La idea de insinuar que López, como es socialista, está de paso en Euskadi y acabará colocado en España, no está mal pensada como argucia nacionalista. Pero tiene dos inconvenientes: que ya no cuela hacer creer que los no nacionalistas no son vascos auténticos; y que el método elegido no ha podido ser más torpe.
O muy bien está afianzando el lehendakari Patxi López su liderazgo en el Gobierno Vasco o muy mal tienen que sentirse algunos dirigentes del PNV para acabar por recurrir al viejo estilo de sus clásicos de difundir un rumor y ver si algo se mueve en Ajuria Enea. Todo parece indicar que se están dando los dos fenómenos: que el lehendakari está gobernando con determinación y sin sobresaltos y que el PNV se hace trampas al solitario cuando propone reeditar pactos antiterroristas que luego no concreta o cuando ofrece acuerdos de estabilidad a un gobierno que, en su opinión, ha formado un frente españolista con el PP.
El caso es que si el portavoz parlamentario en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka, ha caído en el estilo frívolo más propio de sus antecesores que de los actuales jeltzales, señal de que el PNV todavía está buscando su camino desde la oposición.
La escuela de los que rodearon a Arzalluz durante tantos años, creando sospechas y difundiendo bulos para acomodar la realidad a la imagen que necesitaban, dejó alumnos aventajados. Algunos de ellos se dedican a matar el tiempo creyendo que son escritores por el simple hecho de ir sembrando cizaña en sus txokos de internet. No era hasta ahora el estilo de Erkoreka, desde luego.
Pero en los tiempos adversos no se le ha ocurrido nada mejor para desestabilizar al nuevo Gobierno Vasco que recurrir al comadreo. La silla del lehendakari se está fijando en el suelo con tanta naturalidad que el PNV se la quiere mover. La idea de insinuar que López, como es socialista, está de paso en Euskadi, no es un vasco pata negra, y acabará colocado en España como tantos otros, no está mal pensada como argucia nacionalista. Pero tiene dos inconvenientes: a) que ya no cuela, que hacer creer que los que no son nacionalistas no son vascos auténticos es un esfuerzo inútil, porque la Euskadi plural ya no cae en la trampa de dividir a los ciudadanos en clases. Y b) que el método elegido no ha podido ser más torpe.
Todo se creó en el blog del portavoz parlamentario. En la tarde del lunes, Erkoreka colocó la joyita por ver si alguien la compraba. El cortesano nacionalista contó que se había encontrado en Madrid con un antiguo diputado «cuyo alejamiento de la vida política activa no le impide estar al tanto de muchos de los secretos que se cuecen (la prosa es textual)»…bla,bla. Y el diputado retirado le contó que un sector del PSOE estaba proponiendo a Patxi López como candidato alternativo a Zapatero. No era un chiste. Y lo puso en circulación.
Y como nadie serio se lo tomó idem, Urkullu recogió el capote de su compañero para decir que consideraba «gracioso» plantearse la posibilidad de que Patxi López acabe sustituyendo a Zapatero. ¿Plantearse? ¿Quién ha soltado el anzuelo sino el propio parlamentario del PNV? Al final el recurso del chisme no ha producido el efecto deseado. Las extravagancias mejor que se queden para la prensa rosa; si no, acaban convirtiéndose en un disparate.
Tonia Etxarri, EL DIARIO VASCO, 23/9/2009