Las Fuerzas de Seguridad y los Servicios de Inteligencia españoles han detectado un fenómeno que se viene produciendo cada vez con más intensidad y que configura como uno de los factores de riesgo más importantes en nuestro país. Se trata de los mensajes que los españoles que se han desplazado a Siria e Irak para incorporarse al autodenominado Estado Islámico (IS) envían a sus hermanos en España, es decir, a sus amigos y conocidos o a su entorno más radicalizado. Su contenido, de forma reiterada es: «Atacad, atacad, atacad. Algo tenemos que hacer. Qué más tiene que pasar para que paséis a la acción».
Según los expertos consultados, cuando los terroristas españoles en zona de conflicto preguntan a sus compañeros qué más tiene que pasar, se refieren, entre otras cosas, a las detenciones que están realizando las Fuerzas de Seguridad en España y a las interceptaciones que se están produciendo también en Siria. «Detienen a nuestras mujeres y no hacéis nada»; «Os humillan y no hacéis nada», suelen decir. Un centenar de radicalizados en nuestro país podría ser susceptible de actuar ante dicho llamamiento si se dieran las condiciones oportunas, según las fuentes consultadas.
Cuando los expertos se centran en analizar situaciones de peligro en España concluyen que la situación más sencilla, o más probable, es la de que un lobo solitario intente un ataque terrorista. En esa tesitura se encontraba por ejemplo el yihadista detenido el pasado día 16 en San Sebastián, un marroquí profesor de boxeo, residente en España, que lideraba una célula de captación y envío de combatientes extranjeros a Turquía, donde recibían instrucciones del IS para atentar posteriormente en territorio europeo.
Sin embargo, el mayor temor reside en la posibilidad de que un grupo efectúe un ataque planificado; y es aquí donde los mensajes de los españoles desplazados a zona de conflicto pueden actuar como detonadores. Hasta hace escasas fechas, los españoles cuantificados en Siria e Irak ascendían a 200 terroristas.
Los motivos por los que los yihadistas españoles desplazados a Siria impelen a los suyos a atentar en España son varios. Consideran que si se ataca en Europa, los países europeos dedicarán más tiempo a su defensa y menos a hostigar al IS en Siria e Irak. Asimismo, estiman que las derrotas que el Daesh (IS) está sufriendo en la zona requieren de compensación en otros terrenos. «El objetivo prioritario del Daesh es la consolidación de su califato, propósito al que supedita todo lo demás y en torno al que elabora su estrategia de propaganda, expansión y enfrentamiento con Occidente», dicen.
Los Servicios de Inteligencia han estado investigando a unas 800 personas radicalizadas en España, un centenar de las cuales, según las fuentes consultadas, podría ser receptiva a dichos mensajes que alientan a pasar a la acción. Pero para ello se necesitan los medios, la ocasión y las condiciones oportunas.
Probablemente por ello, y a pesar de los datos preocupantes, los informes confidenciales sobre la amenaza terrorista en nuestro país sostienen que así como «la propaganda yihadista y las acciones frustradas por la lucha antiterrorista señalan a Francia, Rusia y Alemania como objetivos principales de potenciales ataques por parte del Daesh, España continúa sin ser citada específicamente».
No hay nada, no obstante, que anime a bajar la guardia. El último informe confidencial al que ha tenido acceso este periódico advierte de que «se mantiene vigente la existencia de diferentes redes de apoyo a la organización y su efectividad en la captación de nuevos miembros. Continúan proliferando plataformas pro Daesh que realizan rápidas traducciones al español de comunicados».
También sostiene que no se ha constatado que las células desarticuladas en nuestro país pretendieran ejecutar planes terroristas, pero alerta de la posibilidad de que este tipo de estructuras «se vuelvan operativas, bien autónomamente o bien dirigidas y controladas remotamente desde zona de conflicto». Y recuerda que Daesh «mantiene su intención estratégica de potenciar la acción de terroristas autónomos para actuar en sus países de origen».
Las vías de entrada en Europa siguen siendo los pasos «a través del continente africano» y «los flujos de personas evacuadas de las zonas recuperadas por las tropas gubernamentales sirias». En este punto, el informe destaca la detención en Siria de una ciudadana española por el Gobierno del país, bajo la acusación de haber mantenido contactos con terroristas en Alepo, su lugar de residencia. La yihadista se desplazaba de Alepo a Damasco, donde la esperaba un tío suyo para volver a España. Y hace referencia también al intento de regreso de Asia Ahmed, una ceutí absolutamente radicalizada, que realizaba captaciones desde Siria entre niñas de los institutos ceutíes y que –agotada por la difícil situación en la que se encontraba en Raqqa– volvía embarazada y con dos hijos fruto de sus relaciones con tres terroristas muertos en sendos enfrentamientos. Fue arrestada en Turquía, donde permanece.
En el informe confidencial se advierte también de las amenazas fuera de nuestro país. «La reactivación de Repsol en Libia podría desencadenar ataques armados y secuestro del personal español desplazado a sus campos petrolíferos», señala en uno de los párrafos. En otro precisa: «A través de una red social de corte yihadista pro Daesh se ha promovido la comisión de ataques contra el jefe de la fuerza armada española desplegada en Irak, por su ayuda al ejército iraquí, llegando a difundir fotografías para facilitar su identificación a terroristas autónomos».
El informe recoge las amenazas por parte del Daesh, pero no pierde de vista las relativas a Al Qaeda (AQ), cuya peligrosidad vinculan a la necesidad que tiene de recuperar el liderazgo de la yihad global. «Es significativo el repunte en la propaganda de AQ de las alusiones al concepto histórico de Al Andalus como elemento unificador para el yihadismo, con la consecuente amenaza contra nuestro país», sostiene. Se da cuenta de que esta circunstancia exige que muchos sospechosos en nuestro país estén siendo «monitorizados» y destaca el caso de un terrorista procedente de Barcelona que se ha hecho célebre tras morir en Siria, esta vez por Al Qaeda, no por el Daesh.