La ciénaga es un ecosistema duro, pero, como en cualquier otro, hay especies particularmente dotadas para sobrevivir en ella. La selección natural actúa sin piedad. Y allí donde un sanchista se maneja fácilmente, suelen ser muy inferiores los liberales indecisos o los conservadores demasiado rígidos. En definitiva ganan los que se adaptan mejor, bajo la leyes implacables del darwinismo, y desde luego no es fácil desenvolverse con normalidad por el espesor del fango, con la mujer del presidente al borde de ser procesada por delitos de corrupción y su hermano ya en el banquillo, con su primer lugarteniente en la organización rodeado de una trama de corrupción inagotable entre mordidas y prostitutas a sueldo del Estado, y el actual lugarteniente en la organización del PSOE escondido hasta comprobar el alcance del último informe de la UCO; con la Fiscalía General del Estado en descomposición pútrida…

Solo especies muy adaptadas al medio pueden sobrevivir ahí, perfectamente aclimatadas a la lógica de la ciénaga. La capacidad del sanchista es sencillamente impresionante. Ya puede aparecer un audio devastador usando a la Fiscalía para destruir al jefe de los delitos económicos de la Guardia Civil o un testimonio rotundo sobre las mordidas en bolsas con cientos de miles de euros sin contar, inundando la ciénaga desde las cloacas con los detritus del poder… pero el sanchista no se inmuta y desde su atalaya moral proclama que son «bulos de la derecha y la extrema derecha» o «una cacería por tierra, mar y aire». Sin pestañear. Bolaños ya ha hecho su particular versión de «esa fontanera de la que usted me habla…» y niega conocerla, mientras se publican galerías de fotos de ella con Sánchez, con Begoña, con Patxi, con Ábalos, entre gestos de complicidad. En el PSOE se justifican con que no está en nómina. Acabáramos, ¡los sicarios nunca lo están!

Parece imposible, literalmente imposible, que un Gobierno en Europa pueda sobrevivir a una investidura con votos comprados a cambio de amnistiar un golpe de Estado y además blanquear el golpismo y la malversación aceptando el relato del ‘lawfare’ para desacreditar al poder judicial por exigencias de un prófugo con el que se negocia la gobernabilidad fuera de España, que se sucedan los escándalos, con todo el entorno del presidente bajo sospecha…. Pero ahí están, sobreviviendo en el ecosistema favorable de la ciénaga, con la seguridad de quien domina el medio. De vez en cuando anuncian acciones penales, pero no acuden a los tribunales, antes buscan el atajo de un aforamiento confiando en la Fiscalía servil a Don Alvarone o un Tribunal Superior con algún nombramiento político dispuesto a pasar por caja. El equipo de la ‘máquina del fango’ en Moncloa, con más fichajes que el servicio de estudios del Banco de España, se limita a nutrir de eslóganes las burbujas afines en las redes. No es fácil para la oposición competir ahí, y se aprecia su bisoñez incómoda. Los otros son mejores en la ciénaga.