Juan Pablo Colmenarejo-ABC
- La verdad del caso Gali ya no tiene cuarto oscuro por mucho que la letrada en defensa del Gobierno pretenda retroceder al tiempo del silencio
La información desnuda a quien pretende mantenerla oculta. Los secretos de Manglano publicados por ABC muestran una realidad paralela, oculta, inquietante y como afirman siempre los pragmáticos de guardia hasta necesaria. Al final, todo se sabe y en democracia, el periodismo se ocupa de la tarea poniendo el foco en el trastero donde las telarañas suelen darse un festín entre cajas y archivadores. Lo clásico es lo que no se puede hacer mejor. La lectura de los papeles del jefe de los espías enciende las luces largas dentro del cuarto trasero. La diferencia entre una democracia y lo que no lo es, salta a la vista si desde el poder se ocultan planes y decisiones en interés de la seguridad nacional. El paso del tiempo caduca la gravedad de momentos decisivos como los anotados por un personaje dueño de sus silencios hasta el último día de su paso por este mundo. Los secretos de entonces se desvelan ahora. En la actualidad se sigue actuando desde el poder con la misma intención: que no se sepa.
Quiera o no el actual Gobierno se conocerá todo, más pronto que tarde, respecto a la entrada en España a escondidas del líder del Frente Polisario, menospreciando la capacidad de antena de los servicios secretos de Marruecos.
Si la entrada de Gali en España tiene que ver con la negociación del contrato del gas con Argelia, el Gobierno de Sánchez se habría metido en un lío sin ayuda. ¿Por qué ocultar el favor pedido por los argelinos para tratar de Covid a un enemigo de los marroquíes? ¿Por qué faltó astucia a varias bandas diplomáticas, información al jefe de la oposición y una versión sincera de los hechos a la opinión pública? Para mantener el yerro, la abogada del Estado, en nombre del Gobierno, pide al juez la censura informativa incrementando el mal olor y expandiendo su tufo. La verdad del caso Gali ya no tiene cuarto oscuro por mucho que la letrada en defensa del Gobierno pretenda retroceder al tiempo del silencio. La torpeza gubernamental ha cardado una inquietante madeja de secretos. Un plan oculto del poder suele desembocar en una noticia tan veraz cómo incómoda.