LUIS VENTOSO – ABC – 01/10/15
· Una tercera vía entreguista en Madrid da oxígeno al separatismo.
Estoy totalmente de acuerdo con el señor Sánchez, el señor Cebrián y otros defensores de la llamada Tercera Vía: parte del problema catalán radica en Madrid. Pero discrepamos sobre en qué parte en concreto de Madrid. Ellos afirman que en La Moncloa, en el insufrible quietismo marianista, un gobernante empecinado, que siendo el presidente de España ha cometido la terrible extravagancia de encapricharse en cumplir la ley frente a unos sediciosos que proclaman abiertamente que desean destruir el Estado.
Estoy de acuerdo con ellos en que la crecida de Mas y Junqueras no habría ido a tanto sin la pasividad de Madrid. Pero yo me refiero a otra pasividad madrileña: la de una izquierda que se avergüenza de su país, que con una empanada tremenda confunde España con Franco y ha renunciado a ejercer el más elemental patriotismo democrático. ¿Nociva pasividad madrileña? Pues sí: la de una Tercera Vía que propugna que para salvar el Estado hay que irlo desguazando al compás que marque el separatismo catalán.
En Italia, que completó su unificación en el XIX y no goza de nada parecido a las enormes competencias autonómicas españolas, también han brotado cantos separatistas. El último fue el del Véneto, la región de Venecia, con 4,9 millones de habitantes. Vieron lo de Cataluña y plagiaron el guion: Roma nos roba, cada año damos 20.000 millones a los holgazanes del Sur, solos nadaríamos en oro y además nos acompaña la legitimidad de nuestro glorioso pasado como país independiente, ¿o acaso no admira el mundo a la Serenísima República de Venecia?
El líder nacionalista, Luca Zaia, se tiró al ruedo e intentó plantear dos referendos, uno para pedir más autonomía y otro, por si colaba, por la autodeterminación. ¿Qué hizo Renzi? ¿Tercera Vía? ¿Propuso cuestionar todo el armazón del Estado italiano, mucho más centralista que el español, para intentar contentar a los separatistas? Pues claro que no. Llevó el desafío al Tribunal Constitucional, como se hace en cualquier democracia normal del planeta, y tumbaron de inmediato la mascarada. En su falló el alto tribunal explicó que las regiones no tienen atribuciones para referendos, pero además añadió esta frase: «[La consulta] sugiere una agitación institucional radicalmente incompatible con los principios fundamentales de unidad e indivisibilidad de la República, que es uno de los elementos esenciales del orden constitucional». Prohibido. Y a otra cosa.
En España se está juzgando a Mas porque convocó un referéndum inconstitucional, cuyo fin último era tratar de romper el principio básico de unidad e indivisibilidad del Reino de España. Lo hizo además siendo la primera autoridad del Estado en Cataluña. Si la Fiscalía del Estado y los jueces no hubiesen actuado ante un delito así viviríamos en una tierra sin ley. Sin embargo, un relevante periódico madrileño escribe editoriales lamentando que se juzgue a Mas y destacados dirigentes de la marca catalana del Partido Socialista Obrero «Español» manifiestan su enojo.
Solo por desalojar al odiado partido rival, españoles destacados se afanan en dar por muerto un modelo de Estado que sigue teniendo el apoyo de la inmensa mayoría de sus compatriotas. Tristísimo.
LUIS VENTOSO – ABC – 01/10/15