EL MUNDO – 18/05/16
· El partido de Puigdemont rechaza la subida del IRPF que está impulsando Junqueras.
La tensión ideológica está minando al Gobierno catalán de Convergència y Esquerra. Los partidos, unidos por la argamasa del independentismo, tienen dificultades para gestionar el día a día en las cuestiones que se relacionan con la división tradicional entre izquierda y derecha. Y la pretensión de ERC de subir el IRPF a las rentas altas puede convertirse en un obstáculo imposible de superar.
Hace días que el enfrentamiento ha salido a la superficie, hasta el punto de que ayer la portavoz del Govern, Neus Munté, tuvo que desmentir los rumores acerca de que la difícil convivencia de CDC y ERC pueda provocar un adelanto de las autonómicas para este otoño, varios meses antes de que se cumpla el plazo de 18 meses que se han impuesto.
El debate de fondo es ideológico, pero también electoral. ERC ya superó a Convergència en las elecciones generales del 20 de diciembre y todas las encuestas apuntan a que lo volverá a hacer en la repetición del 26-J. Los republicanos temen verse arrastrados por el mal momento de sus socios –que están en plena refundación– y ven necesario marcar perfil. Fuentes de CDC sugieren que están más preocupados por consagrarse como el partido hegemónico del independentismo que por la buena marcha del Govern.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, es también ahora vicepresidente de la Generalitat y conseller de Economía, y como tal está estudiando un incremento del IRPF a las rentas superiores a 90.000 euros. Convergència se opone rotundamente a esa medida y así lo ha dicho en público incluso el president Carles Puigdemont.
La reunión del Govern de ayer había generado cierta expectación por este motivo. La versión de la portavoz del Ejecutivo es que durante el encuentro ni siquiera se trató la subida de impuestos. Oficialmente, la Generalitat no incluirá ningún incremento ni en los Presupuestos que tiene que presentar en las próximas semanas ni en la Ley de Acompañamiento.
Pero nadie sabe lo que puede pasar en el recorrido parlamentario de esas leyes. La CUP insistió ayer en que está a favor de la propuesta de Junqueras, y el apoyo de los anticapitalistas es indispensable para que las cuentas de la Generalitat se aprueben. La voluntad de los republicanos es, pues, que los grupos parlamentarios fuercen durante ese trámite la subida de impuestos a las rentas altas.
Anna Gabriel, diputada de la CUP, dijo ayer que la subida del IRPF es «un objetivo irrenunciable no sólo para la CUP o para ERC, sino también para la inmensa mayoría de gente de este país». Además, dejó claro que su partido no se siente obligado a apoyar las cuentas de la Generalitat y advirtió de que «una prórroga presupuestaria no es caer en el abismo».
Munté trató por su parte de quitar hierro al enfrentamiento asegurando que «el debate [sobre los impuestos] es más mediático que otra cosa». Pero el propio Puigdemont se encontró, en una jornada con empresarios, con que la controversia ha provocado inquietud en esos círculos, que tradicionalmente han visto con simpatía a Convergència.
«La subida de impuestos es un freno y desmotiva la actividad», le dijo el presidente de la Fundació per la Indústria. «No digo que se tengan que subir, pero es un debate que debe hacerse con una mirada más amplia», se escapó como pudo Puigdemont.
Arrimadas ve en la tensión un foco de «inestabilidad»
La jefa de la oposición a Junts pel Sí en Cataluña, Inés Arrimadas (Ciudadanos), aseguró ayer que las diferencias entre CDC y ERC sobre la subida de impuestos se traducen en «una inestabilidad política y social» que no merecen los catalanes. Discrepancias como esa o los problemas para aprobar los Presupuestos evidencian, según ella, que «no hay un proyecto común para Cataluña». «Cuanto más apuesta CDC por la independencia más poder le da a la CUP», añadió.
EL MUNDO – 18/05/16