EL CORREO 04/07/13
Madrid y Vitoria se conjuran ahora para «tender puentes» tras haber aireado sus diferencias por el plan de paz y el memorial
Después de la tormenta, viene la calma. Eso dice la sabiduría popular y eso pretenden demostrar el Gobierno central y el vasco que, tras haber calentado el ambiente con agrios reproches cruzados en torno al memorial de las víctimas del terrorismo, se han conjurado ahora para frenar la crisis, silenciar la bronca pública y «tender puentes» que les permitan «reconducir» sus diferencias, alimentadas sobre todo a raíz de la presentación del plan de paz auspiciado por Jonan Fernández y aireadas ostensiblemente en los últimos días. De hecho, el Ministerio del Interior y el Departamento vasco de Seguridad reunirán a sus respectivos equipos la semana que viene y aprovecharán no solo para tratar asuntos pendientes de índole estrictamente policial sino también para intentar acercar posturas en el espinoso asunto que ha logrado tensar al máximo las relaciones entre Madrid y Vitoria, la disputa sobre quién debe liderar el centro de homenaje a los damnificados por ETA previsto en la Ley estatal de Víctimas del Terrorismo.
La llama que prendió la mecha fueron unas contundentes palabras del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que, el pasado lunes, advirtió al Gobierno vasco de que, si pretendía que el centro dependiera directamente del Instituto de la Memoria con ubicación prevista en Gernika –tal como se recoge en el polémico documento elaborado por la secretaría de Paz y Convivencia–, «va a ser que no». El Ejecutivo de Iñigo Urkullu replicó al día siguiente al máximo responsable de la seguridad del Estado, a través de su portavoz, Josu Erkoreka, y, aunque le reconoció su capacidad para gestionar la iniciativa al margen de las instituciones vascas, también dejó claro que «no entendería» que optase por impulsar el memorial «de forma excluyente y sectaria».
El malestar larvado entre ambos Ejecutivos, al que han contribuido tanto el nombramiento al frente de Paz y Convivencia de Jonan Fernández –mal visto en Madrid por su pasado como edil de HB– como la falta de respuesta del Gobierno de Rajoy a los requerimientos del de Urkullu para celebrar reuniones de coordinación, llegó de este modo a su punto álgido. No obstante, y después de que el PP vasco hiciera gestiones para acercar posturas, la llamada de Interior para concertar una cita en el plazo de una semana ha contribuido a suavizar aristas.
Aunque el Gobierno vasco pretende una ‘cumbre’ al más alto nivel que cuente con la presencia del ministro Fernández Díaz y la consejera Estefanía Beltrán de Heredia, el encuentro, que no tiene aún fecha definitiva, reunirá, previsiblemente, al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, con el viceconsejero vasco de Seguridad, Josu Zubiaga, y sus respectivos equipos, que podrían incluir también a los máximos responsables de Ertzaintza, Policía y Guardia Civil. En este primer tramo de la reunión, las partes tratarán asuntos de coordinación en materia de seguridad y los altos cargos de la consejería que dirige Beltrán de Heredia reiterarán dos de las demandas que la consejera trasladó a Fernández Díaz cuando ambos se vieron en marzo. Así, el Gobierno vasco tiene previsto solicitar la convocatoria urgente de la Junta de Seguridad así como insistir en la necesidad de que la presencia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en Euskadi «se adecúe» a la nueva situación sin violencia de ETA. En definitiva, volverá a pedir el repliegue de Policía y Guardia Civil que ha defendido desde su toma de posesión.
Segunda reunión
Además, los responsables de Seguridad e Interior abordarán en una segunda reunión –que podría celebrarse el mismo día y contar con la presencia de las directoras de Atención a Víctimas de Madrid y Vitoria, Sonia Ramos y Mónica Hernando– el necesario «desbloqueo» del memorial de víctimas del terrorismo. Aunque las políticas de víctimas dependen en Euskadi de la secretaría de Paz y Convivencia de Fernández, adscrita a Lehendakaritza, en Madrid son responsabilidad del ministerio del Interior. Ésa es la razón por la que el asunto de la discordia se ha incluido en esta reunión, a la que volvieron a emplazarse ministro y consejera cuando coincidieron el pasado jueves en el homenaje a las víctimas de ETA en el Congreso.
En círculos populares se confía en la posibilidad de encontrar una «fórmula» que permita, «desde el mayor consenso», facilitar la «colaboración» del Ejecutivo vasco en el memorial, aunque las ‘líneas rojas’ están claras: se trata de un centro para «todas las víctimas de toda España». Desde el PNV, el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, confió ayer en que «los malentendidos se aclaren y las diferencias se puedan expresar con tranquilidad».