EL CORREO – 26/01/15
· El PNV se felicita por concentrar el voto de la «estabilidad», PSE y PP se conjuran para dar la vuelta a las previsiones y los de Iglesias celebran «el año del cambio».
Los partidos vascos asumen que existe un antes y un después de la irrupción de Podemos en el mapa político. Aunque existía la convicción, más o menos generalizada, de que el impacto de la formación de Pablo Iglesias en el electorado vasco sería menos traumático para las fuerzas tradicionales que en el resto del país, lo cierto es que todos asumen, a la luz de los resultados de la encuesta que EL CORREO ha publicado este fin de semana, que el cambiante e incierto panorama les exige ponerse las pilas. En definitiva, prepararse bien para no quedar relegados a la marginalidad o perder influencia, bien para el ejercicio de la «política con mayúsculas» que exigirá la gobernabilidad de las instituciones con un tablero político cada vez más fragmentado y volátil, en el que, en muchos casos, no bastará con acuerdos a dos para formar mayorías, sino que será preciso labrar consensos entre tres o más.
En definitiva, las fuerzas políticas vascas consultadas por este periódico –todas las que tienen representación y las que la ganarían según la encuesta, excepto EH Bildu, que declina «comentar sondeos»– se preparan para un año intenso y de «muchos cambios». Pero también creen que el trabajo de Ikerfel refleja un «estado anímico» concreto del electorado que, a cuatro meses de las elecciones municipales y forales, aún puede experimentar fluctuaciones. Las «dudas» flotan sobre todo en torno a si Podemos logrará estar a la altura de las expectativas creadas. Los partidos, sobre todo en privado, también hacen autocrítica y reconocen, en el caso de socialistas y populares, fugas de voto preocupantes que no necesariamente tienen que ir a Podemos, sino que, fruto del «desencanto y la desmotivación», pueden quedarse en casa.
El que mejor resiste, sin duda, el embate de la emergente formación de izquierdas es el PNV, que sigue muy fuerte en Bizkaia, roza la mayoría absoluta en Bilbao y está en disposición de recuperar las principales instituciones guipuzcoanas y disputar los puestos de cabeza en Álava. «El objetivo es gobernar las seis principales instituciones», admiten sin ambages fuentes del Euzkadi buru batzar, que comparan los comicios de mayo con las primeras elecciones municipales de la democracia porque marcarán el inicio de una «segunda Transición».
La dirección jeltzale observa un nuevo eje alejado de los tradicionales izquierda-derecha o nacionalistas-no nacionalistas que dividiría al electorado entre quienes buscan «estabilidad y certidumbres» –un voto que, se felicitan, «aglutina» el PNV– y quienes protagonizan la «revuelta» y se guían por «la rebeldía, el cabreo y la insumisión» al refugiarse en Podemos. Ese papel, observa el PNV, lo desempeñaba antes la izquierda abertzale, a la que, apuntan, le «pasa factura» su gestión y «empieza a formar parte de la casta».
«Se desinflan»
El secretario de Organización del PSE y coordinador del comité electoral del partido, Miguel Ángel Morales, opta por la cautela. «En estas estimaciones, intervienen factores como la novedad o el envoltorio con el que se presentan algunos mensajes, que cuando llega la hora de la verdad se desinflan», opina el dirigente socialista en evidente alusión a Podemos. Por ello, Morales apuesta por no dejar que los sondeos sustituyan al «debate de ideas» y se conjura para poner freno al evidente desgaste de su partido. ¿La receta? No convertir el patio político en una «casa de apuestas» y presentar «proyectos» que «movilicen a nuestra gente» con el marchamo de la «solvencia» y la «experiencia acumulada» en la gestión municipal.
Más abierta y clara se muestra la líder del PP vasco, Arantza Quiroga, que admite sin paños calientes que «no atravesamos nuestro mejor momento» porque la ‘marca PP’ se asocia a «crisis y corrupción». Según su análisis, el desplome de su partido a menos de la mitad de su expresión y el escoramiento del electorado a la izquierda «no se corresponde con la sociología» vasca y, en especial, alavesa. Eso sugiere, apunta Quiroga, la existencia de un voto «silenciado» que el PP debe «rescatar». ¿Cómo? «Dándoles motivos para volvernos a votar y acertando con los candidatos y los mensajes».
Mucho más dulce resulta el sondeo para Podemos. La formación lo considera un reflejo de que 2015 es «el año del cambio» que empezará a visualizarse en la gran manifestación del próximo fin de semana en Madrid. A la espera de que la nueva dirección que sea elegida decida si concurren o no a las forales y a que despejen si es posible presentarse a las municipales en candidaturas de «unidad popular», ven en Álava terreno abonado para la pugna cuerpo a cuerpo con el PP, igual que en el resto de España.
Gorka Maneiro, de UPyD, también detecta, que el tablero político «se ha roto» y que esos «tiempos de cambio» pueden beneficiar a su partido más allá de los dos junteros alaveses que pronostica el sondeo, con representación también en Bizkaia. Desde Ezker Anitza, Isabel Salud ve su reaparición en las instituciones tras su ruptura con EB como un premio a la «coherencia» y hace un llamamiento a la «responsabilidad» de las izquierdas para trabajar «unidos».
EL CORREO – 26/01/15