EL MUNDO, 8/4/12
El proceso de renovación es tutelado por la organización terrorista
Acabó en febrero aunque aún no se conocen todos los nombres
También eligen los miembros de un organismo donde tomar decisiones
Los presos de ETA han elegido unos nuevos representantes durante los últimos meses, aunque todavía no se han dado a conocer los nombres de los elegidos. El proceso de elección de los portavoces de los presos terminó en febrero después de que se iniciara en noviembre del pasado año cuando el ‘aparato de makos’ de ETA comunicó a los reclusos la renovación del grupo de representantes que había estado actuando durante los años anteriores.
Ese grupo estaba formado por dos miembros de ETA encarcelados en España, Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, ‘Txkierdi’, y Ana Belén Egüés Gurrutxaga, y otros dos en Francia, Argi Perurena y Daniel Derguy. Este último, sin embargo, quedó en libertad en 2008 y ‘Txikierdi’ dimitió el pasado año en desacuerdo con la línea que estaba llevando la izquierda abertzale.
El ‘aparato de makos’ comunicó a los reclusos que tenían que elegir inicialmente a otros tres portavoces, uno en España para sustituir a Lasa Mitxelena y otros dos en Francia. La comunicación mencionaba que Ana Belén Egüés, antigua miembro del ‘comando Buruahuste’, considerada como representativa de los críticos con la evolución de ETA y de su entorno político, continuaría en su puesto.
Este grupo de portavoces es denominado como «interlocución», una especie de grupo de representantes oficiales de los presos de ETA. En teoría los eligen para que sean interlocutores ante las autoridades, pero en la práctica carecen de ese papel porque los gobiernos ni los reconocen ni los utilizan como cauce. Son representantes que, de vez en cuando, aparecen realizandodeclaraciones en nombre de los presos.
Además de los miembros de la «interlocución», los reclusos tenían que elegir a los miembros de un órgano denominado grupo abierto de coordinación, el KTZ según sus siglas en euskera. Las instrucciones enviadas a los presos el pasado año señalaban que el KTZ iba a estar formada por 14 personas, de los cuales los internos tendrían que elegir diez, cinco presos en Francia y otros tantos en España. Se sobrentendía que los cuatro restantes serían los integrantes de la interlocución, aunque no se mencionaba expresamente.
El documento enviado a las cárceles se refería al KTZ indicando que «nos estamos enfrascando teniendo en cuenta el género y reflejando la pluralidad del colectivo y será imprescindible paratomar decisiones conjuntas «más allá de la interlocución».
Ese mismo texto diseñaba una estructura de la organización de los presos que contemplaba la «asamblea del colectivo» como principal órgano a la hora del debate y de las decisiones, formada supuestamente por el conjunto de presos. Sin embargo, se precisaba que se «elegirán mediadores» para hacer las aportaciones más rápidamente. La estructura incluía un «grupo de ayuda a la interlocución» formado por seis personas que están en libertad con el objetivo de «ayudar en sus quehaceres» a los representantes de los presos. Para elegir a los integrantes de este grupo de apoya se pidieron propuestas a los presos.
El organigrama dibujado en el papel se completaba con la «asamblea de cárcel», como punto de debate en cada centro penitenciario, y con el responsable o portavoz de cárcel, a los que se asignaba la misión de actuar como enlaces con el exterior y de hacer que dentro de las prisiones se cumplan las decisiones que se adopten.
Además, el ‘aparato de makos’, encargado del control de los reclusos, ha solicitado recientemente a los internos que informen sobre «la estructura del colectivo» en cada cárcel, facilitando los nombres de los responsables o portavoces en las respectivas prisiones. También han pedido que los internos proporcionen información sobre quiénes están en cada cárcel, en qué módulos, cómo están repartidos y las condiciones de vida.
EL MUNDO, 8/4/12