ABC-IGNACIO CAMACHO
Sánchez ha vencido como nuevo adalid del moderantismo. Por eso es el candidato preferido de Podemos, Esquerra y Bildu
De momento, el Gabinete moderado ha enviado a Bruselas el proyecto de un aumento de los impuestos en casi seis mil millones de euros. Ha esperado a que pasaran las elecciones para ello, no fuera a ser que la impostura se descubriese en un arrebato de transparencia a destiempo. Por pura casualidad, ese apretón fiscal es el que figuraba en los fallidos Presupuestos que, en un arranque de moderación, Sánchez pactó y firmó con Podemos en un documento que llevaba el membrete de la formación comunista junto al logotipo oficial del Gobierno. Los mismos que Iglesias –que también se ha disfrazado en campaña de constitucionalista converso– fue a negociar a la cárcel con los líderes independentistas presos. Esto es sólo el principio: vendrán más subidas, todas igualmente moderadas, y la derogación de la reforma laboral que levantó la caída del empleo, y un chorro de gasto público muy moderado que sostendrá la clase media con su esfuerzo. Y si los moderados dirigentes podemitas no alcanzan ministerios, que ya veremos, ocuparán altos cargos en los escalafones subalternos.
Y luego vendrá una ley de eutanasia moderada, y tal vez un moderado indulto a los separatistas que resulten condenados. Y una mesurada ampliación de la memoria histórica para tomar revancha del pasado, y un moderadísimo plan confederalista que desestructure hasta el límite el modelo de Estado para complacer al soberanismo catalán y vasco. Todo ello de la mano de unos socios que son la antítesis misma del pensamiento sectario. Prepárense a disfrutar de las virtudes del moderantismo más sensato. Cuatro años, cuatro.