EL CORREO 02/11/13
· Los dos exetarras no han sido vistos desde su salida de prisión, mientras el Gobierno se mantiene vigilante ante cualquier acto de homenaje
Inés del Río salió de prisión el pasado 22 de octubre y nada se sabe de su paradero, salvo que pasó la primera noche de libertad en Pamplona. No se la ha visto por Tafalla, su pueblo, que la ha declarado persona ‘non grata’ por su historial criminal a las órdenes de ETA. Juan Manuel Píriz fue excarcelado hace ocho días en Algeciras. Su pista se pierde hace una semana en el aeropuerto de Loiu, donde fue recibido por una treintena de allegados. Se supone que su intención era dirigirse a Portugalete, su localidad natal, después de casi 30 años entre rejas por varios atentados. Pero tampoco se le ha visto por la calle. Puede que la libertad no sea todavía tan completa como esperaban.
La izquierda abertzale debe sentirse satisfecha con Del Río y Píriz. Pidió discreción a los dos exmilitantes de ETA, los primeros del más de medio centenar que irán saliendo de la cárcel tras el varapalo de Estrasburgo a la ‘doctrina Parot’. Han cumplido a rajatabla. Sortu anunció que no habría homenajes a los antiguos terroristas para evitar «herir» a las víctimas. Los simpatizantes también han cumplido. La coalición se ha topado con el mejor escenario posible.
Al Gobierno y a los demás partidos no se les escapa que, detrás de esa renuncia, reside un factor crematístico: el temor a perder el control de los recibimientos y que en alguno de ellos se enaltezca el terrorismo. El Ministerio del Interior ya advirtió nada más conocer el fallo del Tribunal europeo de Derechos Humanos que actuaría contra los actos de tributo. Incluso, el delegado del Gobierno en Euskadi envió a la Fiscalía un informe sobre el recibimiento a Píriz en el aeropuerto bilbaíno en orden a investigar un presunto delito de enaltecimiento. dad y de las víctimas, sendas mociones para ser declarados personas ‘non gratas’ en sus propios municipios –en Tafalla salió adelante; en Portugalete, no– y el mensaje expreso de la izquierda abertzale de guardar anonimato. Ni Del Río ni Píriz han sido objeto de exaltaciones públicas de bienvenida como las que en el pasado recibíeron otros compañeros. Ni siquiera se sabe si están en casa. La cuestión es: ¿Y el día en que salgan a la luz?
Posiblemente, en otras circunstancias, sin el riesgo de una ilegalización de EH Bildu o Sortu, los dos antiguos terroristas ya habrían comenzado a hacer con aparente normalidad una vida pública. Arropados, como era habitual antaño, por la propia izquierda abertzale. Sin embargo, el contexto ha cambiado: tras más de un cuarto de siglo en prisión, los dos exreclusos se han topado con el malestar de un sector sustancial de la sociedad.