EL MUNDO – 30/10/16
· La Policía cierra el acceso al Congreso tras el lanzamiento de objetos a los parlamentarios.
· Varios miles de personas (entre 3.000 y 4.000 según la Policía y más de 10.000, según los organizadores) se manifestaron ayer en las proximidades del Congreso mostrando su «rechazo al proceso actual de elección de presidente».
La marcha fue en general pacífica, aunque en todo momento se corearon consignas contrarias a la legitimidad de las instituciones democráticas, y finalmente un grupo de exaltados protagonizó incidentes al término de la marcha al bloquearse la salida de los diputados por la calle de Cedaceros, después de que los parlamentarios de Ciudadanos recibiesen toda clase de improperios y el lanzamiento de una lata de cerveza y mecheros, entre otros objetos. La Policía terminó cerrando el acceso.
Portando una pancarta de más de 10 metros con la leyenda Ante el Golpe de la mafia, democracia, los representantes de las principales organizaciones convocantes –entre las que se incluyen, además, movimientos vinculados a Podemos como 15M2.0, Izquierda Castellana o Anticapitalistas, entre otras–, fueron la avanzadilla de una marcha que se desarrolló desde la Plaza de Cánovas del Castillo (fuente de Neptuno) hasta la Puerta del Sol.
Los principales dirigentes de Unidos Podemos mostraron su apoyo a la protesta durante los últimos días y algunos de ellos se acercaron incluso antes del inicio de la investidura. Entre las caras conocidas se encontraban Alberto Garzón, quien volvió a acercarse una vez finalizado el Pleno, o Diego Cañamero, uno de los primeros en llegar. «El voto no da derecho ni a oprimir ni a abusar. Nadie vota para que haya cinco millones de parados o desahucios, sino para que haya futuro», dijo, antes de animar a «tomar pacíficamente las calles y plazas, que son el Parlamento del pueblo».
Y eso fue lo que hicieron. La manifestación, a la que asistieron personas de todas las edades, familias con niños, estudiantes y representantes de colectivos y sindicatos, se desarrolló de forma ordenada, aunque con constantes consignas a la inconstitucionalidad de lo que, para ellos, estaba ocurriendo en la Cámara. También asistieron, puño en alto como Alberto Garzón, Juan Carlos Monedero –con una camiseta con el lema La rebelión empieza leyendo–, y los diputados de Podemos, Rafael Mayoral, Sergio Pascual y Ángela Ballester.
Junto a ellos, además, la Unión de Juventudes Comunistas de España o el Sindicato de Estudiantes. Estos últimos, prácticamente a la cabeza de la marcha, eran quienes caldeaban el ambiente y proferían más cánticos al tiempo que sostenían una pancarta con la frase: Fuera las reválidas franquistas.
El ambiente se tensó cuando, al pasar frente al Ministerio de Educación, los manifestantes abuchearon y pitaron, coincidiendo este tramo con el acceso posterior al Congreso –la calle de Cedaceros–, repleta de agentes antidisturbios que formaban un amplio cordón policial.
Durante todo el recorrido y entre un mar de banderas republicanas, los asistentes mostraban su indigación al grito de «¡PSOE, PP, la misma mierda es!», «¡No hay pan para tanto chorizo!» y un largo etcétera de alusiones a la corrupción del Partido Popular en particular y a la situación parlamentaria en general.
Pese a que la organización se mostraba en contra de lo que consideran una «investidura ilegítima» de Mariano Rajoy, éste no ha sido el único que ha recibido las críticas de los asistentes a la protesta. Dirigentes como Susana Díaz, Antonio Hernando y los barones socialistas también eran los protagonistas de sus cánticos y rimas: «No es una abstención, es una traición», «Felipe, golpista, eres un fascista» ó «vergüenza me daría, ser Susana Díaz» fueron las consignas más coreadas.
Los corrillos de manifestantes lanzaban continuamente críticas al Partido Socialista, lo que refleja el malestar de un gran número de votantes, desencantados con el partido, que también quiso salir a la calle. Se hablaba de «lucha social», «movilización» y fracaso del sistema.
Cerca de las 19.30 horas, la marcha llegaba al epicentro indignado, la Puerta del Sol. Lo que resulta llamativo es que no llegara a llenarse. Allí, Elena Martínez de Izquierda Castellana, Ramón Walsh de la Coordinadora 25S y Alejandro Fernández de la Unión de Juventudes Comunistas de España, leyeron un manifiesto en el que expresaban la necesidad «de acabar con el régimen del 78» y en el que señalaron que «el Congreso está vacío de democracia». La marcha finalizó con un mensaje para los asistentes: «La lucha sigue y con más motivos que nunca».
Pese a que la marcha se desarrolló tranquila y pacíficamente hasta el momento en que se desconvocó –aproximadamente las 20.00 horas–, los incidentes comenzaron cuando un grupo de personas se trasladó al Congreso para observar la salida de los diputados del Pleno.
Aplausos para Íñigo Errejón, gritos de «sí nos representas» al paso de Alberto Garzón, pero actitud violenta contra varios miembros de Ciudadanos. Cuando Toni Cantó y Begoña Villacís abandonaron la Cámara, los asistentes lanzaron varios mecheros y una lata de cerveza pese a la fuerte presencia policial que protegía el Congreso.
El dispositivo de seguridad organizado contemplaba la presencia de más de 1.000 agentes para evitar lo que ocurrió en 2012, cuando se produjo el primer Rodea el Congreso, que se zanjó con 34 detenidos y 64 heridos.
EL MUNDO – 30/10/16