EL CORREO, 24/9/11
Los presos de ETA han decidido por amplísima mayoría adherirse al Acuerdo de Gernika, que aboga por un final definitivo de la violencia de la organización armada. En un comunicado (leer el comunicado íntegro en PDF) al que ha tenido acceso este periódico, el denominado Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK en sus siglas en euskera) anuncia su «compromiso total de impulsar hasta el final el proceso democrático» en el seno del acuerdo y «en función de su contenido». El manifiesto de Gernika, suscrito por la izquierda abertzale, EA, Aralar, Alternatiba y una treintena de organizaciones y que mañana cumple un año de vigencia, recoge textualmente la necesidad de que la actual tregua de ETA sea «una expresión de voluntad para un definitivo abandono de su actividad armada». Además, emplaza al Gobierno central a que se implique en un proceso de paz y reclama cambios en la política penitenciaria.
La adhesión del colectivo de presos, materializada a través de un representante, se escenificará mañana en la emblemática villa foral vizcaína. Será durante el acto en el teatro Lizeo que conmemorará el primer aniversario de la firma del Acuerdo de Gernika, percha de la actual apuesta por vías sólo políticas de la izquierda abertzale, que insiste en que el final de la violencia de ETA es ya irreversible. Una amplísima mayoría de los reclusos ha apoyado la decisión, según fuentes solventes próximas al colectivo. Los firmantes de Gernika confiaban en sumar a los reclusos, como adelantó ayer este periódico, y finalmente sus previsiones se cumplen con la difusión del comunicado del EPPK. Los partidos nacionalistas y el PSE -en este caso, con matices- consideraron ayer un avance la decisión, mientras el PP le restó transcendencia.
En el comunicado del EPPK, de dos folios y redactado íntegramente en euskera, los reclusos argumentan que para ellos el Acuerdo de Gernika es «una referencia para hacer el camino hacia una solución integral definitiva al conflicto», y subrayan que sus firmantes consideran al colectivo de presos «un agente imprescindible» en cualquier proceso de paz. El manifiesto también apela a los grupos que sustentan el pacto para que reclamen «la materialización del estatus político» de los reclusos, y apoyen el «camino hacia la amnistía» y «levantarse ante las situaciones extremas que sufrimos todos los presos vascos», en alusión a la política penitenciaria.
Adhesión clave
El refrendo de este colectivo, el más sensible para ETA, al texto de Gernika es considerado clave por la izquierda abertzale para implicar a la organización armada en su apuesta de que sólo por vías civiles se pueda lograr un nuevo escenario de «soberanía para Euskal Herria». De hecho, los firmantes del pacto habían intensificado la semana pasada las gestiones con Instituciones Penitenciarias para oficializar la interlocución con los presos. Tras meses de intenso trabajo, finalmente han logrado su objetivo de sumar a los internos a la entente. Sus impulsores harán también una defensa a ultranza de los derechos de los etarras encarcelados y de la exigencia al Estado de que acerque a este colectivo, libere a los internos enfermos y termine con la ‘doctrina Parot’, que garantiza el tiempo máximo de internamiento a los condenados con penas abultadas.
El comunicado del EPPK, fechado en este mes de septiembre, comienza recordando que el Acuerdo de Gernika «supuso un salto en el proceso que tiene como objetivo dar una solución democrática al conflicto político y de violencia que vive nuestro pueblo», basada en «el reconocimiento del carácter nacional de Euskal Herria y el respeto tanto a su derecho a decidir su futuro como a la palabra de los ciudadanos vascos».
El texto recuerda como, «en su día», el denominado Colectivo de Presos Políticos Vascos expresó su disposición a hacer «un camino conjunto con todos» hacia «la democracia que corresponde a Euskal Herria». A juicio del EPPK, el Acuerdo de Gernika, «desde el mismo momento en que nació, ha sido una referencia para el camino hacia una solución integral definitiva al conflicto». Así se lo transmitieron los portavoces de los presos, primero a los partidos y agentes que firmaron el acuerdo, y después a la sociedad vasca, en febrero de 2010.
Desde entonces, según reconoce el comunicado, los internos comenzaron un proceso de contraste de opiniones con los impulsores de Gernika, pese a las objecciones de Instituciones Penitenciarias para que los representantes de ambas partes pudieran entablar una interlocución directa.
Negociaciones
Durante la negociación, los presos reclamaron a los «agentes» de Gernika un «esfuerzo» para que el EPPK pudiera ser parte del acuerdo y «participar en su actividad y desarrollo de forma normalizada». Ahora, tras «las aclaraciones» del contenido del acuerdo, y al constatar que los miembros de Gernika son receptivos a sus demandas, han decidido dar el paso de sumarse. Las reivindicaciones de los internos versan, principalmente, sobre el reconocimiento del carácter «político» del colectivo y la necesidad de que pueda participar «en tan necesario proceso», y sobre la exigencia del final de la actual política penitenciaria, todo ello, dejan claro, «sin ningún tipo de contrapartidas».
En este sentido, los presos precisan que actúan como «colectivo» y por encima de «intereses individuales». Advierten que «no aceptamos, en esta trinchera de la lucha, la despiadada política de beneficios y soluciones personales que nos ‘ofrece’ el sistema carcelario de España y Francia», en lo que parece una alusión implícita al grupo de reclusos disidentes de ETA, que han pedido a la organización que deponga definitivamente las armas y reconozca el daño causado.
En línea con el comunicado del pasado diciembre, en el que el EPPK ya veía con buenos ojos la nueva apuesta de la izquierda abertzale, el colectivo admite que, en el camino hacia «una solución democrática definitiva», el Acuerdo de Gernika «es la referencia» y, por ello, «queremos comunicar a la sociedad vasca que nos adherimos». «Por encima de las trabas y límites que nos imponen los Estados y que nos tienen cautivos, el EPPK expresa su firme compromiso para llevar adelante el proceso democrático, en el seno del Acuerdo de Gernika y en función de su contenido», reitera. El texto, en su parte final, sostiene que «agrietar cerrazones y cegueras y actitudes que tienen como objetivo perpetuar el conflicto, y conseguir un escenario que garantice para nuestro pueblo su futuro libre, no es un reto cualquiera». «Con el convencimiento de que el proceso en marcha nos llevará a hacer realidad los objetivos, tenemos el compromiso total de impulsar hasta el final el proceso democrático. ¡Y lo conseguiremos!», concluyen.
EL CORREO, 24/9/11