IÑAKI ARTETA – LIBERTAD DIGITAL
Gorka Iturriaga, dirigente del PNV en Álava, en alusión a la protesta de seis miembros del Partido Popular frente al homenaje a unos etarras excarcelados hace unos días: «Los dos extremos políticos de este país habéis generado durante años mucha crispación y contribuís bien poco a recuperar la convivencia. Una pena». Parafraseando a Aitor Esteban en referencia al mensaje del Rey, «el mismo discurso de siempre envuelto con celofán progresista».
Los asesinos crispaban tanto como los que se protegían de ellos. Seis voluntariosos militantes del Partido Popular impidiendo la convivencia. Así no hay quien avance hacia la paz y el progreso.
Sí que es una pena tener que seguir escuchando este tipo de expresiones, pero lo es más el hecho de que podemos estar seguros de que es expresión del más íntimo convencimiento de su autor. Apuesto a que no es ninguna pose ni un subidón radical momentáneo de esos que tienen los adictos a Twitter. No. No se trata de un forofo nacionalista anónimo sino de un dirigente de la organización del PNV en Álava. No parece que sea muy espabilado (moralmente hablando no, desde luego) aunque sea profesor (de educación física), ni mucho menos prudente, pero sabe, como yo, que el contenido de su escrito de tres líneas (ETA y PP, o sea, idealistas frentes a fachas, eran polos opuestos de un conflicto del que los nacionalistas fueron las víctimas) es compartido por mucha gente en mi tierra.
Debería dimitir o llegarle su dimisión (en un tuit) mañana mismo. Visto desde fuera parece que descuidan un poco a quien dan mando y móvil estos nacionalistas, porque teniendo Twitter cualquier tonto con wifi te la puede liar en un momento. Pero ¿le corregirán sus jefes? Desde luego lo mínimo sería que se escandalizasen, ahora que están negociando con el PP, o pedir disculpas en nombre de su militante, para mantener el buen rollito, pero tampoco apuesto por ello. También podría ser que entre esta y otras actitudes, el Gobierno se diera cuenta de que debería tener más escrúpulos a la hora de elegir sus apoyos, aunque sean coyunturales.
¿Pedirá perdón el tal Gorka? Uf. Casi lo descarto. Ellos son más de recibir disculpas, por la guerra civil, por el bombardeo de Gernika, por la torturas, por el nacimiento de Franco…Por cosas realmente importantes.
Estoy seguro de que no todos los nacionalistas son iguales, claro, pero los que son, lo son hasta la cola, que se decía en mi juventud.
Mientras excompañeros del señor Iturriaga pasan por el banquillo temerosos de escuchar una condena importante por uno de los mayores desfalcos cometidos por militantes de su partido (ah, que ya los han echado), él frivoliza sobre la pureza del alma nacionalista en una cuestión como la del terrorismo haciendo un ejercicio de geometría barata: ellos (PNV) siempre en el medio, observando como las balas pasaban de un lado hacia el otro. Bien que se dan por ofendidos cuando se les recuerda su larga lista de acuerdos históricos en ayuntamientos e instituciones con el brazo político de ETA mientras aún mataba. Los hay que ahora miran hacia atrás y ya no ven nada. Ni siquiera Lizarra, aquella intentona de aglutinar al mundo nacionalista (dio lo mismo que una parte de él fuera terrorista). ¿Siguen soñando con eso?
Poca crispación pudieron crear esos seis militantes del PP. Me hubiera alegrado más que hubieran sido seiscientos y que esa acusación de crispación, acuñada en los tiempos de Ibarretxe por protestar en voz alta contra el asesinato, tuviera sentido práctico. Es más, me da por pensar que si esa proporción de fuerzas (600 frente a 150) se hubiera dado en el pasado, la convivencia habría llegado antes y de otra manera.
Tranquilos, todo en orden por el norte.
Seis miembros del Partido Popular ¿no podrían haber sido más? ¿Y otros seis del PSOE? Ay, esa soledad heroica frente al terror, como en los peores años.
La maravilla de algunas frases es que aunque cortas lo resumen todo. Yo, que apenas utilizo el Twitter también puedo resumirlo y mucho: miseria moral crónica.