IGNACIO MARCO-GARDOQUI, EL CORREO – 07/12/14
· Putin no cederá ante la UE, pero sí ante la subida de la prima de riesgo, que ha resultado más eficaz que los ataques de la OTAN. Un ejemplo del que podrían tomar nota los independentistas catalanes.
Los mercados financieros tienen muy mala prensa. Mejor dicho, tienen una prensa horrible, pero su maldad intrínseca me parece más un cliché oportunista que una opinión razonada. Quejarse de los odiosos mercados financieros y atribuirles todos nuestros males se ha convertido en un deporte no solo nacional, sino mundial. Pero, ¿quiénes son los mercados financieros? ¿Quién los dirige? ¿Cuáles son sus malvados designios? Si se fija, cuando los humoristas los dibujan en sus viñetas, los comentarios son siempre negativos y los representan como unos señores vestidos de negro, con aspecto grave, cara de rapiña, sobrepeso, sombrero de copa y puro en ristre.
Pues es un error. Deberían dibujar a señoras mayores, con mirada beatífica, también vestidas de negro, encorvadas por la artritis y apoyadas temblorosas sobre un frágil bastón. En efecto, los mercados financieros no son otra cosa que el ahorro mundial acumulado y como, fruto de milenios de Evolución, las mujeres han adquirido la desagradable costumbre de vivir más que nosotros los hombres, ese ahorro termina siempre quedándose en sus prudentes manos.
La segunda pregunta es mucho más fácil de responder. ¿Quién los dirige? Pues usted mismo. Todo el mundo piensa que se trata de un grupo de desalmados reunidos en un enmoquetado despacho, localizado probablemente en Zurich, desde donde maquinan sus crueles planes para buscar nuestra ruina. Pero, no, la verdad es que los dirige usted. Bueno, eso requiere un matiz. Los dirige usted mismo si dispone de algún plan de pensiones, de algún fondo de inversión o de cosas así.
Ahí se materializa la mayor parte del ahorro mundial y qué buscan, cuáles son sus malvados designios. Lo que usted les pide: rentabilidad. Yo he trabajado, con escaso provecho pero durante más de veinte años, en el sector y les puedo asegurar que nunca jamás he perdido un cliente por haberle conseguido mucha rentabilidad a sus ahorros y debo reconocer, aunque me duela, que he perdido algunos por no lograrla.
Bien, pues pasadas las descripciones, vamos con las calificaciones. No cabe duda de que los mercados financieros se encuentran en el origen de no pocos desequilibrios, muchos de los cuales los hemos padecido recientemente. Su excesiva agresividad, la asunción de riesgos desmesurados (no lo olvide, siempre en busca de la rentabilidad que se les exige) y la extraordinaria libertad y rapidez de movimientos actual causan auténticos terremotos.
Toda esta larga introducción venía a cuento de resaltar el hecho de que también ejercen un rol moderador, principalmente cuando emiten su juicio sobre el riesgo implícito de cada empresa o país, a través de la primas de rentabilidad que reclaman por prestar su dinero a cada emisor de deuda. Un buen ejemplo de ello es lo que está pasando ahora mismo en Rusia. La agresiva y expansionista política de Putin ha conseguido asustar a los gobiernos occidentales y eso ha traído una serie de penalizaciones comerciales mutuas que están causando desabastecimiento y carestía en el país. Pero no ha asustado a los mercados financieros, que han reaccionado con una brutal devaluación del rublo de más del 40% desde el inicio del conflicto. En resumen, Putin no cederá ante el tembloroso pulso de la UE, pero sí lo hará ante el fuerte envite de los mercados financieros. Al final, la prima de riesgo se ha demostrado más eficaz que los tanques de la OTAN.
El caso ruso tiene su corolario entre nosotros. El enloquecido camino emprendido por los nacionalistas catalanes no termina, como sospechan ellos, en un enfrentamiento con el debilitado y asustado Estado español, termina con un choque frontal contra el muro de la prima de riesgo. ¿Cuál le adjudicarán los fríos y calculadores mercados financieros a la Cataluña del tándem Mas-Junqueras cuando vean la cantidad de deuda resultante de la suma de la actual y la que les correspondería en el divorcio planteado? Hace bien poco, España pasó por la experiencia de soportar una prima por encima de los 600 puntos y bien sabemos lo que eso supone.
No lo dude, los mercados financieros, los que manejan sus ahorros, no son santos. Ni siquiera son siempre útiles. Pero son jueces implacables que premian a los virtuosos y castigan a los díscolos. Qué faena, ¿No? Sobre todo para los díscolos…
IGNACIO MARCO-GARDOQUI, EL CORREO – 07/12/14