ABC 05/08/16
· En el PP se mueven en un escenario que abarca de finales de agosto hasta octubre
Dar tiempo al tiempo, no apresurarse o, como le gusta decir al presidente Rajoy, «no adelantar acontecimientos» es la consigna en el PP. Saben que tienen por delante una negociación muy complicada y que solo abre una pequeña vía hacia la luz. Habrá que trabajar mucho para conseguir los apoyos precisos para la investidura, pero en el PP ya no lo ven como un imposible. De hecho, con sus cálculos actuales, consideran factible que la votación para elegir presidente se pueda llevar a cabo en una horquilla que sitúan entre «finales de agosto o principios de septiembre» hasta «octubre», según la vía que finalmente se siga.
«Dinámica interna» «Sánchez no negociará; su cambio de posición va a depender de la dinámica interna», creen en el PP
La próxima semana volverán a verse, en público, Rajoy y Rivera. Queda mucho por hacer entre ambas formaciones, pero el líder popular, y todo su equipo, trabaja intensamente por conseguir el «sí» naranja. «Sabemos que para ellos no es fácil: están buscando un argumento», explican. De hecho, indican que también en el partido de Rivera hay diferentes opiniones sobre este cambio de postura, «ellos tienen luchas internas también», indica un dirigente popular.
«Fruta madura»
No obstante, en el PP creen que es cuestión de tiempo: Ciudadanos puede conseguir hacer realidad muchas de sus promesas electorales, forzando a los populares a ceder a cambio de la ayuda que necesitan. «Creo que la cosa irá cayendo como fruta madura», confesaba un responsable de la cúpula de Génova.
Pero ¿cuándo? Diferentes fuentes de la dirección de Ciudadanos coinciden en que tras la reunión con Rajoy ven posibles fechas concretas y «bastante cercanas» para la investidura de Rajoy, en torno al 30 de agosto-2 de septiembre, informa Víctor R. Almirón. En el partido conservador trabajan sobre una horquilla que podría ir
desde finales de agosto-principios de septiembre hasta octubre, dependiendo de la fórmula que se aplique.
Hablan de la «vía Vara»: si el PP consiguiera el «sí» de C’s contaría con 169 escaños, y si pudiera añadir el de Coalición Canaria, sumaría 170. El apelativo de esta vía viene de la explícita frase del presidente extremeño, el socialista Guillermo Fernández Vara: «Si Rajoy se presenta con 170 escaños, ¿quién es el guapo que dice “no”?».
De hecho, en caso de conseguir este número de diputados, cabría incluso la posibilidad –se plantean en el PP– de que no fuera necesaria una abstención de todo el grupo socialista, sino solo de algunos de sus miembros. De seis, en concreto. Ahí entra la presión que en estos días se está volcando sobre el PSOE y sobre sus barones. El vicesecretario popular Pablo Casado pedía ayer en una entrevista «responsabilidad» a «todo el Comité Federal socialista» para que vote el desbloqueo de la situación.
Esperar a Ciudadanos
Otro dirigente popular insistía en que «la presión de la opinión pública y la publicada sobre Pedro Sánchez es enorme», por lo que «le va a ser muy difícil mantener el “no” ante las elecciones vascas y catalanas». En todo caso, se muestra convencido de que el socialista «no negociará» y de que cualquier cambio de posición dependerá «de la dinámica interna». Sospechan los populares que muchos socialistas están esperando que Ciudadanos diga «sí» para dar el paso a la abstención.
Mientras, la segunda vía retrasaría más la solución. Es la que ya se comienza a conocer como «la vía PNV», y que supone contar con el apoyo de los cinco diputados de esta formación nacionalista vasca. De esta manera, el saldo de votos a favor de Rajoy sería de 175, a uno solo de la mayoría absoluta.
Esta fórmula, no obstante, tiene dos inconvenientes. Uno, que al menos de momento, el PNV ha manifestado públicamente que no tiene ninguna intención de apoyar al presidente popular. Y dos, que la única posibilidad de que cambie esa postura se daría una vez pasadas las elecciones autonómicas en el País Vasco, que se acaban de convocar para el 25 de septiembre.
Esto llevaría la investidura hasta las primeras semanas de octubre. La confianza en que el pacto con Rivera avance ha dado la razón a aquellos dirigentes que llevaban tiempo señalando a la formación naranja como el mejor socio posible. Ahora algunos lo recuerdan: «Son gente responsable, de la que te puedes fiar», afirman.