No tienen nada que ver con el doctor Livingston; no. Son dos políticos que, al comprobar lo difícil que está resultando sacar la cabeza en el proceso del fin de ETA, han decidido unir fuerzas. Dicen que, de momento, se han explorado.
A Madrazo no le hacían gracia los secretitos a la oreja que se traían los socialistas vascos con Otegi. Pero la realidad le viene demostrando que, en este juego, su partido queda relegado a la segunda división. Y como buen calculador preelectoral, el dirigente de EB (antes IU) ha optado por arrimarse a Zabaleta, a ver si recupera la imagen de izquierda que se le destiñó en cuanto entró en Ajuria enea a gobernar con el PNV y EA. Así, de paso, mientras unos se verifican, otros se exploran. Pero es lo que tiene el roce; que hace el cariño y, además, te puede poner en un aprieto.
El apuro de Madrazo buscando un adjetivo a la definición de izquierda no tuvo desperdicio. Pronunciar la palabra ‘izquierda’ y quedarse en blanco fue todo uno. A punto estuvo de decir abertzale, pero, por fin, encontró su sitio: progresista. Y todos tan contentos. Menos el PNV, que no sabe a qué está jugando Zapatero mezclando la paz con la normalización. En estos días ha rebrotado el terrorismo callejero y hay que insistir en contarlo porque no todos los periódicos se hacen eco de la noticia. Al jelkide Urkullu, estos episodios le traen malos recuerdos de la tregua frustrada del 98. Y hay que darles la importancia que tienen cuando se producen días después de las amenazas de ETA con volver a amargarnos la vida si el gobierno socialista no accede a sus exigencias. Que son las mismas del 98, por cierto.
Desde ayer, es el turno de Bilbao, inmersa en plenas fiestas de la Aste Nagusia. Los amigos de Batasuna, representados por un ciudadano bronceado que se quejaba de la falta de libertad, en una conferencia de prensa a la que acuden los periodistas para grabar sin preguntar, convocan su manifestación para el día grande. El alcalde Azkuna ya se esperaba la exigencia habitual: que no exhiba la bandera española.
Mientras el popular Basagoiti ya había identificado a tres de los ciudadanos anónimos convocantes de la manifestación del viernes, relacionados con listas de Batasuna, los socialistas vascos lucen pañuelo azul entre hoteles y el coso taurino. El lehendakari este año ya ha anunciado que no irá a los toros. ¡Fuera caretas! Ir a la fiesta no queda abertzale, progresista y euskaldún. ¿Será por los pasodobles? ¡Si Idígoras, conocido en el ambiente como ‘Morenito del Alto’, que toreó sin picadores, levantara la cabeza!
Tonia Etxarri. El Correo, 23/8/2006