EL MUNDO – 06/05/15 – VICTORIA PREGO
· Lo primero que llama la atención en este programa de Podemos es el número ingente de promesas que conllevan un enorme gasto y la ausencia absoluta de los cálculos sobre los que se supone que han sustentado esas promesas.
No hay ni rastro de números pero sí una avalancha de expresiones tales como «incrementaremos», «garantizaremos» u «otorgaremos prioridad presupuestaria en la asignación de recursos a…», acciones todas ellas, sin excepción, que supondrían un incremento del gasto público del tal magnitud que convierte directamente en inverosímiles las promesas contenidas en este programa. Y quien sea capaz de creer que el partido de Iglesias podría cumplir siquiera la décima parte de lo ofrecido demuestra una ingenuidad conmovedora.
Por lo demás es un catálogo de controles por parte estatal, de sanciones y persecuciones que nos llevan a pensar que una sociedad como la que ellos aspiran a fabricar sería mucho más parecida a la que padecieron los alemanes de la Alemania comunista que a cualquier comunidad de la Unión Europea, que es a la que, afortunadamente, los españoles pertenecemos.
Si estos señores llegaran a tener la oportunidad de gobernar, que desde luego no la van a tener, ya se podían ir preparando las compañías eléctricas y de suministro de gas, los bancos, los propietarios de pisos en alquiler, la empresas de gestión de servicios de la sanidad pública y hasta los ciudadanos que ganaran un sueldo que supere los 50.000 euros anuales porque sobre todos ellos caerían los ideólogos de Podemos para arrebatarles cualquier atisbo de beneficio que a juicio de ellos no fuera tolerable. Y eso que tienen un epígrafe que se llama «plan de rescate ciudadano» y otro titulado «gobernar para la gente». Ah.
En definitiva, es un programa falso, de imposible cumplimiento en sus aspectos más razonables y que despide por todas partes un tufo totalitario que ahuyentará a los ciudadanos razonables por muy irritados que estén con el Gobierno central y con sus respectivos gobiernos autonómicos. Es como la respuesta de unos Reyes Magos de la izquierda radical que hubieran decidido hacer una nueva visita en el mes de mayo a los niños inocentes que creen que todo es posible con sólo desearlo. Con el agravante de que muchas de las cosas que prometen, o más bien con las que amenazan, invitan a cualquier persona sensata a salir corriendo.
Pero lo que destaca sobre todas las infinitas promesas, que abarcan casi todos los aspectos de la vida de un ciudadano, es su decidido propósito de freírnos a impuestos. Eso sí que está claro aunque, como todo en este programa, su impacto en las cuentas públicas no está cuantificado. Lo único bueno es que ya lo han puesto negro sobre blanco. Y ahora, el que quiera que les vote, que el que avisa no es traidor.
EL MUNDO – 06/05/15 – VICTORIA PREGO