EL CORREO 08/08/14
· Familiares y amigos, arropados por las instituciones, recuerdan hoy al empresario de Zumaia asesinado por ETA hace 14 años
El decálogo para la convivencia que hace un año presentaron los allegados de Joxemari Korta ha tenido recorrido en estos meses. La fundación que lleva el nombre del empresario zumaiarra asesinado por ETA hace hoy 14 años se ha reunido de forma discreta con la mayoría de partidos vascos para profundizar en las bases que consideran inapelables para construir la Euskadi en paz del futuro. Ha sido «un diálogo fructífero», aseguran desde la fundación, que pretende aportar su grano de arena a un proceso que avanza, pero «con lentitud», advierten.
Los familiares y amigos de Korta volverán hoy a rendirle homenaje en el monolito levantado frente a su empresa, en un acto en el que, a las doce de este mediodía, estarán arropados por el Gobierno vasco –que enviará a la consejera Arantza Tapia, a Jonan Fernández y Mónica Hernando– y la Diputación de Gipuzkoa, gobernada por Bildu, que estará representada por Ikerne Badiola y Marina Bidasoro, además de representantes municipales y del resto de fuerzas políticas.
Los allegados del empresario asesinado recordarán que la reflexión hecha pública hace un año sigue igual de vigente, «no hay que mover ni una coma». En ella, reivindican los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación, y recuerdan que no aceptarán que se hable de los atentados como «sucesos tristes pero inevitables». «No han sido hechos desgraciados pero necesarios, sino asesinatos injustos», recalcan los allegados de Joxemari, que desde aquel agosto de 2000 procuran contribuir, desde un plano «prepolítico, como parte de la sociedad civil» a la «convivencia pacífica que debemos dejar a las nuevas generaciones».
El diálogo, el uso «preciso y honesto» de las palabras, «superar el odio y la venganza» o reconocer la «injusticia» de tantos asesinatos son algunas de las premisas que reclamaron en público, y han pedido en privado a los partidos con los que se han sentado. Prefieren preservar, más en un día señalado como el de hoy, tanto la identidad de sus interlocutores como el contenido de las conversaciones, en las que –según dicen– han apreciado «avances» que públicamente a veces no se materizalizan, lamentan. Desde la fundación no quieren «señalar» ni creen que es momento de criticar a nadie, por lo que se remiten a los diez puntos de su documento como guía de lo que no van a dejar de exigir o de proponer.
En estos últimos meses, aseguran, han visto pasos para «superar el odio y la venganza», algo de «agradecer», se felicitan. Pero también advierten a los que «no están dando pasos», sin referirse expresamente a nadie, que «no vale justificar la propia inoperancia con la inoperancia de otros». «Que cada uno reconozca lo que tiene que reconocer», insisten. Para ellos, y así lo intentan poner también en práctica, es preciso «hablar con todos los que quieren construir la paz, aunque sea doloroso». Pero para entablar ese diálogo, recuerdan, se necesita «superar el silencio del miedo y recuperar el silencio del respeto».
Ponencia de paz
Los Korta, desde la fundación encabezada por los hijos del empresario, observan con detalle los acontecimientos políticos que se van desarrollando en torno a esta materia. Y más allá de la «indudable» exigencia a ETA para que «entregue las armas y se disuelva», o de la necesidad de abordar la situación penitenciaria de los presos, animan también a los partidos a profundizar en su acción para asentar la convivencia. «Se dan ciertos pasos», dicen, rememorando las conversaciones de los últimos meses, pero «públicamente» a veces no se ven por sus «estrategias políticas», lamentan.
Por eso, y como parte de la sociedad vasca, creen que «debemos exigirles siempre que actúen a favor de la convivencia», sin «soberbia» ni pretensiones de «’nosotros hemos traído la paz’ o ‘somos los únicos vencedores’». La Fundación Joxemari Kortaren Bidetik, que a partir de septiembre irá entregando también su documento a los cargos públicos, conoce la ponencia de paz del Parlamento vasco y la parálisis que sufre desde hace un año a raíz de la exigencia del PSE y PP a EH Bildu para que asuma sin complejos unos mínimos éticos. «Vamos muy despacio», lamentan en referencia a ese plano netamente político. Pero esperan que se reactive y atienda a la exigencia de la sociedad, que «sabe mejor que nunca cuáles son las condiciones para una convivencia plural».