«En el futuro debe valer: prioridad para inmigrantes procedentes de nuestra cultura occidental cristiana», reza el proyecto de resolución que los socialcristianos bávaros, socios de la coalición de Gobierno, quieren presentar en una reunión de la cúpula del partido que se celebra hoy y mañana. Según los conservadores bávaros y como difundió Efe, «un Estado debe decidir él mismo a quién acoge, no son los inmigrantes los que lo deciden».
«Alemania debe seguir siendo Alemania», agrega el documento, que subraya: «Estamos en contra de que nuestro país abierto cambie como consecuencia de la inmigración y del flujo de refugiados. No somos nosotros los que nos tenemos que orientar hacia los inmigrantes, sino al revés». Por eso, la CSU subraya en el texto su voluntad de anclar en la Constitución bávara una «cultura dominante» como contrapartida al multiculturalismo.
Este amplio catálogo de exigencias, incluye algunas nuevas y otras ya conocidas, como un tope legal para la acogida de refugiados de 200.000 al año, zonas de tránsito en las fronteras para los refugiados mientras se estudia en un proceso de urgencia su derecho de ingreso al país y la expulsión de manera consecuente de los que son rechazados.
Los socialcristianos bávaros reclaman, asimismo, poner fin a la doble ciudadanía, la prohibición del niqab y del burka –éste último, un «uniforme del islamismo», según el texto– y una ley que ponga límites a la inmigración, que califican de «claro rechazo a la inmigración ilegal».
Por otra parte, la CSU mantiene sus pilares de «humanitarismo hacia los que realmente necesitan protección, orden y reglas claras en materia de integración y convivencia y limitación de la inmigración para lograr la integración.
En el documento, los socialcristianos bávaros defienden el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía al haber contribuido, junto al cierre de la ruta de los Balcanes, a «la reducción del flujo hacia Europa y Alemania». La CSU rechaza un régimen de libre visado con Turquía.