Iñaki Ezkerra-El Correo
- Imagino al líder socialista pactando para combatir a la verdadera ‘fachosfera’, el PP
No lo conocen, pero lo conocerán. Los malos resultados de la socialdemocracia europea en las elecciones del 9-J han convertido a nuestro Sánchez en el negociador más fuerte de la Alianza Progresista. Los socialistas de la UE se mueven en unos parámetros normales de actuación. Están de momento en sus cabales y se conformarían con obtener la presidencia del Consejo Europeo. Esa es la gestión que esperan que Pedro Sánchez lleve a buen término en compañía del canciller alemán Olaf Scholz. Los socialistas de la UE no han leído el ‘Manual de resistencia’. No entra en sus cálculos el ‘modus operandi’ de este personaje. No se imaginan ni por lo más remoto que Sánchez intentará hacer en Bruselas lo mismo que ha hecho en España porque el funambulismo circense es algo vocacional. Algo que se lleva en la sangre
Dicho de otro modo, Sánchez irá a por todas. Irá a por la presidencia del Consejo Europeo, a por la de la Comisión Europea, a por la del Parlamento Europeo y a por la del propio Banco Central, así como a por el cargo de Alto Representante para Asuntos Exteriores, que ahora parece fuera de su alcance. ‘Parece’, pero por poco tiempo. Yo es que ya le veo a este hombre sacándose una pértiga plegable de la cartera y disponiéndose a dar, en el marco incomparable de la capital belga, un atlético salto comparable al que lo catapultó en junio de 2018 al despacho presidencial de La Moncloa.
Yo es que ya lo veo en los pasillos y despachillos del Parlamento Europeo negociando, pactando, trapicheando paguitas, prestaciones, cholletes, cátedras y amnistías con todas las ultraderechas europeas; con Orbán y con Salvini, con Wilders y con Le Pen, en nombre de la europacificación. Lo veo, sí, desmontando pieza a pieza la Unión Europea en alianza con todos los euroescépticos y los eurófobos, así como veo al pobre Scholz, al que le han puesto junto a Sánchez para que haga de carabina, con una expresión de vértigo y a punto del infarto en la montaña rusa de esos cambalaches.
El Gobierno recorta los pasos de nuestros Reyes en el escenario internacional, pero a cambio nos pone a los ‘señores de Sánchez’ promocionando en ese mismo escenario la marca España; él de negociador de cargos públicos con el genuino estilo que le caracteriza y ella usando el altavoz de la Fiscalía Europea para darse a conocer en su glamurosa condición de investigada. La foto de la parejita nacional, la imagen de Estado, la representación de la España de hoy, en fin, no podía ser más edificante. No los conocen, pero los van a conocer. Yo imagino a Sánchez, sí, pactando con todas las ultraderechas enemigas de la unidad europea y saltándose todas las líneas rojas del espacio Schengen para combatir a la verdadera ‘fachosfera’. O sea, al PP de Feijóo.