El Ministerio del Interior sigue tratando de averiguar el paradero de los polémicos informes desvelados por el que fuera director adjunto operativo de la Policía, Eugenio Pino, que versan sobre casos como el de Marta del Castillo, los atentados del 11-M o el chivatazo policial a ETA en el bar Faisán.
Según ha podido saber este periódico, en los últimos días se ha citado a mandos policiales en las dependencias de la Dirección General de la Policía para preguntarles por el paradero de los ya conocidos en círculos de Interior como los informes fantasmas.
El nuevo director adjunto operativo (DAO), Florentino Villabona, trata de conocer todo el recorrido de los informes realizados por la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC), que ya ha disuelto y que, en entre otros, revisó las pesquisas policiales sobre el 11-M y el chivatazo del Faisán.
Entre las gestiones que se han realizado figura la revisión de los ordenadores que utilizaban los integrantes de la brigada, para ver si en los discos duros habían quedado registros de los informes, del material con el que se confeccionaron o algún dato que permita avanzar en su localización.
En esta revisión la Policía no ha encontrado nada de los archivos. Al contrario, lo que se han encontrado es que ese material referido al 11-M o al caso Faisán ha desaparecido de esos ordenadores, ha sido borrado.
Además, el DAO llamó a su predecesor, Eugenio Pino, para que le explicara el funcionamiento de esta brigada, para que le aportara más datos sobre los informes a los que se refirió en la entrevista con EL MUNDO publicada la semana pasada y para que le diera los documentos o le dijera dónde están esos informes que ahora la Policía no logra encontrar. Pino le dijo que no se llevó copia de ninguno de estos informes.
Además, el DAO ha llamado al que fuera responsable de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía y ahora forma parte de la comisión judicial que investiga el caso del pequeño Nicolás, el comisario Marcelino Martín Blas.
Según las fuentes consultadas por este periódico, Martín Blas le explicó al número dos de la Policía que él no tenía en su poder ninguna copia de ese informe y le dijo que desconocía quién lo podía tener. El comisario le comunicó que lo lógico es que el material elaborado por una brigada policial permanezca en los ordenadores de esa brigada y él se desmarcó de las actuaciones de esa brigada y de esos informes.
Cuando nació la BARC, y ante la falta de dependencias, se instaló provisionalmente en unas oficinas de la Unidad de Asuntos Internos, que entonces dirigía Martín Blas. Posteriormente, ocuparon dependencias policiales en la calle de Santa Engracia de Madrid. Esta unidad estaba bajo el mando directo del entonces DAO, Eugenio Pino.
La declaración de este comisario no ha sido la única que se ha producido. Por el despacho del nuevo DAO están pasando otros mandos policiales que están relacionados con la brigada de revisión de casos. Según las fuentes consultadas por este periódico, ninguno ha aportado datos que hayan permitido localizar los informes.
El ministro, en una reciente comparecencia, explicó que había solicitado los informes, desvelados por Eugenio Pino en EL MUNDO, y que de momento la Policía le había dicho que no habían aparecido. Juan Ignacio Zoido indicó que, según había podido recomponer, sobre Marta del Castillo no existía informe policial como tal; sobre el 11-M parece que sí, pero que nadie lo tenía; y sobre el documento policial del Faisán, aseguró que existían dos copias, pero que el Ministerio no había obtenido ninguna de ellas y seguía buscándolas.
En su comparecencia, el ministro quiso romper cualquier lazo con la anterior cúpula policial y dejó claro que durante su mandato no habrá informes policiales que luego no aparecen ni pendrives fuera de la cadena de custodia judicial, en referencia al soporte informático con material del caso Pujol oficialmente localizado por un policía mientras ordenaba un cajón.