DIARIO VASCO, 15/9/11
El PSE opta a presidir la comisión propuesta por el PNV que podría arrancar en otoño. El grupo de trabajo sería un laboratorio sobre los pasos para el día después del fin de la violencia
Los partidos están dispuestos a promover en las Juntas Generales de Gipuzkoa la primera ponencia sobre pacificación y normalización en el actual contexto de posible final de la violencia. El embrión va a ser la iniciativa presentada la semana pasada por el PNV, que va a ser estudiada por el PSE-EE. Los socialistas optan a presidir la ponencia ya que se desarrollaría en la comisión de Derechos Humanos, dirigida por su portavoz juntera, Rafaela Romero, según fuentes forales de distinto signo.
A la espera de que la Mesa califique la propuesta jeltzale en los próximos días, una vez subsanado un defecto de forma, jeltzales y socialistas están dispuestos a explorar un acuerdo sobre la metodología y los contenidos. PNV y PSE-EE activarían esta ponencia, que echaría a andar en octubre o noviembre, a través de su mayoría simple, ya que el resto de grupos no tienen previsto oponerse. Ambos aspiran a sumar a Bildu, grupo mayoritario en Juntas, que también está trabajando en una propuesta similar con vocación de sumar al resto de partidos, por lo que tampoco descarta la creación de un grupo de trabajo conjunto que aborde el escenario abierto tras la tregua de ETA y la posibilidad de culminar el camino hacia el final de la violencia, señalan portavoces del gobierno foral.
De esta forma, las Juntas se convertirán en un laboratorio sobre los pasos futuros que se puedan dar en Euskadi y, por extensión, en el Parlamento Vasco de cara a consolidar la convivencia en el día después de un eventual final del terrorismo. Además, se desarrollará en un escenario en el que, a diferencia de la Cámara de Vitoria, en la que no está presente la ilegalizada izquierda abertzale, sí están representadas las distintas sensibilidades ideológicas del País Vasco.
Y es que en este grupo de trabajo comparecerán, seguramente, desde asociaciones de víctimas de ETA hasta familiares de presos. Al menos ésa es la intención del PNV. Los socialistas estudiarían la presencia de los allegados de reclusos siempre que no se les equipare ni se les sitúe «al mismo nivel de las víctimas del terrorismo». El PSE-EE también contempla que puedan comparecer dirigentes políticos o personas de distintos ámbitos que han trabajado en la búsqueda del final de la violencia, aunque está a la espera de consensuar en el seno del partido la estrategia concreta a seguir.
La ponencia servirá a cada partido para retratarse. El PNV, impulsor de la iniciativa, que presentó el pasado día 7 en la Casa de la Paz de Aiete, pretende sobre todo cortar de cuajo cualquier «actitud de escapismo» de Bildu y la izquierda abertzale en relación a la demanda a ETA para que cese definitivamente la violencia, señalan los peneuvistas. Los jeltzales quieren incidir, asimismo, en el trabajo por la reconciliación y la educación en la paz emprendido por asociaciones como Baketik, presidida por Jonan Fernández.
Desaparición de ETA
Por su parte, el PSE-EE está dispuesto a aplicar los acuerdos que se tejan en el seno de la ponencia pero siempre bajo la premisa de que se consolide un escenario de desaparición definitiva del terrorismo. «Queremos abrir un proceso de concordia pero siempre y cuando todos los partidos juguemos en las mismas condiciones y sin la tutela de la amenaza de ETA», explican los socialistas.
El objetivo del grupo juntero del PSE-EE es que los acuerdos que se adopten en el seno de esta ponencia puedan ser vehiculizados a través de las Juntas Generales o, incluso, el Parlamento Vasco. Un propósito en línea con la filosofía del plan de convivencia que propondrá el lehendakari en el pleno de política general del Parlamento Vasco del día 29, que busca «institucionalizar» el final de ETA y la construcción de la convivencia. Los socialistas también quieren que Bildu se retrate en el reconocimiento a las víctimas de ETA, para lo cual promoverán la invitación a la ponencia a asociaciones de afectados por el terrorismo.
Uno de los puntos clave del grupo de trabajo será lograr un acuerdo sobre el «relato». Los socialistas sitúan en ETA la responsabilidad de todos estos años de violencia. Por su parte, en el PNV, por ejemplo, hablan de «integrar los múltiples de relatos». Su portavoz juntero, Markel Olano, señalaba el viernes en este periódico que el apoyo a las víctimas de ETA es «compatible con la superación de un relato de vencedores y vencidos». Bildu, mientras, defiende un reconocimiento de las víctimas de «todas las violencias».
El PP es el partido más escéptico. En principio no tiene intención de favorecer la formación de la ponencia pero no se opondría a participar en ella, según fuentes populares. Transmitiría el mensaje de que «es difícil hablar de reconciliación cuando ETA está todavía en activo y nadie ha pedido perdón a las víctimas». Denunciará, en ese caso, la actitud de un PNV «inmerso en un sprint con Bildu para aparecer como más autodeterminista» y que «coincide con la izquierda abertzale en intentar anestesiar a la sociedad».
Por último, Aralar no ve mal la propuesta de crear una ponencia de pacificación y reconciliación, aunque sospecha que detrás de la iniciativa se esconde un intento del PNV de «hacer presión a Bildu». Aralar, por tanto, participará aunque primero quiere leer la «letra pequeña». Su juntera, Rebeka Ubera, considera, no obstante, que la pacificación trasciende del ámbito guipuzcoana y debería ser el Parlamento Vasco el escenario, y una vez que cuente también con la representación de la izquierda abertzale ilegalizada.
El PNV no quiere que la propuesta de pacificación se circunscriba a las Juntas. Considera clave extenderla a los municipios para construir también en ellos la convivencia futura. El diagnóstico del PNV es que en los pequeños municipios persisten todavía heridas de muchos años de violencia y «persecución» a concejales, con «personas que no se hablan por cuestiones políticas». Una realidad que «corre el riesgo de quedar oculta». Los peneuvistas buscan por tanto cerrar bien estas heridas, pero no «haciendo borrón y cuenta nueva como pretende la izquierda abertzale», sino poniendo las bases para una «convivencia sana».
DIARIO VASCO, 15/9/11