EL MUNDO 15/04/14
· El Consejo Asesor para la Transición Nacional afirma que Cataluña seguiría en la UE «por lógica y pragmatismo».
El Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN), el grupo de expertos al que Artur Mas encargó la confección de 19 informes sobre las incertidumbres con las que puede encontrarse Cataluña en su camino hacia la independencia, abordó ayer la cuestión de la permanencia de ese hipotético Estado en la Unión Europea. Y concluyó que «lo más probable» es que la UE, por «lógica y pragmatismo», soslaye sus propios tratados y normas y no ponga problemas a una ampliación interna.
Los expertos, entre los que se halla, por ejemplo, la periodista Pilar Rahola, creen que la UE primará los argumentos «políticos y económicos» frente a los legales, y que «la permanencia de un futuro Estado catalán tendría más ventajas que su expulsión», porque tras su independencia Cataluña sería «contribuyente neta de la UE».
Todas las encuestas indican que la permanencia o no en la Unión Europea de un eventual Estado catalán condiciona de manera crucial la opinión de los ciudadanos sobre la independencia. Los sondeos han detectado sistemáticamente una caída de más de 10 puntos en la intención de voto del sí si la separación acarrea la salida de la Unión.
Tanto el Gobierno central como la Generalitat son conscientes de esta situación, y por ello la diplomacia española exhibe las declaraciones de dirigentes de la Comisión Europea –empezando por su presidente, José Manuel Durão Barroso– advirtiendo de que la independencia supondría que Cataluña dejara de formar parte de la UE.
Ayer le tocó el turno a la Generalitat; aunque no se expresó como tal, el informe de los asesores de Mas recogía las tesis que desde hace meses sostienen consejeros como Francesc Homs. La principal es que, pese a lo que ya han dicho varios dirigentes de instituciones europeas en relación a que Cataluña se convertiría automáticamente en un «tercer Estado» en el que «los tratados de la UE dejarán de aplicarse», no hay ninguna norma que lo establezca por escrito. Esta «falta de regulación» sirve a los expertos de Mas para afirmar que «lo más probable» es que primen «los intereses económicos».
En cualquier caso, el informe identifica cuatro posibilidades en la relación de una Cataluña independiente y la UE: mantenerse en la Unión sin cambios; la salida del bloque con adhesión rápida y sin que se deje en ningún momento de aplicar el derecho europeo en Cataluña; la salida y la readmisión por la vía ordinaria, o la expulsión sine die.
«No hay duda de que los argumentos que con toda probabilidad tendrán más fuerza serán los favorables a los escenarios uno y dos, es decir, continuidad o adhesión rápida», afirmó el presidente del CATN, Carles Viver Pi-Sunyer, que fue vicepresidente del Tribunal Constitucional entre los años 1998 y 2001.
Añadió que «ni el derecho europeo ni el derecho internacional prevén de manera explícita la situación» en la que se encontraría el nuevo Estado, y que, en consecuencia, «afirmar que Cataluña quedaría automáticamente fuera de la UE no tiene ningún tipo de base jurídica». Tampoco afirmar lo contrario, admitió, pese a lo cual él dio por hecho que Cataluña seguiría en la UE.
Sin aportar datos más allá del «pragmatismo» y la «lógica», los expertos elegidos por Mas afirman que las autoridades europeas actuarían con Cataluña como lo hicieron con la reunificación de Alemania o con las particularidades que presentaba la situación de Chipre, con un tercio de la isla en poder de Turquía. Incluso afirman que «la flexibilidad y el pragmatismo podrían ser mayores en el caso de Cataluña», por su pertenencia previa a la UE y por la «falta de regulación expresa» acerca de las ampliaciones internas.
Tras dar por hecho que el Estado catalán cumpliría con creces tanto con los «requisitos jurídicos» como con los «valores» sobre los que se cimienta la UE, el informe del grupo de expertos del Govern ofrece una serie de consideraciones económicas según las cuales Europa saldría perjudicada si expulsa a Cataluña.
«La no aplicación [en Cataluña] de los tratados, el establecimiento de aranceles y la suspensión de la circulación de personas, bienes, servicios y capitales afectaría negativamente a la UE», afirma el documento.
Homs añadió un dato para apuntalar esta idea: según los datos de la Generalitat, una Cataluña independiente no sólo sería contribuyente neta de la UE –a diferencia de España–, sino que aportaría en términos relativos «más que Alemania».
Esa situación serviría para compensar, en opinión del CATN, inconvenientes como las dudas acerca de la «capacidad de absorción» de nuevos países de la UE y, sobre todo, para rebasar escollos como el respeto a la integridad territorial o el miedo de otros Estados –como Italia o Francia– a un contagio del ímpetu secesionista. El documento despacha estas cuestiones en unas líneas.
Tampoco ocupa un lugar preeminente en las 69 páginas del texto la posibilidad más que real de que España ejerciera su derecho a veto con respecto a la permanencia de Cataluña en la UE. Y, sin embargo, los dos mecanismos de ingreso por la vía rápida que el CATN ve más probables precisan de la unanimidad de todos los Estados miembros.
«Es el único problema serio, y es posible que pudiera disuadir a una parte de la UE de retrasar el ingreso de Cataluña, pero no es previsible que las autoridades europeas pongan a Cataluña a la cola con Serbia, Montenegro o Turquía», dijo Viver Pi-Sunyer acerca del veto español.
Como en otras ocasiones, el propio informe de la Generalitat sirvió al conseller Homs como argumento de autoridad para atacar al Gobierno español. Tras describir el estudio como «el ejercicio más sólido, transparente y riguroso» que se ha hecho sobre el encaje de una Cataluña independiente en la UE, el portavoz de la Generalitat aseguró que ahora ya es «evidente que los catalanes no divagarán por el espacio ni residirán en la isla de Robinson Crusoe», en alusión a declaraciones de dirigentes del Ejecutivo central.
El CATN, formado por 15 miembros, presentará antes de las vacaciones de verano los 13 informes que aún tiene pendientes, entre los que destacan, por ejemplo, el que abordará el traspaso de activos y pasivos entre España y el eventual nuevo Estado o el impacto de la separación en el PIB.
El informe de ayer suscitó las primeras críticas a las pocas horas de hacerse público. El portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Hernando, enmarcó el documento «en el delirio de la mentira y el engaño» que, a su juicio, sufren los partidarios de la consulta catalana.
El líder del PSC, Pere Navarro, lamentó en la misma línea que el CATN «no diga la verdad», porque en su opinión ha quedado claro que una Cataluña independiente saldría de la UE.
EL MUNDO 15/04/14