EL MUNDO – 22/07/14
· Sólo el 4,4 % manifiesta en una encuesta respaldar la independencia de Cataluña.
· Se muestran «preocupados» y llaman «casi con desesperación» al diálogo con Rajoy.
Los responsables de las grandes empresas catalanas están «preocupados por el proceso» soberanista y «llaman al diálogo» entre los gobiernos «casi con desesperación». Una de las posibles consecuencias de llegar a la independencia, la salida de Cataluña de la Unión Europea, la consideran «un desastre indeseado». Por todo ello, sólo un 4,4% defiende que el proceso soberanista conduzca a Cataluña a la independencia. Para el resto, serviría el diálogo o la reforma de la financiación autonómica para dar respuesta a las reivindicaciones catalanistas, aunque algunos avalan y esperarían al resultado de un referéndum.
El mismo presidente de la Generalitat, Artur Mas, recibió ayer en un encuentro con los empresarios estas conclusiones, integradas en un informe elaborado por la consultora PwC, y de entrada les señaló que, tras la petición por carta a Rajoy de un encuentro, se han reactivado las negociaciones. «Se requiere una actitud valiente y asumir riesgos», explicó al auditorio.
El desasosiego de la clase empresarial catalana ante la situación política que vive Cataluña y sobre su futuro institucional se pone de manifiesto con varios argumentos.
Un tercio (31,1%) de los presidentes, consejeros delegados y máximos ejecutivos de las empresas catalanas defiende que el diálogo entre los gobiernos de España y Cataluña sería el mejor desenlace al proceso soberanista iniciado por Mas. A poca distancia, un 26,7% apuesta por convocar el referéndum que plantea la Generalitat. Apostando por lo que podría ser una tercera vía, un 22,2% quiere una mejor financiación autonómica, y un 15,6% se queda con reformar la Constitución para conseguir un encaje de la autonomía.
PwC ha realizado el informe reuniendo en un grupo de trabajo a una veintena de empresarios y ejecutivos de compañías e instituciones: Amancio López, presidente de Hotusa; Joaquim Boixareu, consejero delegado de Irestal Group; Josep Lluís Bonet, presidente de Freixenet; José María Serra, presidente de Catalana Occidente; Salvador Alemany, presidente de Abertis, y Xavier Pujol, consejero delegado de Ficosa, entre otros. Muchos de ellos consideran que el mundo empresarial «no debe participar aún o tener una postura pública» en el debate sobre el futuro de Cataluña, porque además, para opinar, aseguran que les falta «información sobre las eventuales consecuencias del proyecto soberanista».
Más unísona es la posición de los patronos sobre el riesgo de un nuevo Estado fuera del amparo de la Unión Europea. Para el 76,1% de los consultados, la pertenencia a la UE y el mantenimiento del euro será un factor decisivo en su apoyo –y en el de los catalanes en general– al soberanismo. Únicamente un 15,2% se muestra escéptico sobre la importancia de ser comunitario. En cualquier caso, confían unos y otros en un acuerdo Cataluña-España, porque de quedar fuera temen por la huida de las inversiones extranjeras – dice un 77% de los empresarios– y por la aparición de nuevas fronteras –un «aislamiento indeseado e indeseable»–.
Aspectos, éstos, que también podrían darse en el comercio bilateral con España, con efectos muy negativos para el 47,8% de los consultados. Un «reflejo de que todos tienen algo que perder», asegura el informe. Insisten ahí también en que «el diálogo entre los actores de este proceso es la única forma de evitar un choque de trenes que sería, en sí mismo y por las consecuencias que supondría para todos, un grave accidente de consecuencias imprevisibles». Y lo piden «con celeridad», porque la incertidumbre «por la falta de movimientos de los responsables institucionales es un marco negativo que se agrava cuanto más se dilate un posible desenlace del proceso», especialmente para las empresas cotizadas.
Con tal sombrío escenario, los empresarios catalanes reiteran que no disponen de la información suficiente como para valorar cómo les va afectar directamente lo que pueda ocurrir después del 9-N, en caso de que se llegara a celebrar la consulta. Ante estas dudas, el president Mas también les instó ayer a leer los 14 informes ya elaborados por el Consejo para la Transición para recabar la información que requieren.
En cualquier caso, una posición mayoritaria de los empresarios no aborda la planificación de sus negocios en una nueva coyuntura, pero también otros admiten que contemplan incluso el traslado de sus actividades fuera de Cataluña. Alguno reconoce que, como experiencia aislada, «en algunas zonas y en algunas ocasiones no nos reciben precisamente con los brazos abiertos por ser catalanes, al contrario de lo que sucedía hace unos años».
EL MUNDO – 22/07/14