EL PAÍS 08/08/16
· Reconsiderarían el ‘no’ si Sánchez lo pide o si Ciudadanos vota ‘sí’ a Rajoy
El camino del no del PSOE hacia la abstención en la investidura de Mariano Rajoy no se recorrerá si no lo lidera el secretario general, Pedro Sánchez, de la mano de sus líderes territoriales. La creencia está asentada en todas las federaciones socialistas pero muy lejos de ponerse en práctica. El líder socialista se reafirma en el rechazo a Rajoy aprobado en el comité federal, y los barones proclives al cambio para salir del bloqueo, no promueven el debate al temer un rechazo mayoritario de la militancia, la fractura del partido y el desgaste de sus propios liderazgos, aunque todo ello derive en otras elecciones.
La situación sigue estancada. Los interlocutores consultados por EL PAÍS, presidentes autonómicos, secretarios regionales y dirigentes relevantes, así como miembros de la ejecutiva, coinciden en que “el no es no, puede llegar hasta las elecciones”. La opinión de los militantes tiene mucho que ver con la inamovilidad de esta posición. Todos los testimonios conducen a otorgar al deseo de los afiliados del PSOE, casi 190.000, la máxima preponderancia y estos no quieren ver a Rajoy como presidente gracias a los diputados socialistas. Este sentir determina la actitud de los dirigentes, que reconocen enormes dificultades, casi insalvables, para defender en alto la abstención ante el candidato del PP incluso aunque esa actitud lleve a unas terceras elecciones.
En la mano de los secretarios generales está plantear ese debate con la convocatoria de un comité federal que pueden forzar con la firma de un tercio de sus doscientos miembros. Eso no ocurrirá, apuntan los principales dirigentes. Esa iniciativa querrían que la tomara el secretario general, Pedro Sánchez, que tampoco lo tiene previsto ya que en puridad nadie se ha dirigido a él para pedir que se debata un cambio de posición sobre la investidura de Rajoy. La mayoría de los consultados señalan que si Sánchez plantea la abstención “tendrá a la mayoría de los secretarios generales detrás” y ya sí dispuestos a explicarlo a sus militantes. Pero juntos, con él a la cabeza.
Una vez haya gobierno en España, el PSOE, y el resto de los partidos, emprenderá su proceso de congresos para dirimir, por votación directa y secreta de los militantes, quiénes serán los líderes del partido. La abstención ante el candidato del PP, “dividirá al partido y el que aspire a ser secretario general saldrá mal parado”, explica un veterano dirigente socialista. Los defensores de mantenerse en el no, como la presidenta de Baleares, Francina Armengol, el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, o la secretaria general de Madrid, Sara Hernández, señalan en alto que “los militantes del PSOE” apoyan el no a Rajoy pero añaden que también “la mayoría de los votantes socialistas”, no quieren ver al PSOE apoyando a un candidato del PP.
Los ex no se presentan
Esos afiliados decidirán quienes serán sus líderes territoriales y todos juntos serán quienes elijan al próximo secretario general del PSOE. Pedro Sánchez tiene la firme decisión de presentarse y aunque la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, nada ha dicho sobre sus intenciones, otros líderes territoriales no tienen la menor duda de que sí dará el paso. La gobernante andaluza se ha mantenido también en el no a Rajoy y no se ha unido a las voces de personas relevantes del partido que han pedido debatir sobre otras posibilidades. “Pedro Sánchez se presenta como el mejor intérprete de la voluntad de los militantes socialistas y eso pone en una situación muy difícil a los demás”, señala un secretario general territorial. En el supuesto de que Sánchez promoviera una consulta a los militantes, los dirigentes territoriales dan por seguro que saldría un no categórico a Rajoy y un no a la abstención.
El silencio de la inmensa mayoría dio alas al portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, para afirmar solemne el pasado jueves que “deben perder toda esperanza los que crean que van a quebrar a los socialistas y su unidad en el no a Rajoy”. “No nos vamos a abstener”, claveteó una y otra vez.
El ‘no’ será inamovible sin el ‘sí’ de Ciudadanos
Todo sería diferente en el bullir interno del PSOE si Ciudadanos diera un paso más del que ya ha dado: Pasar de la abstención al sí. Eso supondría que Mariano Rajoy sumaría a sus 137 diputados, los 32 del partido de Rivera y posiblemente el voto de Ana Oramas de Coalición Canaria. Con 170 diputados en el sí,y a falta, por tanto, de seis votos para ser investido, hasta el PSOE podría liderar el debate entre todos los grupos parlamentarios para facilitar una abstención “técnica”, en expresión acuñada por los dirigentes de Ciudadanos. Este planteamiento está en el PSOE, desde poco después de la noche electoral, pero empieza a cundir la preocupación ante la firmeza de los dirigentes de Ciudadanos en que no se moverán ni un palmo más. El PSOE es el que debe moverse hacia la abstención, como ellos señalan.
Ayer, fue el secretario de Economía del PSOE, Manuel de la Rocha, quien planteó la posibilidad. “A día de hoy nuestra posición es firme y clara. Si las circunstancias cambiaran, quizás podríamos reexaminarlo, pero en este momento nuestra posición es no”, afirmó pese a incidir en el “si las circunstancias cambian”.
“No veo ninguna posibilidad de cambio de las circunstancias y, por tanto, no va a haber ningún cambio”, apuntó minutos después el portavoz del PSOE, Antonio Hernando.
Si el partido de Albert Rivera no da el sí a la investidura de Rajoy, la esperanza del amplio sector el PSOE proclive a la abstención, para salir de la crisis institucional, se desvanecerá. “Si no ha conseguido ni un solo apoyo favorable de un solo diputado más no puede esperar que el PSOE le saque las castañas del fuego”, señaló ayer De la Rocha. “Rajoy solo con sus 137 escaños no puede esperar que el PSOE le salve”, es la máxima de los más moderados en sus planteamientos.
En el equipo de Pedro Sánchez aún confían en el sí de Ciudadanos y en que tras las elecciones gallegas y vascas del 25 de septiembre, el PNV pueda aportar sus cinco escaños para completar la mayoría de Rajoy que quedaría a un escaño de la absoluta. El PSOE no sería, en ese caso, necesario, apuntan esas mismas fuentes.