El Partido Socialista de Navarra marcó ayer una importante distancia con Bildu, en la ronda de contactos que mantiene esta semana con todas las fuerzas políticas para formar el futuro Gobierno foral.
Su secretario general, Roberto Jiménez, no acudió a la cita con la coalición, ya que en ella «no se iba a hablar de programa» si antes no se aceptaban unas premisas previas, entre ellas, que Bildu haga una petición expresa a ETA para su disolución. En su lugar, la vicesecretaria general del PSN, Elena Torres, explicó que en el encuentro se habían constatado las diferencias «abismales» que existen con Bildu y que «imposibilitan su presencia en cualquier Ejecutivo foral».
Sin embargo, Torres reiteró el mismo discurso ambiguo que el PSN mantiene desde el 22-M. «En estos momentos estamos hablando de principios, no de sillones, ni de puestos, ni de votos, todos los escenarios siguen abiertos» y todavía «no se ha decidido» si van a aceptar el apoyo o no de Bildu en una posible investidura de Roberto Jiménez como presidente, o van a facilitar la de la candidata de UPN.
Esta última es la opción más probable si se tienen en cuenta las declaraciones de Jiménez en campaña, al asegurar que nunca sería presidente con el apoyo de Bildu, y la postura defendida por los miembros de su partido el sábado pasado en el comité regional, donde de forma mayoritaria se defendió la opción de dejar que gobierne UPN, y quedarse en la oposición, o bien entrar en el Ejecutivo con los regionalistas.
La reunión entre PSN y Bildu, según destacó Torres, fue «muy diferente» al resto de encuentros mantenidos esta semana con los partidos, y que finalizan hoy con UPN, ya que los socialistas acudieron con unas condiciones previas «irrenunciables»: La defensa del marco constitucional y del Amejoramiento del Fuero; el rechazo a la violencia y la petición expresa a ETA para que se disuelva; las relaciones de Navarra con el Estado y el desarrollo de las grandes infraestructuras como el TAV.
El candidato de la coalición abertzale, Maiorga Ramírez, que en ningún momento se refirió a esas líneas rojas, defendió que la reunión ha sido «un paso muy importante en el proceso de normalización política», e insistió en que los votos de Bildu «están encima de la mesa para configurar la alternativa a UPN».
Ya por la tarde se celebró la reunión entre PSN y NaBai, a la que sí acudió Jiménez, y tras la que aseguró que las dos formaciones tienen un alto grado de coincidencia en aspectos económicos y sociales. Sin embargo, subrayó: «La dificultad para un Gobierno alternativo tiene nombre y apellidos: Bildu». El candidato de NaBai, Patxi Zabaleta, aseguró que existen «objetivamente condiciones» para un acuerdo pero remarcó que una primera prueba de la disposición socialista al cambio sería apoyar el sábado a su candidata, Uxue Barkos, como alcaldesa de Pamplona.
EL PAÍS, 9/6/2011