EL PAÍS, 17/9/11
La coalición destaca el «ejercicio de responsabilidad» para justificar su cambio
Los partidos políticos digieren a duras penas las dos caras de la moneda que supone el elocuente protagonismo de Bildu en el desenlace que ha permitido la fusión a tres en Kutxa Bank. De un lado, dan la bienvenida a la decisiva contribución de la coalición abertzale ante un proyecto «de país» que lleva consigo una postura de diálogo muy alejada de la tradicional intransigencia de la izquierda radical, pero, en paralelo, minimizan el impacto de sus planteamientos para el modelo final de la fusión «porque no han aportado nada al proyecto que ya había», como indicó ayer más de un representante político. En esencia, la mayoría de los partidos comprueban incrédulos cómo Bildu se ha apoderado mediáticamente del impacto que supone asistir al desenlace feliz de la integración de las tres cajas vascas.
En este escenario se sucedió ayer la catarata de interpretaciones sobre la intervención cualificada de Bildu en sus negociaciones con los presidentes de BBK, Mario Fernández, y de Kutxa, Xabier Iturbe. En su mayoría, se subrayó el cambio de postura evidenciado por este sector abertzale que ha pasado de asegurar el rechazo a la fusión por entender que se asistía a una bancarización y ahora se «arroga» la capacidad de determinación. Quizá por ello, Iñigo Urkullu, presidente del PNV, quiso poner el acento en el trabajo desplegado por los presidentes de las tres cajas y de sus equipos «profesionales», mientras desde Gipuzkoa, el exdiputado general, Markel Olano, lo atribuye a que Bildu estaba en «un callejón sin salida» respecto a la fusión.
Para los socialistas, Bildu «no aporta nada sustancial» porque jamás se ha hablado, recordó ayer Iñaki Arriola, de «privatizar Kutxa Bank o de reducir por debajo del 30% los beneficios dedicados a Obra Social». Sin embargo, el líder de los socialistas guipuzcoanos remarcó «la sensatez» que empieza a imperar en la coalición abertzale «porque están tocando poder».
Así las cosas, admitida por la mayoría de los partidos políticos que la negociación entre Bildu y las cajas no ha alterado el sentido del proyecto inicial de fusión, las miradas se dirigen al auténtico significado de las conversaciones y que algunos dirigentes lo reducen a un simple diálogo sobre «el poder que van a llegar a tener cuando se constituya el nuevo banco», en clara alusión a los puestos de que dispondría la coalición en los órganos de decisión».
Lógicamente, desde el sector de Bildu presente en las negociaciones se niega esta intencionalidad, remitiendo al documento final del acuerdo que hoy mismo sancionarán los consejos de administración de las tres cajas y que mañana se someterá a votación en las asambleas de BBK y Vital.
Bildu, en realidad, insiste en un mensaje que le refuerza como partido de poder al entender su cambio de decisión como un «ejercicio de responsabilidad con la sociedad». Por si fuera poco, el teniente de alcalde de Bildu en San Sebastián, Josu Ruiz -presente en las negociaciones con Fernández e Iturbe- y Zuriñe Gaintza, portavoz en las Juntas de Bizkaia, aseguraron ayer, en Bilbao, que las bases de esta coalición «han participado» de su decisión tras debatir el tema «con total normalidad».
Pero en partidos como el PP la posibilidad de que el acuerdo lleve consigo en realidad un escenario de poder para Bildu no se desvanece. Por ello, Antonio Basagoiti alertó ayer de que la fusión «no está hecha al 100%» bajo la advertencia de que la posición del PP «se cerrará en función de si sus órganos de gestión son plurales y profesionales».
El líder de los populares vascos recordó en Onda Cero que su partido «es imprescindible» en Caja Vital y que no dará su respaldo «hasta que no se conozca quiénes van a dirigir el nuevo banco». Por eso, aseguró que «el consejo que se forme no debe ser partidista, sino estar compuesto por profesionales que sepan de gestión para evitar que el nuevo esté en manos de un partido».
EL PAÍS, 17/9/11