EL PAÍS 06/02/17
· Mas insiste en que la consulta del 9-N quedó “en manos de voluntarios” tras el veto del Tribunal Constitucional
Artur Mas insiste en que la consulta del 9-N quedó “en manos de voluntarios” tras el veto del Tribunal Constitucional y que el Gobierno catalán quedó en un segundo plano. Nada más lejos de la realidad, responde la Fiscalía, que en su escrito de acusación cita nueve indicios para acreditar que el Gobierno catalán “siguió con renovado impulso” la organización de la consulta. Mas, abunda el fiscal, “articuló una estrategia de desafío completo” a la suspensión del TC. “Amparado solamente en su voluntad”, se “concertó” con Ortega y Rigau para que se celebrara la jornada de participación.
Estos son los indicios por los que la Fiscalía cree que el Gobierno catalán no solo no hizo nada para detener la consulta, sino que la impulsó después del 4-N.
1. La empresa Unipost fue contratada para enviar a los ciudadanos una carta de Mas a los ciudadanos sobre la votación. El “reparto masivo” siguió después del día 4.
2. La aseguradora Axa expidió la póliza de seguro de accidentes para los 1.317 voluntarios apuntados para organizar la jornada. Esa póliza se mantuvo vigente.
3. El Gobierno contrató la creación de una página web institucional (participa2014.cat) para dar información y recabar la participación de los voluntarios. Esa web “se mantuvo activa” con los “logos de la Generalitat” hasta el 9-N y después, e incluso se publicaron allí los resultados.
4. La campaña de publicidad institucional (encargada por Presidència a la empresa Media Planning en octubre) siguió vigente hasta el día de la votación.
5. La infraestructura informática necesaria para las votaciones se activó tras el veto. Los días 7 y 8, T-Systems entregó las aplicaciones y formó a voluntarios en el programa para tratar datos. Se instaló un call center en el CTTI, un organismo de tecnologías dependiente de la Generalitat. El Gobierno catalán había comprado antes 7.000 ordenadores por necesidades de Enseñanza. El fiscal subraya que había 6.695 lugares de votación y, aunque los ordenadores se entregaron luego a escuelas, sugiere que el fin inicial era ya que sirvieran para el proceso participativo.
6. Gobernación (Ortega) firmó un convenio con el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE) por el que los presos de la cárcel de Lleida fabricaron el material (sobres, listas de participantes) necesarios para la votación. Durante los días 7 y 8 de noviembre, ese material fue distribuido en los puntos de votación.
7. Fira de Barcelona acondicionó, los días 7 y 8, el pabellón italiano de Montjuïc para ofrecer públicamente los resultados.
8. Los institutos de enseñanza secundaria públicos abrieron sus puertas el día 9-N para que los ciudadanos votaran. Estuvieron activos los servicios de apoyo de los contratistas para solventar problemas técnicos. Antes, la consejera de Enseñanza (Irene Rigau) había mantenido reuniones para que los servicios territoriales conminaran a los directores de centros a colaborar y entregar las llaves a los voluntarios. También abrieron dependencias de la Generalitat en el extranjero.
9. La votación siguió, en días posteriores al 9-N, en otras dependencias públicas de la Generalitat.