y no causan nuevos destrozos, pero sí terminan con los incendios. No entiendo que los dineros del plan Next-Gen, tan repetidamente anunciados y tan brillantemente alabados, estén recorriendo cajones en lugar de pagando inversiones que creen empleo y aseguren el futuro de nuestras empresas.

Me da miedo todo esto, porque creo que la realidad que nos va a examinar no es tan benévola y permisiva como los tribunales que consideraron aptos para ingresar en la universidad al 98% de nuestros estudiantes. Bueno, al menos se ha cumplido la promesa de que ‘nadie se va a quedar atrás’, aunque haya sido a costa de que muy pocos se hayan movido de su sitio.