De toda la mercancía averiada que nos intenta colar Pedro Sánchez, ya sin siquiera entusiasmo por parte de unos socios parlamentarios los cuales no quieren muchos de ellos hacerse la foto con él en La Moncloa, señal de algo, la que me parece más ominosa es esa de que «si vamos ahora a elecciones, gobernarían PP y Vox» y España retrocedería décadas; un aserto que viene a afear a los españoles que votamos tan mal que nuestro «capitan» (sic) tiene que velar por la salud democrática del país; que nosotros somos unos desaprensivos, vamos.
¿Cuál es la alternativa al adelanto electoral que nos ofrece esta suerte de neodespotismo ilustrado apoyado en el prosaico que hay de lo mío de sus aliados parlamentarios desde el supuesto lado correcto de la historia en el que se creen instalados? ¿Seguir tragando dos años, hasta 2027, más revelaciones del géiser de mierda que estamos escuchando (audios) y leyendo (whasapp) ha sido la Organizaciòn del PSOE durante los últimos diez años, sin que nada ocurra ni puedan ser exigidas ya en las urnas responsabilidades al gran timonel tras su desastrosa gestión de personal?
Creer a la ‘víctima’ Sánchez o a sus oídos
Recuerdo que el PP fue desalojado del poder en junio de 2018 por unos libros contables de su tesorero, Luis Bárcenas, donde figuraba como cobrador de sobres un tal M.Rajoy, y todos dimos su desalojo y el de su partido por bueno, justo y necesario, que lo era. Ya, ya sé que en aquella ocasión medió una sentencia de la Audiencia Nacional acreditando las irregularidades que protagonizaron años y años de actividad en la calle Génova, pero, qué quieren que les diga: de todo se aprende.
¿Hace falta que un juez corrobore dentro de X años que los audios infames que estamos escuchando en la otra orilla política, la izquierda, son lo que parecen? Parafraseando al gran Groucho Marx y sus hermanos: ¿A quien va usted a creer, estimado lector, a este Pedro Sánchez que se nos presenta -otra vez- como víctima o a sus oídos cuando oyen a los tres golfos apandadores que le acompañaron en el famoso Peugeot al susurrando cómo repartirse cientos de miles de euros que afanaban del erario público durante una década?; si, ha leído bien: de nuestros impuestos vía presupuestos inflados a conveniencia, que es la práctica habitual de todo corrupto.
¿Donde está escrito que gobernarán PP y Vox si se celebraran elecciones dentro de tres meses? ¿Es que se han abierto ya las urnas? ¿Nadie recuerda que después de la debacle de José Luís Rodríguez Zapatero tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria gobernó Rajoy con mayoría absolutísima de 187 diputados, superior, incluso a que una década antes lograra Aznar?
Estamos oyendo a José Luis Abalos, a su sucesor, Santos Cerdán, y al asesor de ambos, Koldo García Izaguirre, repartirse impunemente mordidas y hasta prostitutas. Insisto, sé que las comparaciones son odiosas y que en el Caso Gürtel a Rajoy se le echó después de una sentencia, pero es que, verán: el que le echó, Ábalos, subió a la tribuna de oradores aquel 30 de mayo de 2018 a decirle que tenía que irse para que la «decencia» (sic) encarnada por Pedro Sánchez entrara en La Moncloa; Sí, ese mismo al que ahora estamos oyendo casi in fraganti repartirse el dinero y la carne fresca con Koldo mientras el taimado Cerdán reconviene por lo bajini al hombretón navarro: «¡Koldo, que de eso no se habla!»… Asco es poco.
¿Donde está escrito que gobernarán PP y Vox si se celebraran elecciones dentro de tres meses? ¿Es que se han abierto ya las urnas? ¿Nadie recuerda que después de la debacle de José Luís Rodríguez Zapatero tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria gobernó un tal Mariano Rajoy con mayoría absolutísima de 187 diputados, superior, incluso a que una década antes lograra José María Aznar?
¿Y si Carmen Pano dice la verdad?
Empiezo a estar persuadido de que la decisión de Sánchez de resistir contra viento y marea, además de ser contradictoria -¿si hay una mayoría progresista que no quiere retrocesos de la mano de Feijóo y Santiago Abascal en un hipotético próximo Gobierno, a qué tanto miedo a las urnas?- va a ser muy contraproducente para el PSOE; porque ya todo es susceptible de empeorar política y, sobre todo, penalmente; no digamos si al final el Tribunal Supremo y la UCO descubren pruebas de que hubo financiación ilegal.
Un ejemplo, a Carmen Pano, colaboradora del empresario conseguidor Victor de Aldama, nadie la creyó hace unos meses cuando se autoinculpó de haber llevado dinero negro a la sede socialista de Ferraz (90.000 euros en dos bolsas de papel) que subió a la Planta Segunda para Santos Cerdán. A muchos, empezando por quien esto escribe, nos pareció la típica fantasmada de una delincuente en busca de un mejor trato penal… ¿Alguien se atreve hoy, después de lo que hemos conocido de Cerdán, asegurar lo mismo?
El presidente del Gobierno y líder del PSOE todavía está a tiempo de echar mano del otro patriotismo, del bueno, del que deja huella, y poner fin con un adelanto electoral al calvario que se antoja en el horizonte; se lo debe a su país, a su partido y, si me apuran, a sí mismo y a su papel en la historia de España
En este sentido, la clonación del teléfono móvil del hasta este jueves pasado secretario de Organizaciòn socialista, se produzca cuando se produzca, va a arrojar claves interesante sobre el funcionamiento interno de un partido que ha estado dominado, no lo olvidemos, por la «organizaciòn criminal» que constituyeron él, Abalos y el asistente de ambos, Koldo, gracias a cuyas grabaciones estamos descubriendo un modus operandi vomitivo por parte de quienes llegaron al Gobierno a lomos de una supuesta regeneraciòn que nunca estuvo entre sus verdaderas intenciones.
Decía Samuel Johnson que el patriotismo es el último refugio de los canallas. Qué añadir de ese patriotismo de partido en cuyo nombre se cometen multitud de tropelías. El presidente del Gobierno y líder del PSOE todavía está a tiempo de echar mano del otro patriotismo, del bueno, del que deja huella, y poner fin con un adelanto electoral al calvario que se antoja en el horizonte; se lo debe a su país, a su partido y, si me apuran, a sí mismo y a su papel en la historia de España: