EL CONFIDENCIAL 17/07/17
· Aunque las partes implicadas confíen en una Cataluña independiente después del referéndum, aún pelean por la composición de las listas electorales en unas futuras elecciones autonómicas
Justamente cuando comienza la etapa más crítica del ‘procés’, las relaciones entre los dos partidos que forman el Gobierno de Cataluña vuelven a enturbiarse. En los círculos independentistas está prohibido el derrotismo (y de ahí la drástica medida de cesar inmediatamente al consejero Jordi Baiget, que comentó que no estaba claro si el referéndum se podrá finalmente llevar a cabo), pero eso no quita para que todos piensen en que hay vida más allá del 1 de octubre. Y esa vida (política) pasa por unas elecciones.
“Si gana el no, en 48 horas se convocan elecciones autonómicas. Si gana el sí, en seis meses tendremos elecciones constituyentes”, reconocen fuentes independentistas a El Confidencial. Y si los comicios son ‘constituyentes’, cada partido será libre de presentarse por su cuenta o no. Pero si a lo que vamos abocados es a otras elecciones autonómicas, volveremos a vivir otro vodevil como en 2015, cuando Artur Mas maniobró hasta extremos impensables para forzar a ERC a formar parte de una ‘lista única’, consciente de que si Convergència se presentaba por separado cosecharía el batacazo más importante de su historia y sería su tumba política.
Lo curioso del caso es que el PDeCAT maniobra ahora para forzar otra lista única. ¿Es que no confía en que gane el sí? ¿O no confía en que se celebre el referéndum? Porque, aunque desde todas las instancias independentistas (Administración, partidos, entidades cívicas, organizaciones sindicales…) se insiste en que los catalanes votarán masivamente el 1 de octubre a favor de la independencia y que no habrá vuelta atrás, lo cierto es que desde las filas de los exconvergentes han comenzado a hablar ya de reeditar la coalición de Junts pel Sí (JxS).
¿El motivo? Las pésimas previsiones que les dan las encuestas a los exconvergentes, que perderían por primera vez el liderazgo en beneficio de sus rivales de Esquerra. Y no solo eso: algunas encuestas los relegan a la sexta posición, aunque otras son más generosas y los dejan entre la segunda y la cuarta. “Saben que si hay elecciones, se hunden definitivamente y ya han empezado a dejar caer en algunos foros y algunas reuniones la conveniencia de volver a hacer otra vez la plataforma JxS. Incluso lo puso sobre la mesa el propio Artur Mas, pero no estamos por la labor”, explica a El Confidencial una fuente de ERC.
«Se acabó tapar la corrupción de CDC»
Los republicanos se defienden: “A veces damos la impresión de que lo único que hacemos es tapar la corrupción de Convergència y eso nos afecta mucho. Encima, algunos denuncian que los escándalos que van apareciendo en Cataluña son la consecuencia del ataque del Estado español contra el ‘procés’ y el independentismo. Y eso no es verdad. Hemos de reconocer que las cosas no son así. A nosotros nos han mirado por el derecho y el revés y no ha salido un solo escándalo de ERC. Ni de la CUP. Por tanto, los escándalos que han aparecido están ligados solo a un partido, que es Convergència. Y que ellos solucionen sus problemas. Que cada palo aguante su vela. Que no digan que los escándalos son un ataque al independentismo porque no es verdad. Si acaso, es un ataque a un partido que sí parece haber tenido episodios oscuros en su financiación”, critican.
Los escándalos que han aparecido están ligados a un partido, Convergència. Que ellos solucionen sus problemas, que cada palo aguante su vela
El enfado en la cúpula de ERC por las maniobras del PDeCAT es mayúsculo. “Vuelven a intentar que las entidades cívicas se mojen de nuevo y nos presionen para otra lista única, pero esta vez no nos dejaremos engañar”, advierten las fuentes. Y relatan una anécdota que denota el talante convergente: “En la primavera de 2015, cuando Artur Mas intentaba hacer una lista única para salvarse de la quema, había quedado en el Palau de la Generalitat con Oriol Junqueras y Marta Rovira [secretaria general de ERC]. Habían quedado en que se verían y hablarían del asunto y luego consultarían con las entidades civiles, que eran la ANC, Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios Independentistas. La sorpresa fue que cuando Junqueras y Rovira llegaron a la Generalitat, se encuentran en el despacho de Artur Mas a los presidentes de las tres entidades: el ‘president’ los había citado antes y le habían preparado una encerrona a Junqueras. En ese momento, le dijeron que o firmaba inmediatamente la lista única o sería acusado de traidor y de hacer descarrilar el ‘procés’. La respuesta de Junqueras fue estoica. ‘No hay problema, ¿dónde hay que firmar?’, les dijo, dejándolos de una pieza, porque se esperaban que discutiese y se opusiese. Si esa situación se repitiese en estos momentos, no habría firma ni lista única”.
“ERC no es una fuerza hegemónica”
Desde las filas convergentes, en cambio, se echa en cara a los republicanos una cierta “codicia”. “El PDeCAT se ha equivocado y mucho, pero se ha hecho el harakiri en aras a un objetivo mucho mayor y de gran importancia: se ha sacrificado el partido a favor del país. Y da la sensación de que ERC quiere ser el líder único del ‘procés’. ¿Cuál es el punto en que el partido es más importante que el país? ¿Hasta dónde quiere llegar ERC?”, dice un alto dirigente del PDeCAT a El Confidencial.
Este dirigente reconoce que las encuestas son perjudiciales para su formación, pero subraya: “En el momento de mayor éxito de Esquerra, los sondeos le dan 39 o 40 diputados. Y eso no le permite ser una fuerza hegemónica en Cataluña. Para serlo, necesitaría, como mínimo, 54 o 55 escaños [la mayoría absoluta está en los 68]. Además, según las encuestas, los resultados solo le permitirían gobernar con un acuerdo a tres. ¿A dónde quieren ir, entonces, con listas separadas? Solo tenemos posibilidades de formar Gobierno si lo hacemos con una gran coalición y luego buscamos un apoyo parlamentario, como en la actualidad”.
También reconoce que “hay presiones y habrá muchas presiones todavía. Pero que nadie se rasgue las vestiduras por eso. ¿Acaso diferimos en mucho en nuestros programas electorales? Si acaso, en la creación de la Asamblea de Cargos Electos, que quiere la CUP y que apoya ERC. Y esa Asamblea [que sería una especie de Parlamento paralelo si el Estado interviene la autonomía] es una copia de un órgano similar que se quiso crear en el año 1932”.
En resumen: todos afirman que Cataluña será independiente el próximo 2 de octubre, el día siguiente al referéndum, pero se siguen peleando por la composición de las listas electorales en unas futuras elecciones autonómicas. Y es que hombre prevenido vale por dos, y, por si acaso, han de preverse todas las eventualidades.