EL MUNDO 05/03/15
TERESA JIMÉNEZ-BECERRIL
· La eurodiputada critica la falta de responsabilidad de las familias de los terroristas, que, considera, fueron parte del entramado de la banda.
NAGORE LÓPEZ de Luzuriaga, sobrina de dos terroristas de ETA, dijo en una radio pública vasca que sus tíos, dos terroristas de ETA, dos grandísimas personas, según ella, nunca buscaron el beneficio personal sino el colectivo, al margen de que cada uno pueda entender o no ciertos tipos de lucha (según este familiar, sus tíos son personas muy respetables, somos nosotros los que no entendemos ese tipo de lucha).
Pues no, señora mía, yo no entiendo, que alguien de la misma calaña que su tío, se atraviese España de punta a punta para pegarle un tiro al teniente alcalde de la ciudad de Sevilla y otro a su mujer, dejando huérfanos a tres niños de corta edad. Mira por donde ese hombre era mi hermano, Alberto Jiménez-Becerril y su mujer, mi cuñada, Ascensión García. Tampoco entiendo que compañeros de esa lucha etarra que usted dice que no comprendemos secuestren y asesinen cruelmente a Miguel Ángel Blanco. Y así hasta mas de 800 víctimas. Y no hay causa que justifique esos asesinatos selectivos. Y es precisamente esa ausencia de responsabilidad por parte no solo de los terroristas sino de sus familiares la que hace imposible el diálogo. Si los familiares no fuesen parte del entramado de ETA,sino tuviesen los mismos fines que los presos de ETA, ayudarían, influyendo en sus hijos, padres o hermanos, para que se arrepintieran, colaborarán con la Justicia esclareciendo los más de 300 crímenes aun sin resolver y entregarán las armas.
Pero ellos comparten ideología y como hemos visto claro en las palabras de Nagore, la sobrina de los etarras, que acabo de citar, comparten también método, al que ella llama, lucha a secas y ETA suele denominar, lucha armada. Ese colectivo que ustedes representan es la voz de ETA, que precisamente no se alza para pedir perdón sino para reafirmar que la trayectoria de terror ha sido la correcta. ¿Cómo no se avergüenzan de venir aquí a hablar de Derechos Humanos sin condenar las matanzas de ETA, que ha sembrado durante décadas de muertos y heridos, un país democrático como España, obligando a exiliarse por miedo a la extorsión, al secuestro y al asesinato a miles de ciudadanos que no compartían las ideas totalitarias de la organización terrorista ETA?
Por tanto, si ustedes señores, que representan los intereses de los terroristas, no quieren hacer tantos kilómetros, convenzan a los suyos, para que empiecen a reconocer el daño causado y luego ya veremos. Quizás yo pueda ayudarles un poco. «Mientras se quejan de que tienen que estar varias horas en la carretera para poder ver a sus familiares, podrían pensar en lo que mi madre daría por poder atravesar el mundo entero para volver a abrazar a su hijo. Por desgracia aún no existen carreteras que la lleven al cielo, les juro que si existieran mi madre ya la habría recorrido», no se trata de venganza, ni de ojo por ojo, se trata de ponerse en la piel de las víctimas, algo que ni los asesinos de ETA, ni sus familiares han hecho jamás. Todo lo contrario; si matas a un muchacho como mi hermano, a su mujer y dejas a tres niños huérfanos, eres recibido por familiares y vecinos como un héroe. Pones un coche bomba en una casa cuartel y matas a niños inocentes y brindan por ti en el pueblo donde naciste y se manifiestan para que salgas de la cárcel.
¿Que harían si se tratara de un violador y pedófilo asesino? ¿Serían capaces de reconocer la maldad en su mente y en sus actos, aunque fuese su hijo? ¿O seguirían afirmando que apoyan ese tipo de lucha y continuarían a justificar lo injustificable?
Tendría muchas preguntas por hacerles a los familiares de presos de ETA, pero temo que por lo que he leído y visto, mucho me va a costar, que reconozcan que para pedir hay que dar, y ETA no nos ha dado nada, más bien, a muchos, nos lo ha quitado todo. Y hasta que ustedes, que no son culpables de los asesinatos cometidos por sus familiares y amigos etarras, pero sí lo son de no horrorizarse ante ellos y de no influir para que se arrepientan y entreguen las armas, renieguen de ETA, no están en condiciones de exigir nada y menos de denunciar con mentiras en el Parlamento Europeo o donde quiera que sea, al Estado español. Suena a broma pesada escuchar de sus bocas que en España se violan los Derechos Humanos, cuando los únicos que han violado el más sagrado de los Derechos, el de la vida, han sido sus hijos, padres, madres, hermanas, hermanos, con sus balas y bombas.
En su tejado está la pelota, la próxima vez que tengan la suerte de poder visitar a los suyos en la cárcel, conversen con ellos con la verdad, la razón y la piedad por delante. A ver si hay suerte y la próxima visita que hagan a este Parlamento sea para recocer la culpa, pedir perdón y comunicarnos que ETA ha entregado las armas y está colaborando con la Justicia.