JOSÉ M. DE AREILZA-ABC

  • Las bazas de Putin no serán suficientes, pues ha conseguido resucitar la idea de Occidente

Vladímir Putin es cada vez más peligroso e impredecible. Aislado y sin una estrategia clara para ganar la guerra, ha vuelto a doblar su apuesta con la movilización de 300.000 soldados, anunciada junto a una amenaza de utilizar armas nucleares. La anexión ilegal mediante referendos-farsa de las provincias del este con resultados afirmativos del 96% le permite dar un giro de guion a la malograda invasión de Ucrania. El nuevo relato es afirmar que ahora su ejército defiende la integridad territorial de una Rusia con fronteras ampliadas.

El verdadero envite del dictador ruso, sin embargo, es mantener la contienda el mayor tiempo posible, de modo que los precios disparados del gas y la alta inflación acabe haciendo aún más mella en los países occidentales. Putin espera que llegue el momento en el que rebajen las severas sanciones contra Moscú, así como el apoyo militar al Gobierno de Kiev. Italia y Hungría serían los primeros candidatos a fracturar la solidaridad europea, con sendos brotes de populismo prorruso.

Con este objetivo, Putin está dispuesto a quemar gas, cerrar sus propios gaseoductos y hundir sus empresas estratégicas, mientras encarcela a miles de manifestantes y persigue a los desertores. Confía en el impacto en la población europea de los dos inviernos próximos, el tiempo más probable que durará la crisis energética. Es cierto que se trata de una estrategia que ha derrotado en el pasado a enemigos muy poderosos de Rusia. Pero no tiene en cuenta la desmoralización de sus tropas y el desastre logístico en el que se encuentran tras las victorias militares de los ucranianos en las últimas semanas.

Tampoco que se enfrenta a un país heroico, dispuesto a luchar hasta el final por su supervivencia, y respaldado por una alianza internacional de cuarenta países. Estados Unidos lidera este grupo y posee una amplia capacidad de compensar y auxiliar cuando sea necesario a los europeos, un debate ya abierto. Los dos generales invierno de los que se fía Putin no serán suficientes. El ex espía soviético ha conseguido resucitar la idea de Occidente y es Europa la que está en guerra.