Un villano y un membrillo

No era difícil tener una buena impresión de Carlos Mazón, aunque solo fuera por la comparanza con un Ximo Puig tan solícito para atender los negocios de su hermano Francis desde la alcaldía de Morella, 57 facturas y sin contrato. Ha tenido que llegar la primera dificultad para dejar al desnudo su inanidad. Uno mismo se asombró de que, a estas alturas, expresara su gratitud a Pedro Sánchez: “muchas gracias, presidente, por tu cercanía, por tu presencia tan rápida y tan adecuada para todos nosotros». Al oír estas palabras solo podía pensarse: “este buen señor es un membrillo”, criterio que se afianzaba al ver el conjunto de su actuación a propósito de la DANA.

Podemos actuó como podía esperarse de semejante tropa, declarando otra vez la alerta antifascista. Y así se congregó en Valencia una manifestación multitudinaria para exigir la dimisión de Mazón. Y solo la de Mazón. Los manifestantes rechazaron airados cualquier intento de meter en la ecuación al presidente del Gobierno. No solo eso. Hubo ataques contra la sede de la Generalidad valenciana y el Ayuntamiento de Valencia con lanzamiento de bengalas y otros objetos: 31 policías heridos y solo cuatro detenidos; no es proporción. El ministro Marlasca igualó en Paiporta a detenido por la inexistente agresión a Pedro Sánchez, que se dolía de un golpe que no recibió y se quejó de una inexistente extrema derecha organizada, desmentida por la UCO. Todos aquellos ‘marginales’ eran de Paiporta.

Hay más motivos de asombro, claro. Los más empecinados sanchistas recorrieron Valencia, pegando con plantillas miles de mensajes junto a la imagen del presidente: Este pueblo fue salvado por Sánchez,  Solo Pedro salva al pueblo, Gracias, Pedro y todo en este plan. Pedro Estoybien había dejado pruebas sobradas de su extraordinario narcisismo. Recordemos que es el mismo tipo que en junio de 2020 se arrogó haber salvado 450.000 vidas de españoles gracias a su gestión de la pandemia. Lo que no era fácilmente imaginable es que centenares de adeptos suyos se vieran afectados por su misma insania al haber salvado a tantos valencianos de las aguas.

El problema principal de Mazón fue su incapacidad de comprender que el psicópata de La Moncloa ya estaba maniobrando para rehuir la responsabilidad del mando y endosársela a él y a la Comunidad que preside. Mazón debe pagar su incompetencia con el cese, Pedro Sánchez por su villanía. A la hora en que se desataban todas las iras de los cielos contra Valencia, Mazón comía con una hermosa periodista a la que ofreció dirigir la televisión autonómica, oferta que al parecer ella rechazó, aunque es difícil de entender que se prolongara la sobremesa hasta las seis de la tarde del martes, 29 de octubre. Qué coincidencia, al día siguiente, Pedro Sánchez y los suyos consumaban el asalto a RTVE. La diferencia es que el miércoles, 30 ya llevábamos 51 personas fallecidas y no había lugar alguno para la ignorancia de los hechos. Naturalmente, uno ignora cuál es el momento adecuado para ajustar las cuentas a tanta incompetencia y a tanta villanía, pero cree que debe estar cerca.