EL IMPARCIAL, 19/10/11
La izquierda «abertzale» ha dado todos sus parabienes a los cinco puntos alcanzados ayer en la conferencia internacional de paz para la «normalización del conflicto» del País Vasco. Sin embargo, no ha pedido en ningún momento ha pedido la disolución de la banda terrorista.
Como era de esperar, la izquierda «abertzale» ha dado todos sus parabienes a los cinco puntos alcanzados ayer en la conferencia internacional de paz para la «normalización del conflicto» del País Vasco, pero con una salvedad, en ningún momento ha pedido la disolución de la banda terrorista y se ha negado en redondo a contestar por qué no había tomado el paso de apostar por el fin de la violencia antes. El «día de la infamia», ayer, como lo definieron las víctímas del terrorismo, ha tenido hoy múltiples reacciones. Y no sólo, como se podía esperar, del mundo próximo a ETA sino también internacionales.
En este sentido, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés ha exigido a ETA el cese definitivo de la violencia, pero con un matiz: «Se han logrado avances enormes desde hace años gracias al nivel de confianza ejemplar entre Francia y España, principalmente a través de una cooperación policial y particularmente eficaz en el combate contra el terrorismo», según un portavoz de ese Departamento galo. Fuentes políticas consultadas por «El Imparcial» subrayan que esta declaración ha puesto «el dedo en llaga. La acción policial y judicial con junta entre los dos países ha llevado a ETA al borde de la desaparición, como lo estuvo a principios de 2004, y sus maniobras políticas han conseguido la reactivación del debate sobre la autodeterminación, aministía de presos… y todo ello con la aquiscencia del Gobierno, el PSOE y los socialistas vascos».
Y en esta línea, la izquierda «abertzale» en pleno, con sus más destacados dirigentes a la cabeza, han convocado una rueda de Prensa esta mañana para simplemente afirmar que apoyan el comunicado de cinco puntos aprobado ayer en esa denominada «conferencia». Pero pese a la insistencia de los periodistas , Rufi Echevarría, que ha llevado la voz cantante en la comparecencia, se ha negado en todo momento a pedir la disolución de la banda terrorista , limitándose a citar la declaración aprobada por los supuestos mediadores internacionales. Como gesto a la galería, según las fuentes consultadas, Echevarría ha afirmado que espera una respuesta afirmativa de la banda terrorista a la petición de cese definitivo de la violencia, aunque, «como era de esperar», ha rehusado dar plazos. Y a la pregunta de por qué la izquierda abertzale no había tomado antes esta decisión ha contestado simplemente: «Siguiente pregunta» y ha levantado la sesión. Antes, ni una mención al terrorismo ni a sus víctimas del antiguo dirigente de Batasuna. Al revés, palabras repetidas y una mil veces a lo largo de estos últimos cincuenta años: «se ha planteado bien a las claras la existencia de un conflicto de carácter político que merece una solución política». También ha añadido que se ha abierto un escenario en el que todos «deben ser ganadores». Fuentes de las víctimas del terrorismo subrayan que si los casi mil asesinados por los etarras, sus viudas, viudos y huérfanos, así como los miles de heridos provocados por sus atentados, «también deben considerarsa ganadores».
Y la presencia de los socialistas vascos en la conferencia, defendida el pasado viernes por el número dos del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, ha vuelto a provocar tensiones en el partido. El candidato a las elecciones del próximo 20 de noviembre, Alfredo Pérez Rubalcaba, firme defensor de la vía negociada para el fin de la violencia de ETA, ha dado un giro radical a sus últimas posturas políticas sobre esta cuestión y ha afirmado que «no, no le di el visto bueno». En una de argucias políticas, Rubalcaba ha dicho sobre las declaraciones de su ex colega de Gabinete en las aseguró que el partido estaba al corriente de la asistencia del PSE a la reunión, pero el Gobierno no, que «nos las he oído, pero seguro que lo que dijo está bien». No obstante ha segurado que estamos ante «el final de terrorismo y los últimos pasos en la lucha contra ETA», aunque «en ese lenguaje ambiguo que también domina», según las fuentes consultadas, ha pedido «firmeza, unidad y prudencia».
Y ya dentro de lo que es propiamente la precampaña electoral, el Partido Popular estima que podría conseguir el 20 de noviembre resultados parecidos a los obtenidos por Felipe González en 1982. Los estrategas populares consideran que la ventaja de diez puntos que los populares obtendrían en Andalucía frente a los socialistas y el empate con CiU en Cataluña serían las claves de la victoria de la formación dirigida por Mariano Rajoy, que incluso no descarta llegar hasta los 200 escaños.
EL IMPARCIAL, 19/10/11