EL CONFIDENCIAL 30/11/16
· El independentismo catalán vive en la permanente contradicción hasta en la manera de afrontar el Día de la Constitución: ponen en la diana el próximo y lo indultan el año próximo
Los independentistas son una continua caja de sorpresas. Públicamente, anuncian que para subrayar el choque de trenes con el Estado español, sus ayuntamientos van a trabajar el próximo 6 de diciembre, día de la Constitución. Ya hicieron lo mismo el pasado 12 de octubre, aunque todo apunta a que es propaganda: el día de la Fiesta Nacional ya enviaron correos a los funcionarios pidiéndoles no ir a trabajar porque era festivo, mientras públicamente ‘desafiaban’ al Estado anunciando que abrirían las puertas de los consistorios. Para más inri, la pasada semana, votaron en el Parlamento catalán a favor de que el 12 de octubre y el 6 de diciembre de 2017 sean festivos. ¿Es el independentismo catalán un gran fraude?
Sergi Sabrià, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), señala a El Confidencial que “nosotros no hablamos jamás de que los funcionarios o los trabajadores públicos tengan que trabajar esa jornada. Como partido, hemos hablado con los cargos electos que tenemos y hemos percibido la voluntad de que quieren trabajar ese día. Y cada cargo electo republicano encontrará la manera de hacerlo”. Lo que tendrán los dirigentes de ERC será una agenda pública que ‘pasa’ de la festividad. Pero hay un inconveniente: ¿en qué puestos de trabajo trabajarán esos cargos electos? El Parlamento catalán, por ejemplo, no abrirá sus puertas, por lo que no podrán utilizar sus despachos en esta institución.
La alcaldesa de Badalona afirma que el 12 de octubre representa valores colonialistas
La alcaldesa de Badalona, Dolors Sabater, ha afirmado este lunes que el próximo 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, tiene valores «de colonialismo»
Precisamente la Mesa de la Cámara legislativa catalana acordó la pasada semana declarar inhábiles (o sea, festivos) los días 12 de octubre y 6 de diciembre de 2017, las dos fechas que representan la ‘bestia negra’ del independentismo, al considerarlas símbolos del ‘imperialismo español’. Fuentes independentistas señalan a este diario que ello no es una contradicción, ya que hay 10 festivos comunes en toda España, a los que hay que añadir dos autonómicos y otros dos municipales, es decir, que pueden decidir los propios ayuntamientos. Y, de momento, se mantiene el calendario de fiestas. “Lo que debemos hacer ahora es trabajar para aplicar nuestra hoja de ruta, que tenemos muy clara, y que culmina con un referéndum que hemos de ganar en septiembre de 2017”.
Los representantes de la CUP, que el pasado sábado realizaron una asamblea de cargos electos, también acordaron oficialmente que sus concejales trabajarán el 6 de diciembre. Núria Gisbert, portavoz del secretariado nacional, anunció tras la asamblea que el motivo de que trabajen es que la Constitución es “una prisión de pueblos”, por lo que es necesario que los ciudadanos catalanes se movilicen y desborden el marco autonómico creando las bases de “una república hecha desde abajo”.
La “festividad obligada”
El diputado de la CUP Albert Botran, destacado representante de Poble Lliure, señalaba este lunes en un artículo de opinión que muchos ayuntamientos deciden abrir sus puertas el 6 de diciembre “porque no se identifican con la festividad obligada de la Constitución española. Lejos de ser una provocación o un acto meramente simbólico, abrir los ayuntamientos ha de ser un acto eminentemente de contenido político. Para el independentismo histórico, aquella nunca ha sido nuestra Constitución y, por eso, articulamos un Comité Catalán Contra la Constitución Española. Fue una pequeña fuerza en su momento, pero estableció una referencia crítica necesaria en medio de unos grandes consensos condicionados por el miedo, el agotamiento y la autocomplacencia”.
Su posicionamiento contrasta con la actitud de los independentistas durante la jornada del pasado 12 de octubre, festivo a nivel de toda España pero con las puertas de algunos ayuntamientos abiertas. El caso que más polvareda levantó fue el de Badalona, donde la CUP controla el consistorio. El teniente de alcalde, José Antonio Téllez, llegó a romper públicamente, a las puertas del ayuntamiento, la sentencia judicial que le impedía trabajar. Era sacar pecho ante lo que luego se revelaría como una mentira ‘histórica’. Días después, ante el juez, todo eran excusas e interpretaciones: no se había abierto el consistorio, no se había trabajado y no se había roto la orden judicial, sino solo una fotocopia como acto simbólico.
El correo desenmascarador
Porque resulta que el propio consistorio, que en principio había ofrecido a sus empleados darles el puente del 9 de diciembre a cambio de trabajar ese día, se echó atrás y, bajo mano, envió a los funcionarios un correo electrónico en el que les decía que no fuesen a trabajar el 12 de octubre porque era festivo a todos los efectos. En otras palabras: mientras los dirigentes del ayuntamiento mantenían posiciones belicosas cuando las cámaras de los periodistas les enfocaban, hacían justamente lo contrario cuando esas cámaras se daban la vuelta.
Pedro López, secretario general de la Plataforma Sindical Unitaria, el sindicato de más peso en Badalona, señala a El Confidencial: “Pongo en duda el trabajo de los concejales. ¿Dicen que van a trabajar? ¡Pero si un concejal no sabe registrar un papel! No sabe tomar nota. Eso es un trabajo de técnicos, para el que el concejal no tiene formación. El concejal es un político y ya hace política los 365 días del año. Por tanto, que se dedique a lo suyo y deje a los funcionarios hacer su labor, pero que no intente suplantarlos”.