LA RAZÓN, 14/4/12
Los nuevos «interlocutores» exigen más protagonismo y critican que se use a las víctimas «como barricada»
MADRID- La entrevista que ayer publicó el diario «Gara» con los interlocutores de los presos de ETA contiene, según expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN, la amenaza de que el «proceso» se puede «pudrir» (con las consecuencias previsibles de la vuelta a los atentados) si no se les da lo que quieren: la amnistía y la autodeterminación (independencia con la anexión de Navarra).
Desde que la banda anunciara el supuesto cese armado, ha ido subiendo el listón de sus exigencias (una prueba más del control que ejerce sobre el «proceso») y el tono con que las reclama. Llama la atención que los etarras entrevistados digan que no quieren una amnistía como la de 1977 (salieron todos a la calle y, al poco tiempo, en vez de dar las gracias, seguían con los atentados), sino que es necesario resolver las razones que dieron origen al «conflicto» que, según ellos, tiene el País Vasco con España.
La reciente decisión del Tribunal Constitucional sobre la «doctrina Parot» es para los «interlocutores» un paso adelante en el ataque contra los presos «y eso, cuando le exigían tomar otra dirección la situación política, la decisión de la izquierda abertzale, nuestra sociedad y las voces internacionales. Es un paso en contra del proceso abierto. Un ataque frontal contra la palabra y la voluntad de este pueblo, en la medida en que amparan la cadena perpetua y fortalecen la propia política carcelaria», subrayan en un tono desafiante.
Los objetivos tradicionales de ETA no cambian, aunque hay prisas para que se adopten algunas medidas por parte del Gobierno, «siendo el objetivo la autodeterminación y la amnistía». «Los temas que habrá que afrontar y solucionar, se quiera o no, para resolver el conflicto están claramente definidos: las raíces del conflicto y las consecuencias del conflicto. En esa dirección, sería un paso imprescindible empezar desde hoy mismo a sacar a la calle a los presos y devolver a casa a los huidos. Supondría un paso cualitativo». Lo que no dicen es qué ocurrirá si no se les da lo que exigen.
«Somos partidarios de la amnistía, pero será estéril, igual que en 1977, si no se encaran las razones del conflicto político» y no viene acompañada, aseguran, del «derecho a decidir».
Aunque se empeñen en vender que el «colectivo» de presos (EPPK) es un ente democrático, la realidad es otra: «Por lo que respecta a EPPK, no hay salidas individuales; cuando un preso que es miembro de EPPK sale solo, lo hará siendo también un componente de un colectivo. Hemos hecho frente a la cárcel y hemos desarrollado ahí nuestra militancia siendo miembros de un colectivo, y también siendo miembros de un colectivo cruzaremos la puerta a la libertad». Y lanzan una advertencia: «La solución será colectiva o no será». «Nos sacará el pueblo», rematan.
Tampoco en esta entrevista han tenido tiempo para asumir sus responsabilidades: «Reivindicamos el derecho de participar en el proceso como colectivo. Nos tienen cautivos en la cárcel por nuestro compromiso político, y en consecuencia reivindicamos el derecho a participar en la realidad de nuestro pueblo como colectivo».
Por el contrario, aprovechan para atacar a las víctimas: «Están usando la cuestión de algunas víctimas como arma arrojadiza contra la fuerte demanda de la ciudadanía vasca en torno a los presos, quieren poner a las víctimas como barricada en la dirección de la resolución, en la esperanza de que frenarán así la embestida en favor de los presos y que el proceso encallará o se saldrá de sus raíles».
LA RAZÓN, 14/4/12